La última rueda cambiaria de junio exhibió precios en baja para el dólar, que retrocedió a valores de finales de marzo pasado. En el primer semestre del año el billete verde acumuló un alza de 12,6%, unos diez puntos porcentuales menos que lo que avanzó la inflación en el período.
Desde que el pasado 29 de abril el Banco Central anunció que podría intervenir discrecionalmente en la plaza de contado para evitar movimientos disruptivos en la cotización del dólar, la divisa se encaminó a una pronunciada baja de 7,6%, desde el récord de $46,97 en promedio al público y $45,97 mayorista del 26 de abril.
Este viernes el dólar se vendió a $43,50 en sucursales del Banco Nación, con baja de 20 centavos. En el promedio de bancos de la City porteña se ofreció a 43,70 pesos.
En el segmento mayorista tocó los $42,37, el precio más bajo desde el 25 de marzo, y concluyó a 42,463 pesos. Solo en el mes de junio el descenso del tipo de cambio fue de 5,1%, la caída mensual más pronunciada desde noviembre.
La señal de la autoridad monetaria, con las manos libres para vender divisas, con aprobación del Fondo Monetario Internacional, más el aporte diario de USD 60 millones ofertados a cuenta del Tesoro, vigente desde el 15 de abril, se complementaron con importantes liquidaciones de los exportadores del agro, en el trimestre más intenso de ingreso de dólares comerciales, entre abril y junio.
Por otra parte, el Banco Central en el último trimestre garantizó un piso de tasas de 62,5% anual, según la referencia de las Letras de Liquidez (LELIQ). Dichos rendimientos, positivos en términos reales, también atrajeron a los ahorristas a colocaciones a plazo en moneda doméstica, que descomprimieron la demanda de divisas.
En los últimos dos meses el valor del dólar se desplomó casi 8% desde sus precios récord
"La tasa real que está dando el Banco Central, y el mercado, para que los inversores se mantengan en pesos realmente es alta y creemos que va a seguir así al menos hasta que se defina el escenario electoral. En agosto tendremos una primera encuesta real, que van a ser las PASO, y en función de eso ver cómo lo toma el mercado", describió Matías Roig, director de Portfolio Personal Inversiones.
"En lo financiero, el combo de menor tasa de interés internacional, reducción de la prima de Riesgo País y expectativas de devaluación más contenidas ha permitido que la tasa de interés de política monetaria -LELIQ- se reduzca, sin experimentar sobresaltos en el mercado cambiario", señaló Gustavo Reyes, economista del IERAL de la Fundación Mediterránea.
Martín Calveira, investigador del IAE Business School de la Universidad Austral, coincidió en que "a partir de abril, las tensiones cambiarias y de precios se están desacelerando en un marco de política económica con mayores grados de libertad y mejor calibrada".
El que apostó al dólar perdió en el último año. Después del primer tramo de fuerte devaluación del peso del año pasado, entre el 25 de abril y el cierre de junio, el dólar mayorista se situó en 28,85 pesos. A partir de entonces, en doce meses, el billete en la plaza interbancaria trepó 47,2%, frente a una inflación estimada en más del 55 por ciento.
Matías Roig acotó que "el Banco Central ha estado comprando mucho en el mercado a futuro, para -ante una eventual suba del dólar- tener armas y poder defender el peso. El escenario ideal para el Gobierno es lograr la mayor estabilidad del dólar –por lo menos hasta las PASO- y ahí, tras el resultado, el partido quizás sea otro".
Para Gustavo Reyes, "subsiste la incertidumbre de cara al segundo semestre, no sólo por ser 2019 un año electoral, sino porque hay una serie de problemas irresueltos. Se aguarda que los principales candidatos expliciten las acciones concretas que adoptarían para enfrentar esos problemas: esto es clave para determinar la profundidad que podría alcanzar el típico proceso de dolarización de carteras que caracteriza a la Argentina en los años de comicios".
Martín Calveira apuntó que "la economía política ya tiene dominancia sobre el tecnicismo de la política económica", por cuanto recomendó "evitar disrupciones que direccionen decisiones del electorado".
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