La semana comienza con los inversores con la guardia alta. Los datos de futuros de los índices que vienen del exterior no son señales claras. Wall Street tiene todos los indicadores con subas demasiado leves como para ser tomadas como un adelanto de que las bolsas de Estados Unidos van a tener una jornada positiva. Es que esta semana se conocerá el dato de crecimiento del PBI y seguirán ingresando balances clave a la Bolsa que parecen confirmar la desaceleración de la economía del mundo y la necesidad de bajar las tasas a fin de mes.
Europa tienen casi todos sus futuros de la Bolsa en territorio negativo y Asia muestra un comportamiento algo más optimista. Lo mejor pasaba por el Han Seng de Hong Kong que en la medianoche de la Argentina estaba más de 1% arriba. El Nikkei de Japón caía 0,15% y el China A 50 de Shanghai subía 1,20%. El SZSE Component de Shenzhen, la otra bolsa importante de China, acumulaba ganancias de 0,81%.
En la Argentina el dato más importante es el bajo volumen de vencimiento de Letras de Liquidez (LELIQ) del lunes que alcanza a $ 186.365 millones. Eso le permitirá actuar con más margen de acción, debido a que la semana pasada no pudo cubrir vencimientos por casi $ 100 mil millones que engrosaron la demanda de dólares y les permitió subir 1,84%. Si la suba no fue mayor es porque el mercado cambiario está aplastado por distintas medidas de pseudo intervención como la venta exagerada de futuros y de los bancos oficiales. Pero atención, entre el martes y miércoles los vencimientos de LELIQ suman casi $ 500 mil millones.
Otro dato clave es cómo se comportará el mercado de valores local que viene muy golpeado en las últimas ruedas, como si se hubiera alejado de la euforia que provocó la suba de Mauricio Macri en las encuestas.
El riesgo país tendrá que ver con lo que suceda en el exterior. La suba de los bonos de los Estados Unidos, hace más difícil bajar el riesgo. Los inversores norteamericanos se están refugiando en bonos y oro por la baja de las tasas de interés y eso sube la paridad. Los bonos argentinos, a pesar de que mantienen su paridad, ven subir el riesgo país por la fortaleza del título norteamericano que es la referencia.
El conflicto con Irán se suma a las distintas guerras comerciales que Donald Trump mantiene con los principales países del mundo y complica a los mercados emergentes porque ante situaciones complejas el dinero vuela a los países más seguros.
El presidente norteamericano busca un dólar débil, algo que conviene a la Argentina, pero tropieza con los inconvenientes que su política exterior genera y con la posibilidad que Europa baje sus tasas de interés.
Otro dato clave, es el precio del petróleo que terminó la semana en leve alza (+0,01%) a USD 62,46 el barril, después de un importante rally por el incidente del dron con Irán.
Pero todos estos datos son el coro que rodea al dólar. Al Gobierno le interesa mantener al dólar en los valores actuales. No le permite una mínima alza. Cree que cada suba de la divisa norteamericana le resta chances electorales. Debería prestar más atención a lo que sucede en la oposición, que ha hecho más por su mejor posición en las encuestas que la baja del dólar y los movimientos del propio oficialismo.
La baja de tasas, por caso, que debería haberse desacelerado, parece un movimiento en cámara lenta. En las últimas ruedas las bajó un mínimo de 0,02 puntos diarios. O sea que a ese ritmo en una semana las baja 0,10 puntos, un porcentaje intrascendente.
También sabe que está corriendo una carrera contra el tiempo porque el "carry trade", elegir los plazos fijos sobre el dólar porque se gana más, se está terminando. De hecho, los plazos fijos crecen menos que la tasa de interés que pagan lo que en términos reales equivale a una caída. Por eso todos los días libera pesos a la plaza. En un mes los plazos fijos crecieron 1,4% cuando la tasa está en 4,7% mensual.
Los depósitos en dólares del sector privado bajaron 1% en un mes, pero están por encima de los USD 34.100 millones. Si se mira con objetividad el escenario a pocas ruedas de las PASO, es más optimista de lo que se esperaba hace un mes. Pero hay que tener en cuenta que los nervios son crecientes y eso se notó en las inversiones del jueves y viernes. El lunes esas tensiones crecerán. La plaza estará dominada por el tema electoral y allí la racionalidad le deja terreno al azar lo que no es positivo.
Ya no se puede predecir cómo será la semana, sino a lo más, se puede hacer una aproximación de cómo puede evolucionar la rueda. El dólar seguirá dando pelea, la Bolsa seguirá envuelta en sus dudas y el riesgo país dependerá totalmente de lo que suceda con el Bono del Tesoro de Estados Unidos que está en plena alza.