Detrás del aumento de la desocupación a 10,1% que relevó el INDEC para el primer trimestre del año -la cifra más alta desde el 2006- surgieron varios datos adicionales que reflejan la situación angustiante del mundo laboral. Uno de ellos es que la caída del del salario real lleva a que más gente salga al mercado a buscar nuevo empleo o agregar más horas de trabajo.
Esta realidad se reflejó de dos maneras: por un lado aumentó 2 puntos porcentuales la Población Económicamente Activa, lo que significa que más gente se incorporó a la búsqueda de trabajo. Y al mismo tiempo casi un 20% de la población ocupada manifestó encontrarse en plena búsqueda de trabajo. En ambos casos se percibe un efecto de ingresos insuficientes, obligando a más integrantes de la familia a buscar trabajo o en todo caso a buscar activamente un empleo mejor remunerado. También crece el fenómeno del "pluriempleo", es decir aquellos que buscan múltiples trabajos para no poder poder adquisitivo.
Un trabajo de Ecolatina llegó a la conclusión que está vigente el efecto "trabajador adicional'. Y explica que "como consecuencia de la caída del poder adquisitivo de los hogares, hay más miembros buscando empleo para poder mantener el mismo ingreso real que antes". En este sentido, agrega, sobresale que las personas ocupadas (o subocupadas) activamente están procurando un empleo".
Los salarios reales sufrieron una caída de 11% en un año. Ante esta situación, más miembros de la familia salieron a buscar trabajo, mientras que casi un 20% de los subocupados salió activamente a agregar empleo. Eso explica la suba de la desocupación
Por otro lado, esto implica dos cuestiones adicionales. En primer lugar, refuerza la idea de que el ajuste en el mercado laboral se dio por el lado de los salarios: no hubo destrucción neta de empleo, pero el poder adquisitivo de los ingresos laborales retrocedió más de 11% interanual en el primer trimestre del año. En segundo lugar, sugiere una mayor precarización del trabajo.
Una conclusión de este fenómeno es que las empresas optaron por ajustar desde el punto del vista del salario real y procuraron evitar la destrucción de puestos de trabajo. De hecho, con una caída de 5,8% del PBI en el primer trimestre y la devaluación más fuerte desde 2002, el incremento del desempleo, en un punto, luce suave respecto al impacto que podría haber provocado la crisis.
Otro estudio realizado por IARAF – y dirigido por el economista Nadin Argañaraz- fue en la misma dirección. "Se observó un aumento de los trabajadores subocupados que demandaron trabajar más horas (lo que explica 1,6 de los 2 puntos porcentuales de aumento de la tasa de desocupación).
Al sumarse todos los grupos de la población económicamente activa que generan presión sobre el mercado de trabajo (desocupados abiertos, ocupados demandantes y ocupados no demandantes disponibles), la tasa aumentó del 29,9% al 33,9%. "Éste es el verdadero problema laboral argentino, que refleja un aumento de la precarización e inestabilidad de los ingresos".
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