Los mercados financieros argentinos profundizaron su racha negativa este miércoles, con precios que se sumergían por el arrastre negativo de los mercados externos y la escéptica recepción al paquete de medidas anunciadas por el presidente Mauricio Macri para aliviar el impacto de la devaluación en la economía real.
Las acciones argentinas cerraron con baja de 1,9% en pesos, según el índice S&P Merval de ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos), ya debajo de los 30.000 puntos.
Aunque exhibieron una mejora desde un baja máxima de 4,6% durante la rueda, se desplomaron 9,2% medidas en dólares, debido al salto de 8,2% en el valor del dólar mayorista (devaluación de 7,1% del peso argentino), que contagió a los títulos privados.
Así se observó en la referencia de las cotizaciones en dólares de los ADR argentinos negociados en las bolsas de Nueva York.
Medido en dólares, el S&P Merval cedió debajo de los 500 puntos, a los precios más bajos desde el 4 de noviembre de 2012. Vale recordar que en enero de 2018, antes de la rampante devaluación por el desarme de las Lebac del Banco Central, el Merval en dólares llegó a superar los 1.600 puntos en dólares.
Los analistas de Portfolio Personal Inversiones consignaron que "el resultado electoral de las PASO generó un cimbronazo en la renta variable", con un S&P Merval que en dólares destruyó la mitad de su valor en menos de una semana.
Medidas en dólares, las acciones argentinas bajan a mínimos en casi siete años
Un nivel del Merval de 450 puntos es comparable con el promedio de 2012/2013, cuando el mercado local padeció la salida de fondos por la reestatización de YPF y el default selectivo de deuda por un fallo adverso en la Justicia de los EEUU. No obstante, aún está muy por encima de los 200 puntos que promedió en 2002 y 2003, cuando el país atravesaba una histórica crisis económica, con cesación de pagos de la deuda.
En el mismo sentido, los bonos argentinos cotizan a precios de default. Por ello, el Riesgo País de JP Morgan, que mide el diferencial de tasa de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes, aumenta más de 10%, por encima de los 1.900 puntos básicos por primera vez desde abril de 2009.
En aquel año, la actividad económica argentina se hundió un 5,9%, por factores ajenos al gobierno de Cristina Kirchner: una crisis financiera internacional que sumió al mundo en recesión, con caída de precios de las materias primas, y una importante sequía que afectó la producción agrícola.
El resultado de las PASO esmeriló el poder político de Mauricio Macri, cuando faltan dos meses para la elección general
Víctor Beker, director del CENE (Centro de Estudios de la Nueva Economía) de la Universidad de Belgrano, consideró que "las urnas dieron un veredicto el pasado 11 de agosto. Su impacto en la economía no se hizo esperar: disparada del tipo de cambio y del riesgo país y debacle de las cotizaciones bursátiles".
Beker explicó que en la crisis política y económica actual, a diferencia de las debacles de 1989 y 2002, "la principal diferencia es que hoy hay un acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional. Ello permitió engrosar las reservas del Banco Central y dotarlo de una masa de maniobra para hacer frente a una fuga de capitales".
Para Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil, "el voto 'castigo' de la clase media fue categórico, derrotaron al oficialismo como 'para que tenga', tanto que exageraron la nota y hoy la preocupación es total, propia y externa".
En 2019 las acciones caen en promedio un 38,6% en dólares y un 1,7% en pesos
"Vaya si es importante el voto, pero cuando resulta exagerado, puede volverse en contra. El mundo se disgustó y también dio su veredicto, los ADR fueron de la partida del desplome con bajas entre 50 y el 60 por ciento. Esa exageración también es paliza para la ganadora oposición: el mundo económico no comulga con los que fueron el pasado. El mensaje es categórico, negativo para el oficialismo y para la oposición", evaluó Fedio.
A la turbulencia financiera local, que contagia a la escena política y a la macroeconomía, por las expectativas de mayor inflación, se suma una jornada "negra" en Wall Street, donde los principales índices recortaron un 3%, la peor baja de 2019, debido a la caída en la rentabilidad de la deuda pública en EEUU.
En el principal mercado financiero del mundo se arbitraba de acciones a bonos soberanos, dinámica que generaba una caída de los precios de la renta variable y un aumento de precios de la renta fija.
Como los precios de los bonos evolucionan en sentido inverso a las tasas, los rendimientos de los Treasuries a 10 años descendían a 1,58% anual, que quedaron brevemente por debajo de los de los títulos a 2 años, algo que no ocurría desde junio de 2007.
Según los analistas, esta inversión de la curva de rendimientos es una señal que anticipa la posibilidad de una recesión en los EEUU.
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