Después de cuatro trimestres en creciente recesión, la economía comienza a dar señales de superación gradual, con logros más notables en los indicadores fundamentales, como reducción del déficit fiscal, con recorte real del gasto público y aumento de la presión tributaria, en particular sobre los exportadores y los asalariados de altos ingreso; cierre de la brecha externa, con un tipo de cambio más competitivo que años anteriores, aunque empezó a debilitarse, y una actividad en el sector real que comienza a reaccionar, aunque aún de manera lenta.
Entre los economistas que por ahora aparecen con previsiones de variación de la actividad más favorable para el fin de año, es decir de aumento, incluso por sobre las previsiones oficiales, cuando el consenso del mercado y de organismos internacionales proyectan la continuidad del ciclo recesivo, aunque en claro descenso, se encuentra el ex viceministro de Economía, Orlando Ferreres, que sustenta sus proyecciones en un modelo econométrico que procesa regularmente unas 3.100 series de producción y comercio local e internacional.
Sin embargo, como ya es un clásico en sus análisis una de las mayores preocupaciones que no evita dejar de lado el experimentado consultor de empresas y de organismos internacionales, y activo analista de la coyuntura a través de su estudio Orlando Ferreres y Asociados se vincula con el nivel del tipo de cambio real multilateral, más comúnmente bautizada por los economistas como paridad teórica de equilibrio, porque a partir de la estacionalidad de las liquidaciones de exportaciones del campo, pero también de la política ad hoc para utilizar la cotización del dólar como ancla de la inflación, ha comenzado a quedar muy rezagado.
Según Ferreres el valor de equilibrio del tipo de cambio real para despejar escenarios de vulnerabilidad externa está en $54, sobre la base de una probada base histórica, es decir un 20% superior al nivel actual de mercado.
– La macroeconomía va tendiendo a normalizarse, con baja del déficit fiscal, desaceleración de la inflación y recorte de la tasa de interés de referencia, pero la economía real y la micro aún parece seguir ajustando, ¿por qué?
– Este mes de junio fue el primero que dará positivo en términos de variación del PBI respecto del año anterior, con 2% o 3%, aunque el promedio del segundo trimestre dio 0,3% negativo, y esperamos suba de 2,3% en el tercero y 5,6% en el último; es un proceso que viene bien para las aspiraciones de reelección de Mauricio Macri, comparado con cifras muy bajas del año anterior. Es decir, en el último tramo del año la economía subirá igual que la caída inicial en los primeros 3 meses, y en promedio el año terminará positivo en 0,5%, con una brecha entre extremos de más de 11 puntos porcentuales, que va a ser notorio hacia el 27 de octubre porque ya nadie podrá hablar de recesión.
Además, la extensión del programa Ahora 12, con reducción de las tasas de interés, contribuyó a mejorar el resultado de los últimos meses y el humor de las familias. Eso es lo que marca nuestro modelo econométrico con más de 3.000 series, no es una opinión, y se sustenta en los aumentos acordados en paritarias, jubilaciones y también en el conjunto de las asignaciones y planes sociales asociados a la movilidad jubilatoria, en un escenario con inflación que tiende a menos de 2% mensual, determinará una importante recuperación de los ingresos en términos reales.
Este mes de junio fue el primero que dará positivo en términos de variación del PBI respecto del año anterior, con 2% o 3%, aunque el promedio del segundo trimestre dio 0,3% negativo, y esperamos suba de 2,3% en el tercero y 5,6% en el último
– Pero el último relevamiento del Indec de expectativas de los industriales prevé que seguirá en caída la demanda interna y consecuentemente la producción…
– Si, pero la excepcional cosecha no sólo de soja, sino también de maíz, y de sus derivados, como las harinas y aceites, determinará un fuerte impulso de la industria procesadora de alimentos que contribuirá a recuperar también el índice de producción industrial, eso no es expectativa sino ya se ve como una realidad para el corto plazo.
– El tipo de cambio real está cayendo sostenidamente desde fines de abril ¿había subido mucho y se está reacomodando? ¿Cómo lo proyecta?
– El dólar tendría que estar en $54, y eso se hubiese logrado con el que esquema que se abandonó a comienzos del año, porque si no vamos a estar todos muertos. Pero parece que si no sube el tipo de cambio no habrá inflación, pero no es así, por eso siguió en 2,6% por mes. Veo que muy poca gente estudia todo con el rigor de la matemática.
El tipo de cambio es una variable que debe contemplar la variación de los costos internos, más la variación de los precios internacionales, y la inflación de los principales socios comerciales. Cuando se aleja mucho de eso aparecen los problemas. Por eso es un riesgo no tener en cuenta la paridad de equilibrio real, porque se podrá estar bien por un tiempo, pero luego en el término de un año aparecen los efectos del desajuste. De ahí que no es conveniente, más allá de la estacionalidad favorable de las liquidaciones de las exportaciones del campo.
La excepcional cosecha no sólo de soja, sino también de maíz, y de sus derivados, como las harinas y aceites, determinará un fuerte impulso de la industria procesadora de alimentos que contribuirá a recuperar también el índice de producción industrial
– ¿Qué cabe esperar para el segundo semestre 2019 en la economía en su conjunto, puede haber algo más que un rebote estadístico?
– Habrá reactivación que llevará a un modesto crecimiento como promedio del año, a partir del impulso que ya se advierte en las cosechas, pero aún así se estará en el nivel promedio de abril de 2017, por lo que sólo será una recuperación de la caída del último año que se extendió por 4 trimestres.
Un trabajo que hicimos en la consultora mostró que con Cristina Kirchner había unas 610 mil empresas y ahora se redujo a 601 mil, hubo una pérdida neta de 9 mil, cuando usualmente se generan entre entradas y salidas, unas 23.000, eso se reflejó en el aumento de la tasa de desempleo en el primer trimestre.
– De ahí surge una estructura empresaria muy precaria, como mostró un reciente informe de IDELAS-UCES, porque revela que el promedio de las pymes tiene menos de 15 empleados en relación de dependencia. ¿Se puede ser eficiente con esa estructura productiva y comercial?
– Claramente que no, para revertir eso se requieren inversiones, y eso exige que se bajen los cargos patronales y el costo no salarial de los trabajados, pero también reformas estructurales del gasto del Estado para que pueda disminuir la presión tributaria.
– ¿Y para 2020, qué grados de libertad cree tendrá el próximo gobierno para reactivar la economía y mejorar genuinamente la situación social?
– El tema del sector público, después de 23 años de haber trabajado en diversas empresas del Grupo Bunge Born; luego en el gobierno de Carlos Menem, para salir de la hiperinflación, y luego como consultor privado de empresas y organismos internacionales, se que lo que se debe aplicar en el sector público es conocimiento y experiencia, no alcanza con sentido común. Y los que hoy están en el Gobierno no tienen experiencia ejecutiva en empresas, y sino se tiene eso no se puede cambiar, se requiere de una suerte de vicepresidente ejecutivo, con 2 o 4 que asesores, a lo sumo, que abarque Hacienda, Producción y Trabajo, para que generen una política que atraiga inversiones, por eso no han venido.
– ¿Qué le pareció el Acuerdo Mercosur – UE que lideró el presidente Mauricio Macri en Japón?
– Me pareció muy positivo y auspicioso, por eso felicito al presidente Maurucio Macri. Pero por más que por concepción teórica estoy de acuerdo, debo decir que no debe quedar en so, sino en comenzar a trabajar en serio para que dé sus frutos. Me pregunto ¿qué van a hacer con el arancel externo común de 35%?, lo mantendrán bajo el argumento de que existen áreas sensibles que no afecta a 700.000 trabajadores, sino a unos 30.000, cuando y sus efectos de reducción serían muy superadores con la atracción de inversiones. Por eso se requiere traer soluciones y no quedarse con el mero anuncio del convenio.
¿Qué van a hacer con el arancel externo común de 35%?, lo mantendrán bajo el argumento de que existen áreas sensibles que no afecta a 700.000 trabajadores, sino a unos 30.000, cuando y sus efectos de reducción serían muy superadores con la atracción de inversiones
– ¿Le preocupa los vencimientos de la deuda pública del 2020?
– No, no son tan abultados, pero si los de 2021 en adelante, por lo que se requerirá de un Acuerdo de Facilidades Extendidas con el Fondo Monetario Internacional y eso exigirá presentar un programa de reformas estructurales, previsional, laboral e impositivas y del gasto público.
De todas formas, ya se ve que la mejora del cuadro macroeconómico permitió a algunas empresas poder romper la barrera de acceso que había impuesto Wall Street, la primera fue YPF con la colocación de deuda por USD 500 millones y recibió ofertas por USD 2.000 millones; también Pampa Energía; y Aeropuertos Argentina 2000, de la que soy director externo, se prepara para hacer una colocación, lo que demuestra que los mercados comenzaron a abrirse y por eso empezó a bajar el índice de riesgo país. De ahí que ya otras empresas están preparándose para nuevas emisiones, aun antes de las elecciones presidenciales de octubre.