Algo impensado a finales de abril, cuando el dólar trepó a valores récord nominales, está ocurriendo en las últimas semanas. La cotización de la divisa está bajando en una economía inmersa en una inercia del 3% mensual de inflación.
El pasado 26 de abril el dólar tocó un máximo de $46,90 en el promedio de bancos de la City porteña, mientras que en la rueda mayorista anotó 45,97 pesos. Desde entonces, la caída acumulada por el billete verde es de 6,9%, a contramano de una inflación de 6 por ciento.
Desde finales de septiembre, cuando el Banco Central comandado por Guido Sandleris estableció la zona de "no intervención" y el esquema de dura política monetaria en base a la emisión de las Letras de Liquidez (LELIQ), el dólar fue un gran derrotado. Acumuló un alza de 3,7% en poco menos de diez meses, frente a una inflación en torno a 36%, si se considera que el presente junio podría concluir con un alza de precios minoristas inferior a 3 por ciento.
En el mismo sentido, la inflación y las tasas de interés son grandes ganadora frente al billete norteamericano si se circunscribe la comparación a 2019. Desde que empezó el año el dólar sube 13,5%, frente a 22% de alza del IPC.
Este viernes el dólar profundizó la caída reciente. En sucursales del Banco Nación se ofreció a $43,90 para la venta. En el promedio de bancos del microcentro cerró a $44,08 al público, mientras que en la plaza mayorista cayó a 42,79 pesos. Son los precios más bajos desde el 23 de abril último.
Mínima ganancia interanual
Aún con la contundente devaluación del peso argentino el año pasado, concentrada entre el 25 de abril y el 28 de septiembre de 2018 -cuando el dólar se disparó más de 100 por ciento- el recorrido de la inflación fue horadando progresivamente aquella "competitividad" cambiaria obtenida con la corrida al dólar por el desarme de las LEBAC.
En mayo la inflación interanual alcanzó un pico de 57,3%, la más alta desde enero de 1992, mientras que el dólar sumó una ganancia de 79,3%, unos 22 puntos porcentuales más (de $24,97 a $44,76 mayorista). Sin embargo, si la comparación se hace con los números de ese viernes, la suba del dólar en doce meses se acota al 54,5% (de 27,70 a 42,79 pesos).
Desde el exterior ayuda a la Argentina la expectativa de baja de tasas en los EEUU. Mientras que se prevé que la Reserva Federal (Fed) de los EEUU aplicará dos recortes a las tasas de referencia antes de fin de año, para estimular el crédito y la actividad económica en el país norteamericano, la tasa de los bonos del Tesoro de los EEUU sondearon este viernes el 2% anual, un piso que no se veía desde el 9 de noviembre de 2016 (1,928%).
Por ello, hubo una notoria apreciación de las monedas emergentes respecto del dólar en el último mes, a la que se acopló el peso argentino. En Brasil, la divisa de EEUU se negoció a 3,82 reales, lo que significa una caída de 6,6% desde los 4,09 reales del 21 de mayo.
En 2019, el dólar en Brasil cede 1,3%, un movimiento que quita presión cambiaria a la Argentina, habida cuenta del peso del intercambio comercial con el socio del Mercosur y de que el real brasileño representa el 32% de la canasta de monedas con la que el Banco Central Argentino calcula el Índice Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM).
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