Sin acceso al crédito: Argentina está entre los peores siete países del mundo en cantidad de préstamos bancarios

Por la recesión y la inflación, el volumen otorgado descendió en mayo al equivalente a 7,4% del PBI, según se desprende del Informe Monetario del Banco Central. Sobre 175 naciones que mide el Banco Mundial, sólo están por debajo Mauritania, Afganistán, Sierra Leona, Congo, Yemen y Gambia

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La sede del Banco Central,
La sede del Banco Central, en la City porteña (DyN)

Una de las características del sistema financiero argentino es la muy baja penetración del crédito. Pero pese a esa restricción siempre hay un espacio para una caída adicional.

En una lista de 173 países que mide el Banco Mundial, sobre el monto total del crédito bancario al sector privado, la Argentina aparece entre los siete con el menor nivel. Venía de un rango de 16% del PBI en 2016, cayó a poco más de 15% el año siguiente, retrocedió a 11,4% en mayo de 2018 y un año después se derrumbó a un 7,4%, con datos preliminares de la actividad económica que surgen del Banco Central.

Si bien en términos nominales y ajustado por estacionalidad, el Banco Central registró en mayo último que los préstamos en pesos al sector privado crecieron 0,9% en mayo, respecto de abril –impulsados por las financiaciones con tarjetas de crédito y los adelantos en cuenta para que las empresas puedan girar en descubierto–, en valores reales volvieron a contraerse. Tanto las tasas de interés devengadas, como la inflación del período se ubicaron en un rango singularmente superior: 6% en el primer caso y en torno a 3% en el segundo.

La caída real en términos interanuales fue sustancialmente más marcada, porque pese a que la tasa de interés se elevó de un rango en mayo de 2018 de 36% a 43% anual para los tramos personales, como a empresas que utilizan las líneas de giro en descubierto y de descuento de documentos,  a una franja de 66% a 76% anual un año después, y la inflación se aceleró de 26% a 57%, el monto total del crédito privado apenas aumentó 2%, a $1,52 billones.

Tal desbancarización de las familias y empresas, en un marco de alta recesión y aceleración de la inflación a un rango de más de 56% en los últimos 12 meses, en este caso entre las 10 o 15 más altas del planeta, determinó que la Argentina se alejara notablemente a los peores puestos en el ranking mundial y de la región en el uso del crédito.

De la estadística del Banco Mundial surge que el promedio del planeta registra una relación de crédito privado y PBI de 104,7%, mientras que en la Argentina cayó a menos de la décima parte

De la estadística del Banco Mundial surge que el promedio del planeta registra una relación de crédito privado y PBI de 104,7%, mientras que en la Argentina cayó a menos de la décima parte; y en la región se observa a Chile 112,6%; Bolivia con 64,5%; Brasil 59,8%;  Colombia 49,4%; Perú 42,3%; Paraguay 40,2%; México 35,5%; Ecuador 32,2%; y Uruguay 26,3 por ciento.

En tanto entre los países con características geoeconómicas similares a la Argentina, el uso del crédito en proporción al PBI se ubica en 124,2% en Canadá; 142,5% Australia; 147,5% Sudáfrica; y 154,2% Nueva Zelandia.

Mayor caída de los préstamos a las empresas que familias

Las franjas más afectadas por la recesión y la inflación fueron las vinculadas con las líneas empresas, al parecer porque perdieron calificación por parte de las entidades bancarias para poder aumentar el cupo que por criterios prudenciales y cuidado del ahorro de las propias compañías y familias.

Mientras que las orientadas a las personas físicas mostraron mayor resistencia, pero en todos los casos se registraron notables caídas en valores ajustados por inflación, entre 26% y 49 por ciento.

Entre los préstamos comerciales, se destacó en mayo el financiamiento otorgado mediante adelantos en cuenta corriente, que mostraron un aumento nominal y sin estacionalidad de 2,4%, en el mes en el que las empresas demandan liquidez para atender los vencimientos impositivos propios de mayo. Pero aún así mantuvieron una variación inferior a las tasas de interés y de inflación.

El otorgamiento de préstamos prendarios mantiene una tendencia descendente desde comienzos de 2018, como también ocurre con la venta de automotores.

"En términos reales y ajustados por estacionalidad, los préstamos en pesos al sector privado continuaron disminuyendo, aunque a tasas inferiores: habían llegado a caer más de 5% durante los últimos meses de 2018, mientras que en el mes bajo análisis se redujeron 2%", destaca el Informe Monetario del Banco Central.

Agrega el análisis de marras: "Por octavo mes consecutivo, el BCRA cumplió su objetivo de Base Monetaria. El promedio mensual alcanzó a $1,34 billones en mayo, lo que implicó un leve sobrecumplimiento frente a la meta para el período.

Y para favorecer el traslado de los movimientos de la tasa de referencia del BCRA hacia los rendimientos que reciben los depositantes, a partir de mayo se habilitó la posibilidad de que las entidades financieras capten depósitos de clientes sin una relación contractual previa. La implementación de los plazos fijos web para no clientes se complementó con la publicación por parte de la autoridad monetaria de un cuadro comparativo de las tasas que pagan las distintas entidades financieras, tanto a sus clientes como a quienes no lo son.

La desbancarización de las familias, y empresas, en un marco de alta recesión y aceleración de la inflación a un rango de más de 56% en los últimos 12 meses, en este caso entre las 10 o 15 más altas del planeta, determinó que la Argentina se alejara notablemente a los peores puestos en el ranking mundial, y por tanto de la región, en el uso del crédito

Pero para recrear la cultura del ahorro, clave para el desarrollo del crédito e impulso a la inversión productiva, es condición necesaria estabilizar los precios de la economía. De ese modo podrá allanarse el camino para que las tasas nominales de interés desciendan a niveles compatibles con las de rentabilidad de las empresas y la capacidad de repago por parte de los trabajadores y jubilados, y aumentar la relación crédito/PBI a niveles próximos al promedio de la región, que es varias veces mayor.

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