El ministro de Economía de Alberto Fernández

Es el principal dilema que enfrenta quien, todo indica, presidirá la Nación a partir del 10 de diciembre

Alberto Fernández analiza todas las opciones posibles para elegir a su ministro de Economía (Alejandro Rios)

El problema es mayúsculo por varios motivos. En primer lugar, porque el ministro o la persona designada tiene que reunir dos condiciones de índole política, que el propio AF considera indispensable: no espantar al poder económico o a los llamados "mercados", y ser aceptable para la base de sustentación de dirigentes y votantes.

O sea, un ministro que no sea rechazado por el establishment, pero tampoco por su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, por las bases kirchneristas duras como los intendentes de Avellaneda y Ensenada; por un Emilio Pérsico del Movimiento Evita; por un Fernando Pino Solanas; o por un Juan Grabois de la Corriente de Trabajadores de la Economía Popular. Encontrar alguien que concilie esos paladares se acerca bastante a dar con la aguja en el pajar.

Porque, además, es obvio que esa persona tiene tener las condiciones técnicas, la experiencia y la densidad como para hacerse cargo de una situación económica complicadísima. AF cree que la persona indicada es Roberto Lavagna.

Esa persona tiene tener las condiciones técnicas, la experiencia y la densidad como para hacerse cargo de una situación económica complicadísima. AF cree que la persona indicada es Roberto Lavagna

Sus antecedentes cumplen con todos los requisitos mencionados, y además ya han compartido, y en bastante buenos términos, un gabinete de gobierno, con AF como jefe de Gabinete y RL como ministro de Economía de Néstor Kirchner.

Quienes conocen a Roberto Lavagna saben que no disfrutó su gestión como ministro: se quejaba de que la mayor parte del día lo tenía que dedicar a negociar con empresarios, banqueros y sindicalistas, a firmar resoluciones, decretos y leyes, y que le quedaba escaso tiempo para pensar y ejecutar política económica

Pero el inconveniente y la gran duda es si RL aceptaría eventualmente volver a ocupar ese cargo. Se trata de alguien que ya fue candidato a Presidente en 2007 y que vuelve a intentarlo ahora por el Frente Consenso Federal. ¿El que quiere ser Papa aceptaría ser Obispo? ¿Siendo además un político con una enorme autoestima? Los que objetan su avanzada edad pierden de vista que el hombre se cree en condiciones de presidir un país; tarea mucho más estresante que la de ministro. No obstante, quienes lo conocen saben que RL no disfrutó su gestión como ministro: se quejaba de que la mayor parte del día lo tenía que dedicar a negociar con empresarios, banqueros y sindicalistas, a firmar resoluciones, decretos y leyes, y que le quedaba escaso tiempo para pensar y ejecutar política económica.

Además, no es lo mismo tomar el timón en una situación en la que la economía estaba en condiciones de rebotar rápidamente porque Brasil y China crecían a ritmo vertiginoso, los precios de las materias primas subían aceleradamente, y había un tipo de cambio recontra competitivo, que en la situación y el contexto internacional en la que va a dejar la economía Mauricio Macri.

No es lo mismo tomar el timón en una situación en la que la economía estaba en condiciones de rebotar rápidamente porque Brasil y China crecían a ritmo vertiginoso, los precios de las materias primas subían aceleradamente, y había un tipo de cambio recontra competitivo, que en la situación y el contexto internacional en la que va a dejar la economía Mauricio Macri

Si la alternativa de RL no prosperara hay otros dos economistas de menos renombre pero que cumplen bastante con los requisitos. Son Miguel Peirano, ex ministro de Néstor Kirchner, y Emmanuel Álvarez Agis, ex viceministro de Axel Kicillof. Ambos son muy apreciados y frecuentemente consultados por AF, pero los dos ya han dicho en público o en privado que no están dispuestos a ocupar un cargo de ministro, aunque sí a colaborar tanto en la campaña como en el armado de políticas.

Otras opciones

Por supuesto que en la órbita de la calle México circulan varios otros nombres. Hay tres muy conocidos: Martín Redrado, Guillermo Nielsen y Mercedes Marcó del Pont. Pero cada uno de ellos tiene algún punto en contra.

Luego de su paso como titular de la Comisión Nacional de Valores durante el menemismo y como secretario de Comercio y Relaciones Internacionales durante la presidencia de Eduardo Duhalde y a comienzos de la de NK, Redrado ocupó desde septiembre de 2004 hasta enero de 2010 la presidencia del Banco Central. Fue desplazado por CFK en medio de un escándalo por negarse a constituir un Fondo del Bicentenario con parte de las reservas en el Banco Central.

Además de ese episodio, en el entorno de AF no son pocos los que dudan de su capacidad para conducir una economía en crisis y de su fidelidad al proyecto. Además de que no es bien visto en las filas del kirchnerismo duro, y mucho menos por los aliados de centroizquierda del Frente de Todos.

Guillermo Nielsen, el viceministro de Lavagna que tuvo a su cargo la primera renegociación de la deuda, ha tenido intensa presencia mediática e incluso fue uno de los tres que acompañó a AF a la reunión con los representantes del FMI (Maximiliano Luna)

Guillermo Nielsen, el viceministro de RL que tuvo a su cargo la primera renegociación de la deuda, ha tenido intensa presencia mediática e incluso fue uno de los tres que acompañó a AF a la reunión con los representantes del FMI. No obstante su destino no sería el Palacio de Hacienda, sino el encargado de potenciar el proyecto de Vaca Muerta, algo en lo que GN ha venido trabajando.

En su contra también juega sus coqueteos con el excéntrico grupo de libertarios de José Luis Espert, Javier Milei, Diego Giacomini y Fausto Spotorno y una visión de la macroeconomía demasiado ortodoxa para el gusto de varios.

En contra de Guillermo Nielsen juega sus coqueteos con el excéntrico grupo de libertarios de José Luis Espert, Javier Milei, Diego Giacomini y Fausto Spotorno y una visión de la macroeconomía demasiado ortodoxa para el gusto de varios

La ex presidente del Banco Central de CFK, Mercedes Marcó del Pont, es muy respetada y escuchada por AF. Pero así como GN no es muy bien visto por las bases del Frente de Todos, ella no cumple con el requisito de "agradar" a los mercados, particularmente a los financieros. Por otra parte, se le escuchó que por motivos personales, la presidente de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo Económico (FIDE) no tendría demasiadas ganas de asumir semejante desafío y carga laboral.

Después están los economistas del grupo Callao creado por Santiago Cafiero, la mano derecha de AF. Se destacan Matías Kulfas y Cecilia Todesca Bocco. Kulfas ha sido subsecretario Pyme, director del Banco Nación y gerente general del Banco Central durante el kirchnerismo, y es querido y de consulta frecuente por el jefe.

Lo mismo que Todesca Bocco, hija del actual titular del Indec, investigadora en FIDE y con pasado en puestos jerárquicos de Economía, Banco Central y en la calificadora Standard&Poor´s.

Ambos son muy respetados en el ambiente de los economistas, cuentan con la ventaja de ser albertistas de la primera hora en el Grupo Callao, pero son muy poco conocidos y carecen de la densidad para ocupar el Ministerio de Economía de un país en crisis.

También circulan los nombres de Martín Guzmán, un economista que trabaja junto al Premio Nobel Joseph Stiglitz; el del ex vice del Banco Central Miguel Ángel Pesce y el de Arnaldo Bocco, ex director del Banco Central y presidente del BICE. Probablemente ocupen algún casillero en el equipo económico, pero difícilmente el de arriba del organigrama.

¿Entonces?

Ese es una de los grandes dilemas de AF, que de todas maneras ya adelantó que no va a designar a ningún ministro hasta no ser Presidente. Pero tarde o temprano va a tener que decidir cómo escapar de un laberinto en el que le sobran nombres pero del que no encuentra salida.

Otra posibilidad es que la salida del laberinto termine siendo por arriba. Con algún político de peso como ministro de Economía, y un equipo de técnicos y especialistas que lo acompañe.

En tal caso a AF se le presentaría otro problema. ¿Quién sería ese político capaz de conducir a un grupo de economistas?

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