El Índice de Producción Industrial (IPI) de FIEL de julio acusó un retroceso del 0,5% respecto al mes anterior en términos desestacionalizados, de acuerdo a información preliminar. Para el mes anterior el Indec había medido una contracción de 1,8 por ciento.
Según la medición de la entidad privada "en la medición ajustada por estacionalidad en los primeros 7 meses se registró una leve suba de 0,2%", representa una nueva caída en términos de producción por habitante.
Desde diciembre pasado la actividad industrial ha permanecido estable, acumulando una ligera mejora de 0,2 por ciento
Además, el virtual estancamiento de la actividad fabril agregada contribuyó a reducir a la mitad la tasa de baja respecto del ya reducido nivel que había mostrado un año atrás el conjunto de las manufacturas: 3,9% en comparación con 7,5% que arrojó el promedio de los primeros 7 meses.
Una vez más, el motor de la recesión en este sector fue la rama automotriz, porque vio debilitada tanto la demanda interna, al disminuir nuevamente el ingreso real de los trabajadores, y también los pedidos de Brasil.
Por el contrario, FIEL detectó dos ramas de actividad ‐la refinación de petróleo y la producción de alimentos y bebidas‐ con signos positivos: acumularon un trimestre con mejora interanual, al tiempo que los despachos de cigarrillos también mostraron mayor producción.
Los pocos rubros que cerraron julio con mayores índices que un año antes fueron los de la alimentación, cigarrillos, refinación de petróleo y algunos insumos para la construcción
Y en el caso de los insumos para la construcción se vieron favorecidos en julio por la mejora climática, en contraste con las excesivas lluvias de junio que provocaron el retraso de muchas obras.
El dato del Indec se difundirá el 5 de septiembre, y en general ha venido arrojando variaciones más negativas que las anticipadas por las consultoras privadas, pero más alineadas con las expectativas que los empresarios tenían para el tercer trimestre.
Justamente esas previsiones se estiman serán ajustadas tras las PASO, por el impacto recesivo de la devaluación y alza de las tasas de interés sobre la capacidad de gasto de las familias, principal motor de la demanda agregada.
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