Si en algún momento las consultoras esperaban que en el segundo semestre comenzara una leve recuperación del consumo masivo producto de las bajas bases de comparación del año pasado, la desaceleración de la inflación y las paritarias, los datos de julio finalmente confirmaron que las expectativas previas eran demasiado optimistas.
Las ventas del séptimo mes del año en supermercados y autoservicios se derrumbaron 10% respecto del mismo período del año pasado y acumulan una contracción de 7,6% en lo que va del año, según el último informe de la consultora Scentia. Un dato similar, algo peor, había mostrado Nielsen días atrás, con una caída de 11,6% pero sólo en el canal moderno.
Los datos generan alarma, ya que pertenecen al mes previo a las PASO y, por ende, a la devaluación de 18,7%. Con la suba del dólar y el impacto que tuvo en los precios, en agosto el escenario podría ser incluso peor, aunque podría atenuarse por las medidas adoptadas por el Gobierno para morigerar este golpe, especialmente, la quita del IVA a los alimentos de la canasta básica.
"Mientras que la brecha entre ingresos e inflación siga alta, el consumo seguirá cayendo. Más aún si se tiene en cuenta que el 76% de los ingresos de los hogares que menos ganan se destina a alimentación básica", afirmó Osvaldo Del Río, de Scentia, ante la consulta de Infobae.
De acuerdo con el informe, las caídas en supermercados y autoservicios estuvieron bastante parejas este mes. Mientras que la merma en las cadenas fue del 9,9% interanual, en los autoservicios independientes alcanzó el 10,1%. La única diferencia es que mientras que en el interior del país la contracción fue superior en el canal moderno, en el área metropolitana las ventas en comercios más chicos se contrajo 13,1% (frente al 9,1% de los grandes supermercados).
En cuanto a los rubros, "limpieza de ropa y hogar" fue el más afectado, con una caída del 12,2%, seguidos por "desayuno y merienda" (-11,4%); "perecederos y fríos" (-10,6%) y "bebidas sin alcohol" (-10,4%). El consumo de bebidas con alcohol fue el que menos cayó, con 7,1% respecto del mismo mes del 2018.
Según remarcó Del Río, "en agosto tal vez se pueda observar cierta desaceleración en la caída porque mucha gente salió a comprar productos para stockearse, los primeros días pos devaluación y ante la certeza de que se vendrían aumentos de precios". "También hay que ver cómo pudo haber afectado la quita del IVA, ya que en algunos productos neutralizó el aumento, en otros permitió que bajen, y en otros igual subió", agregó el consultor.
"La quita del IVA en la canasta básica es una medida de gran ayuda para el consumidor, aunque la implementación en los mercados no fue equitativa ya que encontramos, en las cadenas de supermercados, una activación y comunicación en góndola inmediata (pues efectuan su compra directa al fabricante), mientras que la misma acción no tiene impacto relevante en canales tradicionales como almacenes y autoservicios de barrio", agregó Walter Vargas, director de Nuevos Negocios de Nielsen Argentina.
Respecto del dato de julio, la expectativa que había en el sector el mes pasado era que tal vez modere la baja debido a que en julio del año pasado el consumo masivo ya había caído 3% en términos interanuales. Además, los precios comenzaban a reflejar una tenue desaceleración y los consumidores, a recibir los aumentos de las paritarias. Sin embargo, nada de eso ocurrió.
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