Después de tres meses en que los indicadores oficiales que determinan los límites para no caer en situación de pobreza e indigencia por parte de los hogares del área del Gran Buenos Aires se movieron por debajo de la tasa de inflación, en junio se registró un empate en 2,7% con la variación del Índice de Precios al Consumidor.
Para el caso de una familia tipo integrada por dos adultos y dos menores en escolaridad primaria, el organismo de estadística determinó que el conjunto de los miembros del hogar debía reunir un mínimo de $12.409,72 para no caer debajo de la línea de indigencia; y $31.148,41 para quedar por debajo de la línea de pobreza.
Después de 3 meses de subir los umbrales de pobreza e indigencia por debajo de la tasa de inflación, en junio se registró un empate en 2,7 por ciento
De este modo, cerró el primer semestre con variaciones en ambos casos similares a la inflación, pero aún se mantuvieron con una suba de 3 puntos porcentuales respecto del alza general de precios de la economía en los pasados 12 meses: 58,3% la Canasta Básica Alimentaria y 58,9% la Canasta Básica Total, en comparación con un salto del 55,8% del IPC.
Sin embargo, los factores que determinan los cambios en los indicadores de pobreza e indigencia se vinculan con otras tres variables más relevantes: el empleo, los salarios y la variación de las asignaciones familiares y jubilaciones.
En el primer caso, se estima que la economía continuó achicando la nómina de trabajadores registrados, en particular en la industria, el comercio y la construcción; y también la actualización de las remuneraciones; mientras que las asignaciones familiares, jubilaciones y pensiones, por el contrario, recibieron en junio el efecto de la actualización trimestral por la movilidad jubilatoria, de 10,7 por ciento.
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