Tomada la decisión, por parte del Gobierno, de postergar un mes la aplicación del impuesto a los combustibles que estaba prevista para el 1º de junio, las petroleras comenzaron a rehacer números para determinar cuánto finalmente aumentarán los precios de las naftas y el gasoil a partir del fin de semana.
El atraso entre los valores actuales y el precio de importación ronda el 10%, que era aproximadamente el mismo que tenía la industria a comienzos de mes, ya que el valor del crudo y del dólar (dos variables clave en la fórmula que define el precio de los combustibles) prácticamente no se movieron en los últimos 30 días. Es más, el brent bajó de USD 72,03 el barril que costaba el 1º de mayo, a USD 69,86 el barril que sale hoy. El dólar, en tanto, subió de $ 45,45 que valía a comienzos de mes a $ 45,89 ayer.
Si se considera la estabilidad de estas dos variables y la postergación del impuesto para julio –que se aplica cuatro veces al año en base al aumento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de los tres meses anteriores–, las empresas deberían no aumentar en junio. Sin embargo, el atraso de 10% en el precio de los combustibles respecto de la paridad de importación hace necesario seguir ajustando los valores que pagan los consumidores.
¿De cuánto será, esta vez, el aumento? Si bien todavía las empresas, y especialmente YPF –es la que marca la cancha– no lo definieron, "la opción más probable es que termine siendo entre 4% y 5%, como se viene dando los meses anteriores", especularon fuentes del sector.
El brent bajó de USD 72,03 el barril que costaba el 1º de mayo, a USD 69,86 el barril que sale hoy. El dólar, en tanto, subió de $ 45,45 que valía a comienzos de mes a $ 45,89 hoy
"Quizá el aumento hubiera sido el mismo que si no postergaban el impuesto. Pero esa prórroga permitirá que ese 4 o 5% vaya todo a cubrir los costos. Con la mera aplicación del tributo, 2% a 3% de la suba se hubiera explicado por eso", agregó otro referente de la industria. Y si el crudo y el dólar se mantienen estables, la brecha se irá achicando cada vez más en los próximos meses.
La expectativa general es que la petrolera estatal juegue primero y que luego se sumen Axion y Raizen, con los combustibles Shell. Si bien en algunas oportunidades fueron estas firmas las que movieron la ficha primero, con el anuncio de YPF tuvieron que retrotraer los precios a los de su competencia. En el sector privado están convencidos de que los precios son fijados unilateralmente por el Gobierno, mediante YPF. La empresa lo desmiente rotundamente y argumenta que si ellos que tienen más del 50% del mercado no aumentaran, las privadas tampoco podrían hacerlo.
¿Cómo quedarían los precios con un aumento en torno al 5%? El litro de nafta super en YPF cuesta $42,01, mientras que la Infinia vale $48,47 el litro. Con el porcentaje de suba que se está proyectando, la super podría subir a $ 44,11 y la nafta premium, casi a $ 51. A su vez, el Diesel 500 cuesta $ 39,65 el litro, mientras que el Infinia Diesel, $46,40 el litro.
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