En una jornada muy compleja para la economía argentina, el ministro de Hacienda recibió señales encontradas por parte de los mercados, luego de la respuesta que dieron al resultado singularmente negativo de las PASO a la política en curso.
Por un lado vio como la publicación en la página de internet de la Secretaría de Financiamiento del estado de la deuda pública al 31 de julio último había quedado rápidamente vieja, porque lejos de haber aumentado en otros USD 5.000 millones, respecto de junio, a USD 339.520 millones, ayer bajó a USD 325.400 millones, por efecto de la licuación de la porción nominada en pesos, tras el salto del tipo de cambio de $45,30 a $55,30 en la operatoria mayorista.
Al 31 de julio la deuda pública subió al equivalente a USD 339.520 millones, pero con la devaluación de ayer se retrajo a USD 325.400 millones, por la licuación de la porción nominada en pesos
Pero por el otro, semejante depreciación del peso tuvo como efecto inmediato la "licuación" del nivel de generación de riqueza de unos USD 450.505 millones, equivalente al año que es el último dato oficial a marzo, y posterior salto hasta un estimado de poco más de USD 484.000 millones a fines de julio, a USD 384.000 millones, unos USD 8.570 promedio por habitante y por año.
De ahí que de una relación de deuda pública total sobre el PBI que se ubicaba en 71,6% al cierre del primer trimestre, y descendido levemente a 70,1% en julio, ahora saltó a casi 85%, un valor que agravó más la preocupación de los tenedores de bonos, como de las agencias evaluadoras de riesgo soberano sobre la capacidad de pago de Hacienda de los próximos vencimientos.
El PBI por habitante retrocedió del equivalente al año de USD 10.800 a fines de junio a unos USD 8.600 ahora
Más aún cuando desde las principales fuerzas de oposición se habla abiertamente sobre la necesidad de renegociación de los compromisos y del acuerdo que el Gobierno firmó con el FMI hace menos de un año.
La tasa de riesgo país, más próxima a los 900 puntos básicos que de los 700 como había insinuado pocas semanas atrás, ya había descontado en alguna medida esa perspectiva, por eso no fue una de las noticias del día, como ocurrió con el derrumbe de la Bolsa, la escalada de las tasas de interés y la devaluación del peso.
Pero no deja de constituir una clara señal de la debilidad que ofrece la economía argentina y que los resultados positivos que ha venido mostrando el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, han sido necesarios, pero no suficientes para despejar la incertidumbre que volvieron a mostrar los mercados.
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