En la capital norteamericana hablan de "incentivos" al evaluar las posibilidades de que el Fondo Monetario Internacional finalmente envíe a la Argentina el desembolso correspondiente a la quinta revisión del acuerdo stand by, que aún no se hizo ni tiene fecha de inicio.
Es una suerte de matemática en la que juegan varios factores en función de los cuales el país tiene más o menos chances de recibir esos fondos –por 5.400 millones de dólares–, que pueden ser vitales para el Gobierno en momentos en que necesita apuntalar las reservas del Banco Central y llevar tranquilidad al mercado.
Es una matemática sin números. Un incentivo a favor es el cumplimiento técnico de las metas fiscales y monetarias pautadas en el programa. Los analistas en Washington coinciden en que el Gobierno cumplió estos objetivos en el segundo trimestre del año, al que corresponde la quinta revisión todavía pendiente.
Un incentivo en contra sería la sustentabilidad de la deuda, que presenta serias dudas y que podría llevar a que el país no apruebe el examen del FMI. Ese riesgo justificaría, entre otras razones, la postergación de la misión técnica del Fondo y la iniciativa oficial de "reperfilar" la deuda de mediano y largo plazo.
"El incentivo para la burocracia del Fondo está ahora en el control de daños", sugirió off the record un analista de la capital estadounidense. El organismo ya le prestó a la Argentina 44.000 millones de dólares de los 57.000 otorgados hace un año. Una mayor exposición puede no ser tolerable para el board en las circunstancias actuales.
Es una parte de la explicación. El escenario cambió por completo desde las PASO. En la matemática del Fondo también pesa ahora la viabilidad política del programa stand-by y los compromisos asumidos por un gobierno que en pocos meses quizá ya no esté para llevar adelante las políticas acordadas.
Es decir, los técnicos evalúan la capacidad institucional del país de darles continuidad a las políticas que se acordaron. Y también en ese terreno podrían surgir objeciones del directorio. "¿Si Alberto Fernández no da señales de que va a cumplir con las condiciones del FMI, por qué prestar más plata?", resumió para Infobae Benjamin Gedan, experto del Wilson Center de Washington.
"Con el FMI es siempre igual. Los préstamos requieren recortes brutales del presupuesto, que son tóxicos en términos políticos y por lo tanto no son sostenibles", dijo el especialista. "Macri cumplió con los requisitos y le costó su reelección. Y como siempre, los que vienen después rechazan los principios básicos del programa", añadió.
¿Si Alberto Fernández no da señales de que va a cumplir con las condiciones del FMI, por qué prestar más plata? (Gedan)
El anuncio del ministro Hernán Lacunza de que buscará una renegociación del acuerdo con el Fondo tampoco ayudó mucho, según los observadores.
"¿Por qué el FMI le prestaría más plata a Macri cuando al mismo tiempo te está pidiendo un plazo más largo para devolverla y es probable que no sea él quien tenga que cumplir ese compromiso?", razonó una de las fuentes consultadas por Infobae. Además, un plazo más largo conlleva mayores exigencias, y Alberto Fernández podría rechazar esos términos.
El economista Héctor Torres, ex representante de la Argentina ante el Fondo, resumió estas dudas cuando señaló, días atrás, que el FMI "difícilmente vaya a comprometerse en algo si no escucha del futuro gobierno qué es lo que va a hacer".
"Tendría que llegar un llamado de algún lado; si no, parece difícil que el Fondo pueda justificar el desembolso", coincidió en reserva otro experto de la capital norteamericana. El gobierno de Donald Trump jugó fuerte a favor de la Argentina dentro del FMI y podría volver a hacerlo. Pero, otra vez, también es posible que después de la derrota en las PASO los incentivos ya no estén.
Una pregunta incómoda pero recurrente en estos días en Washington es si la historia de desencuentros entre la Argentina y el Fondo puede repetirse una vez más, 18 años después de la última gran crisis. O si justamente porque existe el riesgo de que se repita esa historia, con su traumática lección de caos político, pobreza y violencia, el FMI tomará esta vez un camino distinto.
Desde ese punto de vista podría haber un incentivo político e incluso moral para que lo haga. Hubo una fuerte autocrítica en aquella oportunidad y la reputación del FMI pagó un costo muy alto, que sin duda no querrá repetir. Sin embargo, el Fondo suele priorizar criterios técnicos a la hora de tomar decisiones.
"Hay lecciones de 2001, sin duda", sostuvo Gedan. Pero su peso es relativo. "El FMI responde a la junta directiva, a la que no le importan las cuestiones históricas o el legado", sentenció.
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