A pesar de la estabilidad del dólar a lo largo de este mes y la disminución de la inflación en abril, las tasas de interés no bajarán en forma significativa. Así lo dio a entender el titular del Central, Guido Sandleris, que precisa mantener un férreo control de las variables monetarias para evitar nuevas crisis financieras o cambiarias hasta las elecciones. El dato es clave para los ahorristas que eligen opciones en pesos, desde plazos fijos hasta bonos de corto plazo (como las Lecap o los Boncer).
El número del Banco Central quiere "curarse en salud" y no cometer el mismo error que en enero, cuando apuró la reducción de tasas ante la caída del tipo de cambio. El resultado fue pésimo: se produjo un fuerte rebote del 11% del dólar en marzo y la inflación tuvo un pico ese mismo mes de 4,7 por ciento. El aprendizaje es que no son momentos para "aflojar las riendas" ni de descuidarse, mucho menos a medida que se acerca el período electoral.
Sandleris remarcó en su conferencia de ayer que por primera vez en muchos años la Argentina tuvo "ocho meses consecutivos de tasa real positiva", es decir rendimientos que le ganaron a la inflación. Pero esta tendencia se acentuará en las próximas semanas.
El JP Morgan publicó un informe dirigido a clientes en el que espera que la inflación baje a 3,1% en mayo. Sin embargo, la tasa de referencia que utiliza el Central para tomar Leliq a siete días baja en forma casi imperceptible. Lo que a principios de febrero era un rendimiento de 44% ahora está por encima del 71,5%. La proyección de inflación para los próximos doce meses, sin embargo, no supera el 35%.
Ni la baja de la inflación ni la estabilidad del dólar le dan al Central margen para bajar las tasas de interés. Sería muy peligroso hacerlo cuando se acerca la fecha de confirmación de candidaturas. Es fundamental seducir a los ahorristas en un escenario de incertidumbre
Apurar una rebaja de tasas en pesos aliviaría al Central, ya que debería pagarle a los bancos menos intereses, pero siempre estaría el riesgo de gatillar un cambio de portafolio por parte de muchos ahorristas: salir de inversiones en pesos y pasarse al dólar. Para que eso no ocurra, o que suceda en menor medida, la "zanahoria" debe ser muy grande.
En las últimas semanas se intensificó la pelea de los bancos para captar plazos fijos entre no clientes, aprovechando la plataforma web que puso a disposición el Central. Los que aprovecharon fueron sobre todo los bancos públicos, que salieron a pagar tasas de 55%, como sucedió con el Nación.
Quienes decidieron tomar el riesgo están consiguiendo grandes rendimientos este mes, aprovechando por un lado tasas altas y por otro que el dólar se mantuvo muy estable. Ayer incluso cerró por debajo de los $46 en el mercado minorista. Claro que la apuesta tiene sus riesgos, especialmente teniendo en cuenta que en junio habrá fuertes definiciones electorales y se conocerán los nombres de los precandidatos presidenciales.
La evolución de los plazos fijos es puntillosamente monitoreada por los bancos, pero también por los analistas económicos. El peligro de una caída del stock para correr al dólar por ahora no se verifica, en parte por el aumento de tasas de las últimas semanas.
El aumento de la demanda de pesos que podría verificarse en junio por la necesidad de fondos del Tesoro y también de los privados por el pago del medio aguinaldo incluso podría impulsar aún más las tasas para arriba.
La contracara de este fenómeno es que la actividad económica tiene más dificultades para reactivar, algo que se notó claramente en estos últimos meses. El consumo, por ejemplo, no termina de despegar aunque podría empezar a levantar muy lentamente a partir de las paritarias que se están cerrando. Y las empresas siguen pagando tasas astronómicas para salir a financiarse vía descuento de cheques o un descubierto en cuenta corriente.
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