El precandidato presidencial Alberto Fernández generó una airada polémica en el mundo de los analistas económicos y financieros por su propuesta de subsidiar los medicamentos de los jubilados afiliados al PAMI y aumentar 20% los haberes con parte de los pesos con los que el Banco Central paga los intereses de sus títulos de deuda.
Más allá de los necesarios debates políticos, ideológicos y hasta éticos sobre la cuestión, que son moneda corriente en el medio de la campaña presidencial, existen impedimentos técnicos que frenan la posibilidad de pagar con los pesos de intereses que devengan las Letras de Liquidez (Leliq) los remedios para los jubilados.
Si bien Alberto Fernández no hizo explícito que quiera un "default" de las Leliq, afirmó que subsidiar los medicamentos demandaría unos $19.000 millones, frente a las Letras que pagan unos $60.000 millones al mes a los bancos, exclusivos suscriptores de estos títulos.
¿Qué impide usar los fondos de las Leliq para el pago de remedios u otro gasto?
1) EL BANCO CENTRAL NO ES EL TESORO. La entidad monetaria es un ente rector del sistema financiero, autárquico –es decir, independiente del Gobierno, aunque integra el Poder Ejecutivo- y es el que emite los pesos. En consecuencia, un gasto a cargo del Tesoro, que depende del Ministerio de Hacienda –y, por lo tanto del Presidente de la Nación- y que es el que maneja la caja del Gobierno, no puede ser financiado por el Banco Central, sino con más endeudamiento soberano.
2) ACUERDO CON EL FMI. Debido a la voluminosa deuda pública, que se incrementó en forma notoria durante la administración de Mauricio Macri, hoy es imprescindible el financiamiento que el Fondo Monetario Internacional le da al Tesoro argentino para cumplir con los vencimientos de los bonos.
Justamente, el FMI fue terminante en que el BCRA debía dejar de financiar el Tesoro con emisión espuria de pesos –práctica común durante las presidencias de Cristina Kirchner- y que debía reafirmarse la independencia de la entidad monetaria. Si se quiebra con este ítem del stand by, se cae el acuerdo con el FMI y Argentina recaería en una cesación de pagos de consecuencias imprevisibles y, seguramente, más costosas que el beneficio del subsidio a los medicamentos, tal como sucedió en diciembre del 2001.
3) AMENAZA DE SALIDA DE DEPÓSITOS. Dejar de pagar los intereses de Leliq traería un riesgo sistémico que obligaría a una cuantiosa emisión monetaria y una escalada del dólar. ¿Por qué? Hoy las Leliq son un importante pasivo en el balance del Banco Central. La entidad que preside Guido Sandleris tomó de los bancos unos $1.190.731 millones ($1,19 billón), equivalentes a USD 27.467,9 millones o 40,4% de las reservas internacionales, que el viernes contabilizaron USD 68.066 millones, según datos sujetos a ajuste.
Dicho stock es muy similar al de los depósitos a plazo del sector privado, por $1.273.371 millones ($1,27 billón). Quiere decir que en buena medida los depósitos en plazo fijo de ahorristas y empresas que los bancos toman, están a su vez colocados en las Leliq. Si los ahorristas retiran sus depósitos, los bancos van a tener que desarmar sus posturas en Leliq. Y el BCRA va a tener que emitir pesos para cancelarlas, con enorme efecto inflacionario.
El BCRA garantiza con las Leliq elevadas tasas de interés que frenan la salida de depósitos en pesos y la demanda de dólares
4) RIESGO CAMBIARIO. Volcar una enorme masa de pesos por el desarme de depósitos provocaría una corrida cambiaria de magnitud que desestabilizaría al Gobierno –actual o futuro- y un salto alcista para el precio del dólar que sería perjudicial en cualquier aspecto, como sucedió en 2002, con fuerte recesión e inflación. En la crisis de hace 17 años incluyó la cesación de pagos, "corralito", la pesificación asimétrica, destrucción de empleo –la desocupación llegó al 22%- y pobreza récord –superó el 50% de la población.
5) CRECIMIENTO "CERO" DE LA BASE MONETARIA. Un eventual desarme de las Leliq llevaría a una emisión de pesos que pasarían a incrementar el circulante. Hoy la Base Monetaria (billetes y monedas en poder del público, cheques cancelatorios en pesos y depósitos de los bancos en el BCRA) ronda los $1.420.027 millones, según datos al 23 de julio pasado.
Por el acuerdo con el FMI, el BCRA se comprometió al crecimiento "cero" de la Base Monetaria para contener la inflación y el tipo de cambio, y evitar una crisis financiera con rampante devaluación como la experimentada entre abril y septiembre del año pasado. El límite de Base Monetaria es hoy de $1.343.000 billón ($1,343 billón) y debe ser cumplido para fin de agosto, lo que quiere decir que el BCRA debe absorber pesos y no expandir para que el acuerdo con el Fondo se cumpla.
Esta absorción explica las altas tasas de interés de las Leliq, hoy cercanas al 60% anual, que desde octubre devengaron más de $400.000 millones, para que los pesos en poder de ahorristas y empresas no se pasen a dólares.
Los argumentos de Alberto Fernández
El precandidato presidencial del Frente de Todos afirmó a El Destape que si llega a ganar las elecciones va "a dejar de pagar los intereses de Leliq que está pagando la Argentina todos los días. Hicieron un gran problema porque dije que quería que los jubilados no paguen más los medicamentos, que el Estado se los subsidie. Dijeron: 'eso es una barbaridad, cuesta como unos $19.000 millones'. Son diez días de intereses de Leliq a cambio de la tranquilidad de todo el año de los jubilados. Por favor, es una indecencia y una inmoralidad lo que plantean".
El debate es válido, aunque sea cual fuere el camino elegido, siempre es la sociedad la que paga en definitiva, sea a través de los subsidios –más gasto público financiado con impuestos-, la emisión de deuda pública para afrontar más gasto corriente o por la emisión monetaria del Banco Central –efecto inflacionario y devaluatorio que consume al salario real-.
Por otra parte, Fernández apuntó que "éste no es el precio del dólar, ellos –por el actual Gobierno- lo saben. Nos están haciendo perder por todos lados. Nos hacen vivir con un dólar barato, que se fuga permanentemente de la Argentina y a cambio pagamos tasas exorbitantes que impiden el desarrollo argentino. Ellos lo saben, lo único que tenemos que hacer es hablar y decir la verdad, sincerar lo que está pasando".
Este punto también es discutible. Es cierto que las tasas de política monetaria son muy elevadas, casi 30 puntos porcentuales por encima de la inflación esperada para los próximos doce meses, pero este costo excesivo está muy relacionado con la incertidumbre política debido a las cruciales elecciones de octubre, con desenlace muy ajustado y que podrían determinar un rotundo cambio de política económica si se impone la principal fórmula opositora. Mayor tensión política, como la que podría acarrear una propuesta que plantea dar marcha atrás con un acuerdo con el FMI como el que está vigente y eliminar Leliq, con una inevitable emisión de pesos que llevaría a duplicar la Base Monetaria ($1,2 billón de Leliq más $1,4 billón de Base), tendría efecto de "profecía autocumplida", con una disparada del dólar aún antes de cambiar las reglas de juego.
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