Tras 20 años de duras negociaciones, de marchas y contramarchas, el Gobierno finalmente anunció el cierre del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea. "Es un acuerdo equilibrado, no sólo entre los dos bloques, sino hacia el interior de los sectores, y que beneficia a las economías regionales", afirmó a Infobae el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica. Pero como suele ocurrir con este tipo de negociaciones, donde no casualmente hubo años de demora en poder llegar a un arreglo, hay fuertes intereses contrapuestos en ambas regiones, por lo que siempre hay sectores heridos y otros que obtienen más beneficios.
Todavía no se conocen los detalles del acuerdo técnico, ya que hubo un gran hermetismo durante todo el proceso de discusiones, pero tras el cierre, el propio Gobierno admitió que mientras que la UE liberaliza cerca del 100% de su comercio en bienes industriales, el Mercosur lo hace en un 90%, aunque en sectores sensibles los plazos para liberalizar completamente el comercio se elevan de forma gradual a 15 años. También remarcó que el acuerdo favorece el comercio intra-industrial al reducir los aranceles para insumos y bienes de capital.
El propio Gobierno admitió que mientras que la UE liberaliza cerca del 100% de su comercio en bienes industriales, el Mercosur lo hace en un 90%, aunque en sectores sensibles los plazos para liberalizar completamente el comercio se elevan de forma gradual a 15 años
El sector automotriz es uno de los considerados sensibles, que el Gobierno logró estirar los plazos. Tendrá un período de gracia de 7 años y luego una desgravación arancelaria gradual hasta finalmente quedar en 0% al año 15. En el caso del autopartismo, también comienzan a desgravar después de los 7 años, pero a los 10 años ya la mayoría queda en 0%.
Desde la Asociación de Fábricas de Autopartes (Afac), el director ejecutivo, Juan Cantarella, aseguró que "claramente el sector automotor del Mercosur, y en particular el autopartismo, ha sido moneda de cambio en esta negociación". "Ante la ausencia de aranceles que equiparen las amplias asimetrías entre nuestros bloques, si la Argentina no avanza en serio en un salto cuántico de competitividad (reforma tributaria en serio y sin gradualismos, modernización de leyes laborales, infraestructura), será muy difícil mantener el equilibrio de las inversiones que demanda esta industria para ser sustentable desde un punto de vista productivo", enfatizó el directivo, muy molesto con el acuerdo.
La mayoría de los sectores industriales se venía manifestando con preocupación frente a la firma del acuerdo porque el impacto de las importaciones europeas, aunque sea en 10 o 15 años, afectará a la industria local, afectada ya por la falta de competitividad. Europa abre su mercado para bienes industriales del Mercosur, pero el mayor potencial del bloque sudamericano es el agroindustrial, donde los logros fueron acotados.
El documento oficial afirma que la UE eliminará aranceles de importación para el 81,7% de los productos agrícolas del Mercosur, mientras que ofrecerá cuotas o preferencias fijas para el 17,7% restante. "Sólo se excluyen algo más de 100 productos", aclara el Gobierno en ese paper.
Si la Argentina no avanza en serio en un salto cuántico de competitividad (reforma tributaria en serio y sin gradualismos, modernización de leyes laborales, infraestructura), será muy difícil mantener el equilibrio de las inversiones que demanda esta industria para ser sustentable desde un punto de vista productivo (Cantarella)
Según trascendió, algunas de las cuotas logradas por el Mercosur son las siguientes:
– 5.000 toneladas anuales para la exportación de leche de fórmula infantil y 10.000 toneladas anuales de leche en polvo. En estos dos casos, el compromiso es el aumento anual de las cuotas durante 10 años. Además, 30.000 toneladas de quesos.
– 180.000 toneladas anuales de azúcar (hasta último momento iba a quedar excluido) y 600.000 toneladas anuales de bioetanol.
– 180.000 toneladas anuales para carne aviar; 99.000 toneladas anuales para carne vacuna; y 10.000 toneladas anuales para carne porcina.
– Vino hasta 5 litros: desgravación linear en 8 años.
– Vinos espumantes: precio de entrada 8 dolares x litro x 12 años, y liberalización a partir del año 12.
– Arroz: cuota de 60.000 toneladas con arancel 0%, sin cambio en las condiciones, sin segmentación, e implementación en 6 años.
– Miel: 45.000 de toneladas con arancel 0% a la entrada en vigor del acuerdo.
Según Agroindustria, los productos cuyo arancel estaran en 0% a la entrada en vigor del acuerdo son: harina de soja y poroto de soja, aceites para uso industrial (soja, girasol, maíz), despojos comestibles de especie bovina, porcina, ovina, algunos productos de la pesca, como merluza; otros productos de origen animal (menudencias, grasas, semen bovino); manzanas, peras, duraznos, cerezas, ciruelas; legumbres; frutos secos, pasas de uvas; uvas de mesa; maní, infusiones (café, mate y té), especias, bebidas (agua mineral, cervezas, espirituosas); productos de la pesca: merluza, mieiras y calamares.
Vino, aceite y más
A su vez, la Unión Europea consiguió tener una cuota de 1.000 toneladas de quesos de alta calidad más indicaciones geográficas como el gruyere y el parmesano, que finalmente el Mercosur entregó. Ello implica que los países sudamericanos no podrán usar estas denominaciones en sus quesos.
Para el sector vitivinícola, el acuerdo alcanzado es, como se preveía, 0x0. Ello implica que se liberalizan de entrada las exportaciones de vinos para Europa así como también las importaciones hacia el Mercosur. En este sector, mientras que las bodegas nucleadas en Bodegas de Argentina aplauden el acuerdo, desde otras empresas, e incluso desde Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), salieron recientemente a remarcar los perjuicios que este convenio generará en la actividad.
Lo mismo hizo el sector olivícola. El Mercosur negoció una cuota para que Europa exporte a la región aceite de oliva y el sector salió rápidamente a advertir sobre las consecuencias para la industria local. La Federación Olivícola Argentina (FOA) viene insistiendo que "se propica una apertura", pero "es necesario contar con una economía estable, previsible, que otorgue un marco de desarrollo posible, para hacer frente a la agro industria europea y fundamentalmente a su olivicultura, que es el sector que cuenta con el mayor porcentaje de subsidios en el Viejo Continente", señaló la entidad en un comunicado.
El acuerdo también contempla una baja de aranceles para aceites refinados y sin refinar de soja y girasol, pero se terminarán de eliminar en 2030.
"Eso puede generar muchas exportaciones argentinas, especialmente de aceite de girasol, pero falta para eso", remarcó el titular de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara), Gustavo Idígoras. Quien fue negociador en Bruselas por el país durante varios años aseguró que "la finalización del acuerdo implica que el Mercosur logró torcer una historia de fracasos de 20 años, por lo cual es un éxito", pero "los beneficios se verán en varios años".
Finalmente, desde Abeceb, la consultora que fundó Sica, destacaron que "los sectores que más chances tienen de aprovechar el acuerdo son aquellos en los que Argentina se muestra competitivo actualmente. Así, en el corto plazo, las mayores oportunidades se le presentan al sector agroindustrial y pesca. Argentina tiene posibilidades de incrementar las ventas de productos agrícolas, productos de molienda y carne bovina. También se abre una importante oportunidad para diversas economías regionales, entre ellos frutas, miel, pesca y algunas variedades de vinos".
Por su parte, entre los más desafiados para Abeceb están los productos industriales. "En particular, los relacionados a la metalmecánica, como ser la industria automotriz, los autopartistas, las empresas productoras de bienes de capital y productos metálicos". Y también pone luces amarillas para algunos productos químicos y los medicamentos.
"El sector servicios y el del biodiesel merecen una mención especial. En el primer caso, donde Argentina se destaca como exportador en muchos segmentos, entre ellos software y servicios profesionales, el acuerdo
no implica una baja del arancel, pero el sector podría verse favorecido por una mayor interacción entre ambas economías, tanto en materia de comercio como de inversiones. En cuanto al biodiesel, el tratado no
implica el levantamiento de la cuota establecida (dado que el mismo se dio en el marco de una investigación antidumping) pero es dable pensar que con el correr del tiempo se logre un mejor acceso", resume la consultora.
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