El pasado miércoles el INDEC dio a conocer las cifras de inflación correspondientes al mes de abril, resultando una variación de 3,4 por ciento. El número sorprendió positivamente al mercado en general y al Gobierno en particular. Esto ocurrió debido a que las proyecciones se ubicaban por encima de esta cifra. Incluso algunos pronósticos arrojaban una inflación del 4 por ciento.
Si bien el dato tiene connotaciones positivas respecto de los últimos meses, ya que se venía dando una aceleración del proceso inflacionario desde enero de este año (interrumpida con el dato de abril), no deja de ser un número elevado y preocupante.
Para visualizar de forma clara esta cuestión, hay que tener en cuenta que un 3,4% de inflación de forma sostenida para lo que resta de 2019 significaría un 51% al finalizar el año. Al margen de haberse registrado una leve desaceleración de precios que le da respiro a los agentes económicos, los guarismos de inflación del primer cuatrimestre son llamativos: acumula un 15,6% mientras que para el mismo periodo del año pasado los precios se habían encarecido un 9,6 por ciento. Un índice alternativo confeccionado por el CREEBBA desde 1996 para la ciudad de Bahía Blanca, refleja un comportamiento similar, el cual arrojó un 13,1% en los primeros cuatro meses del año y 8,8% para el mismo período del año pasado.
Hay que tener en cuenta que un 3,4% de inflación de forma sostenida para lo que resta de 2019 significaría un 51% al finalizar el año
Otro elemento a tener en cuenta para poder dimensionar el nivel inflacionario local es comparar lo ocurrido con otros países, como Brasil cuya inflación interanual en el mes de abril fue de 5,1%, Honduras y Guatemala con 4,9% y 4,8% respectivamente, Paraguay con 3,1% y Estados Unidos y Canadá con 2% interanual en ambos casos, mientras que en Argentina fue del 55,8 por ciento.
Retomando con los datos publicados por el Indec y analizando por capítulos sobresalen con mayores subas Prendas de vestir y calzado (6,2%), Equipamiento y mantenimiento del hogar (4,6%) y Transporte (4,4%). A su vez, en cuanto a las aperturas por producto, se observa que en GBA las variedades más afectadas por los aumentos fueron Calzado (8,1%), Leche, productos lácteos y huevos (7%), Equipos audiovisuales, fotográficos y de procesamiento de la información (6,5%), Aceites, grasas y manteca (5,8%), Electricidad, gas y otros combustibles (5,8%), entre otros.
En abril se dio la particularidad de que uno de los capítulos más relevantes como es el de Alimentos y bebidas no alcohólicas aumentó por debajo del nivel general (2,5%)
Por otro lado, en abril se dio la particularidad de que uno de los capítulos más relevantes como es el de Alimentos y bebidas no alcohólicas aumentó por debajo del nivel general (2,5%). Con la implementación del control de precios por parte del Gobierno (Productos Esenciales y renovación de Precios Cuidados), más la intervención en el mercado cambiario, se renuevan las expectativas de que la tendencia a la baja durante los próximos meses se consolide y traiga alivio a los sectores más desprotegidos.
Ahora el gran interrogante gira en torno a si efectivamente el mes de abril se trató de un punto de inflexión en la tendencia alcista de comienzo de año, o ha sido una desaceleración transitoria.
En relación a este punto, hay consenso casi unánime de que el desafío para contener la inflación en valores que no superen el 3% mensual y que la tendencia bajista se confirme, descansa en un doble esfuerzo:
– Propiciar la estabilidad del tipo de cambio. Para lo cual resulta fundamental el abandono del esquema de zonas de no intervención cambiaria, dotando de mayor poder de fuego al BCRA para contener subas intempestivas de la divisa norteamericana
– Mantener una tasa de interés positiva en términos reales. Algo que incentiva la demanda de activos en moneda doméstica.
Estas son condiciones necesarias pero no suficientes para lograr el objetivo deseado, ya que si el escenario global para emergentes se complicara producto del recrudecimiento del conflicto comercial EEUU-China, la salida de capitales por mayor aversión al riesgo tornaría difícil domar al tipo de cambio y posiblemente, presione sobre la tasa de interés, entrando en una dinámica peligrosa para la economía nacional, que atraviesa una delicada situación en términos de actividad y empleo.
El autor es Economista Jefe del Centro Regional del Estudios Económicos de Bahía Blanca (CREEBBA), @creebba, Fundación Bolsa de Comercio de Bahía Blanca