La actividad económica cayó 6,8% en marzo y revirtió la tendencia de tres subas mensuales consecutivas

El Indec informó que respecto de febrero, la actividad cayó 1,3 por ciento. En el primer trimestre la economía acumuló un derrumbe de 5,7 por ciento

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La industria es uno de
La industria es uno de los sectores que no perfila recuperación este año

Sin todavía el impacto del sector agropecuario, que se espera se perciba en el segundo trimestre, la actividad económica volvió a marcar una fuerte caída en marzo en términos interanuales. Con una contracción de 6,8% en el tercer mes del año, el trimestre cerró con una baja de 5,7 % en relación con el mismo período del año pasado, cuando todavía la economía mostraba signos positivos, según el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) que publicó este miércoles el Indec.

La caída se explica por fuertes bajas en la actividad fabril (-13,2%),  el comercio (-14,6%) y la intermediación financiera (-13,9%). Aunque en menor medida, la construcción (-7,1%) también aportó al total negativo. El agro creció 10,8% y amortiguó en parte la baja.

Los privados ya mostraron, el mes pasado, números poco alentadores y en pocos días darán los de abril. Orlando Ferreres & Asociados, por ejemplo, había informado que el Índice General de Actividad (IGA) de marzo mostró una caída interanual del 7,7% y que, de esa manera, se acumuló en el trimestre una contracción económica del 6,6 por ciento.

La caída se explica por fuertes bajas en la actividad fabril (-13,2%),  el comercio (-14,6%) y la intermediación financiera (-13,9%)

La consultora también precisó en esa oportunidad que la medición desestacionalizada también reflejó una merma del 0,7%. Lo mismo registró el número informado por el Indec, con una reducción de 1,3% respecto de febrero. De esta manera, se quebró la tendencia positiva que el indicador venía mostrando en la comparación intermensual en los últimos tres meses.

Consultado el economista de la consultora, Fausto Spotorno, sobre los números de abril, anticipó que es "altamente probable" que sean positivos en términos interanuales debido al "impacto de la cosecha gruesa y algo de construcción". La industria, en tanto, sigue sin arrancar.

El agro, una de las
El agro, una de las únicas actividades en “verde”, creció 10,8%

Los datos oficiales de febrero mostraron una contracción interanual del 4,8%, pero en la medición mensual había marcado una suba de 0,2% respecto de enero, "el tercer aumento consecutivo, con una positiva evolución intermensual de la industria, la construcción y el comercio", los rubros más castigados en la comparación interanual, había remarcado el Ministerio de Hacienda. Ese crecimiento desestacionalizado se sumó al de diciembre (+1,0%) y al de enero (+0,6%).

El resultado del segundo mes del año estuvo condicionado por el desempeño de la industria manufacturera, que se contrajo 8,2% en relación a igual mes del 2018. Asimismo, se destacó la baja en el segmento de comercio, y en especial en la rama mayorista, que observó un descenso del 12,3% interanual.

La industria en abril

La Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) dio a conocer hoy el Índice de Producción Industrial (IPI) de abril y no sólo mostró una caída interanual del 9,6%, sino que también lo hizo en la comparación mensual. Respecto de marzo, la baja fue de 0,5%, y el acumulado del primer cuatrimestre refleja una contracción del 9,8%.

De todos modos, no son todas pálidas en el segmento manufacturero. Algunos sectores están reduciendo su ritmo de caída, informó FIEL. "En abril se suman sectores que reducen el ritmo de caída respecto a lo observado en el primer trimestre, destacándose por su importancia el bloque de alimentos y bebidas, el procesamiento de petróleo, la producción de minerales no metálicos y la industria metalmecánica", dice el informe.

Para los próximos meses –agrega FIEL–, puede esperarse un menor ritmo de caída de la producción agregada a partir del aporte de la cosecha gruesa,  un freno en el retroceso de la metalmecánica y la siderurgia, así como una mejora en la producción de minerales no metálicos. A su vez, la demanda de durables continuaría deprimida, al tiempo que en Brasil persiste la incertidumbre económica y se recortan las expectativas de crecimiento
agregado e industrial.

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