Autoservicio de combustible. Aunque no será exclusivo, el Gobierno a través de la Secretaría de Energía está a punto de reglamentar una iniciativa impulsada por las petroleras, que habilita el despacho de combustible bajo esa modalidad, la que se practica en la mayoría de las estaciones de servicio de los países desarrollados.
Según pudo saber Infobae, la idea –en principio voluntaria– es que al menos uno o dos surtidores por estación de servicio cuenten con el sistema y un precio diferencial para el cliente. Esta alternativa y otras problemáticas que atraviesa el sector, fueron debatidas este jueves por estacioneros de todo el país durante una larga reunión en la sede de CECHA, cámara que nuclea a las entidades del comercio de hidrocarburos y afines en nuestro país.
Gabriel Bornoroni, vocero de CECHA, expresó su satisfacción por la iniciativa. "Para nosotros es fantástico, es una idea muy buena. Además que nos permite bajar los costos, nos da una herramienta más para poder bajar el precio de los combustibles y la gente que quiere pagar, pueda hacerlo", destacó.
La normativa está en etapa de definición. Aunque no trascendieron detalles, dentro del marco regulatorio habrá ciertas características que se deberán cumplir como por ejemplo: deberá haber siempre un playero controlando la carga por parte del cliente; el surtidor deberá tener un botón que corte automáticamente el dispenser; además, se deberán facilitar guantes a cada cliente para poder realizar la carga, entre otras cosas.
En el país ya hubo algunas pruebas en ese sentido, aunque el argentino no es amigo del autoservicio e históricamente está acostumbrado a contar con un empleado que realice la carga de combustible. "Quizás con el tiempo se comience a usar", se ilusiona Bornoroni.
Por lo pronto, la intención oficial es que cada estacionero decida si lo implementa o no, sin ser obligatorio. Sin embargo, en los gremios se encendió una luz de alerta ante la posibilidad de que se pierdan puestos de trabajo o que los empleados pasen a ocupar otras funciones.
Aumentos
Finalmente, Bornoroni dijo que no se ven en el horizonte próximo nuevos aumentos en los precios de los combustibles. "La nafta no va a bajar, pero tampoco se habla de suba. El dólar está bajo, no hay más atraso y con el último aumento se llegó al punto de equilibrio. Habría que preguntarle a las petroleras por qué no baja la nafta", sentenció.
Durante el 2018 se registraron 14 aumentos de precios y dos rebajas. De aquí se desprende que los precios en promedio se incrementaron anualmente casi 70 por ciento. El Diesel fue el combustible que más aumentó con 76,3%; le sigue el gasoil con un 74,3% de incremento; la nafta premium con 65,8% y finalmente la Súper con un alza de 64,2 por ciento.
El consumo sintió el impacto de la suba de precios y el deterioro de la economía de bolsillo. Según datos del sector, durante el año pasado se vendieron 16.299.765 m3 de combustibles, mientras que en 2017 habían sido 16.403.456 m3, lo que marca una caída del 0,63 por ciento. Así, el 2018 cerró con una caída general del consumo del 5,17% en diciembre, empujado por un derrumbe de más de 24% de la Nafta Premium, mientras que la Súper mantuvo el incremento de los últimos meses (+4,90%).
En lo que va del año, los combustibles ya aumentaron un 17,5%. El último incremento de YPF y Shell se registró el 1 de julio. De esa manera, los nuevos precios de los combustibles Shell quedan de la siguiente manera: V-Power nafta, $50,93; Super, $43,91; V-Power diesel, $48,92; y Fórmula Diesel, $42,96.
En el caso de la petrolera estatal, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el litro de Infinia alcanzó los 50,43 pesos, mientras que la Súper 43,71. Por su parte, la Infinia Diesel se comercializa a 47,92 pesos y la D500 a 40,94.
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