El Gobierno anunció, hace exactamente un mes, que no aumentaría más las tarifas durante el año y que, en el caso del gas, aplicaría un diferimiento de los aumentos previstos para abril, mayo y junio (10%, 9% y 8%, respectivamente) para ser pagados entre diciembre y marzo, cuando el consumo cae considerablemente. Con esta medida, el objetivo era aplanar las facturas y dar una mayor previsibilidad para los hogares a la hora de afrontar sus gastos, según había precisado el Gobierno.
Sin embargo, las boletas en los hogares durante este invierno llegarán con aumentos de hasta 50% respecto de lo que los usuarios pagaron en los meses de mayor demanda del año pasado, confirmaron desde el Gobierno. Claro que si mantienen el mismo consumo. ¿Por qué? El motivo es que si bien los aumentos de este año (surgidos tras las audiencias de febrero) serán planchados a partir del mes próximo, las facturas que llegarán a los hogares con los consumos de junio tendrán incorporado la suba del 18% en transporte y distribución aplicada en octubre pasado y el aumento en el precio del gas producto de la suba del tipo de cambio.
De acuerdo con estimaciones del sector, a partir de junio, la factura mensual con impuestos en los hogares llegará con un incremento promedio del 32% respecto de los valores de abril del 2018, ya que incluye el incremento de octubre. Los aumentos de tarifas son semestrales (abril y octubre) y se concretan luego de las correspondientes audiencias públicas.
En esa oportunidad, las distribuidoras tienen que tener comprado el 50% del gas y Energía revisa que se trate de precios razonables. La última vez, sin embargo, se realizó una subasta para que las empresas compren el gas necesario para cubrir el abastecimiento de 12 meses. Por lo tanto, en diciembre, cuando llegue el próximo ajuste (luego de las elecciones), sólo debería subir la tarifa por mayores costos del transporte y distribución. Los ajustes, en ambos casos, se realizan en función de la evolución del Índice de Precios Internos Mayoristas (IPIM). Si tuvieran que comprar algo adicional, sería a precios menores porque es una época del año sobre sobra el gas, precisaron en el sector.
De acuerdo con estimaciones de una distribuidora sobre las facturas de los hogares en los principales centros de consumo del país, lo que más impactará en las facturas a partir de junio es el precio del gas, que será 52% más caro que el registrado el invierno pasado. El transporte y distribución llegará con un alza del 18% (el ajuste de octubre) y los impuestos serán 32% más altos, en promedio. En definitiva, la suba promedio de la factura será del 32% previamente mencionado.
Las facturas que llegarán a los hogares con los consumos de junio tendrán incorporado la suba del 18% en transporte y distribución aplicada en octubre pasado y el aumento en el precio del gas producto de la suba del tipo de cambio
Pero no en todos los casos el aumento será de esa magnitud. En los hogares que antes de la unificación de las categorías, el año pasado, integraban los grupos R1 y R2 (eran los de menor consumo) el impacto interanual será mayor, ya que tuvieron un aumento más importante en el precio del gas, que durante el kirchnerismo tenían más subsidiado. En estos casos, las facturas este invierno serán entre 40 y 50% más costosas que el año pasado debido a que subirá el precio del gas 89%.
Menor consumo
Sin embargo, estos valores consideran que el usuario tendrá el mismo consumo que el mismo mes del año pasado, pero la tendencia que se viene registrando desde los últimos años es de caída en la demanda producto de los aumentos de tarifas, la crisis económica y los artefactos más modernos que usan el gas de forma más eficiente y, por ende, gastan menos.
Los pilotos de los calefactores encendidos todo el tiempo pueden incidir en la factura de gas
"El año pasado hubo una caída del 7% en el consumo del gas y este año venimos notando la misma tendencia", dijeron en la cartera que dirige Gustavo Lopetegui. Pero todavía el clima juega a favor. Si ello se sostiene durante el invierno, el golpe al bolsillo será menor.
Según precisaron en una distribuidora, "los pilotos de los calefactores encendidos ininterrumpidamente pueden incidir en la factura de gas. Por ejemplo, si se deja prendido el piloto de un artefacto a gas las 24 horas los 365 días del año, se consume aproximadamente lo mismo que para cocinar 675 bizcochuelos". Otro dato a tener en cuenta es que "bajando la temperatura de la calefacción en 1 grado centígrado, se pueden obtener ahorros de hasta un 10% en el consumo".
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