Una de las características del sistema financiero argentino es la muy baja profundidad del crédito. Pese a esa restricción siempre hay un espacio para una caída adicional.
Si bien en términos nominales y ajustado por estacionalidad, el Banco Central registró en mayo último que los préstamos en pesos al sector privado crecieron 0,9% en mayo, respecto de abril, impulsados fundamentalmente por las financiaciones con tarjetas de crédito y los adelantos en cuenta para que las empresas puedan girar en descubierto, sin fondos propios, en valores reales volvieron a contraerse, porque tanto las tasas de interés devengadas, como la inflación del período se ubicaron en un rango singularmente superior: 6% en el primer caso y en torno a 3% en el segundo.
La caída real en términos interanuales fue sustancialmente más marcada, porque pese a que la tasa de interés se elevó de un rango en mayo de 2018 de 36% a 43% anual para los tramos personales, como a empresas que utilizan las líneas de giro en descubierto y de descuento de documentos, a una franja de 66% a 76% anual un año después, y la inflación se aceleró de 26% a 57%, el monto total del crédito privado apenas aumentó 2%, a $1,52 billones.
Las franjas más afectadas por la recesión y la inflación fueron las vinculadas con las líneas empresas, al parecer porque perdieron calificación por parte de las entidades bancarias para poder aumentar el cupo que por criterios prudenciales y cuidado del ahorro de las propias compañías y familias.
Las franjas más afectadas por la recesión y la inflación fueron las vinculadas con las líneas empresas, al parecer porque perdieron calificación por parte de las entidades bancarias para poder aumentar el cupo que por criterios prudenciales y cuidado del ahorro de las propias compañías y familias
Mientras que las orientadas a las personas físicas mostraron mayor resistencia, pero en todos los casos se registraron notables caídas en valores ajustados por inflación, entre 26% y 49 por ciento.
Entre los préstamos comerciales, se destacó el financiamiento otorgado mediante adelantos, que mostraron un aumento nominal y sin estacionalidad de 2,4%, en el mes en el que las empresas demandan liquidez para atender los vencimientos impositivos propios de mayo. Pero aún así mantuvieron una variación inferior a las tasas de interés y de inflación.
El otorgamiento de préstamos prendarios mantiene una tendencia descendente desde comienzos de 2018, como también ocurre con la venta de automotores.
"En términos reales y ajustados por estacionalidad, los préstamos en pesos al sector privado continuaron disminuyendo, aunque a tasas inferiores: habían llegado a caer más de 5% durante los últimos meses de 2018, mientras que en el mes bajo análisis se redujeron 2%", destaca el Informe Monetario del Banco Central.
Destaca el análisis de marras: "por octavo mes consecutivo, el BCRA cumplió su objetivo de Base Monetaria. El promedio mensual alcanzó a $1,34 billones en mayo, lo que implicó un leve sobrecumplimiento frente a la meta para el período.
Y para favorecer el traslado de los movimientos de la tasa de referencia del BCRA hacia los rendimientos que reciben los depositantes, a partir de mayo se habilitó la posibilidad de que las entidades financieras capten depósitos de clientes sin una relación contractual previa. La implementación de los plazos fijos web para no clientes se complementó con la publicación por parte de la autoridad monetaria de un cuadro comparativo de las tasas que pagan las distintas entidades financieras, tanto a sus clientes como a quienes no lo son.
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