Después de acumular un 15,6% en el primer cuatrimestre de 2019, seis puntos porcentuales por encima de la alcanzada en los primeros cuatro meses de 2018, queda por definir en el duro año electoral si la inflación podrá ser más baja que la del año pasado.
El último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco Central reflejó que los analistas consultados prevén un incremento general de precios del 40% para 2019, unos ocho puntos porcentuales menos que en 2018 y similar a la de 2016. Además, esperan que en el segundo cuatrimestre la inflación se ubique en 2,6% promedio mensual y descienda en el último cuatrimestre del año hasta 2,1% mensual.
A favor de las proyecciones de 2019, no se prevé un salto violento del tipo de cambio. En 2018, el precio del dólar se disparó a partir del 25 de abril y el 28 de septiembre, para completar un alza de 102% en doce meses de 2018. Ahora, con un alza de 19% en lo que va de 2019, no hay un horizonte de devaluación del peso de mucha magnitud.
Existe una apuesta oficial por el "ancla" cambiaria: que el precio del dólar no acelere a mayor velocidad que la inflación. Para ese objetivo cuenta con los préstamos del FMI por lo que resta del año (unos USD 10.800 millones) y el permiso otorgado por el organismo de crédito para que el BCRA pueda intervenir en el mercado y para que el Tesoro destine este año un total de USD 9.600 millones a la oferta.
"Las expectativas –y luego del nuevo ajuste en la política monetaria- están centradas en mostrar finalmente una tendencia a la baja desde el número de mayo-junio. Habrá, por ende, que esperar", resumieron desde Portfolio Personal Inversiones.
"Por ahora prevemos que la inflación de 2019 va a finalizar el año debajo de la de 2018. Se espera principalmente una desaceleración porque la suba fuerte de los precios regulados de la economía ha quedado atrás, mientras que no se prevé un salto significativo del tipo de cambio en los próximos meses. La inflación podría ceder a un rango de 2 o 3 por ciento mensual hacia fin de año", expresó Gabriel Zelpo, economista jefe de Elypsis.
En el primer cuatrimestre la inflación fue seis puntos más alta que en 2018
Otro punto que augura una moderación de los precios minoristas tiene que ver con el compromiso del Banco Central para mantener el crecimiento "cero" de la Base Monetaria, que es el dinero con el que funciona la economía y cuya expansión impulsa la demanda de bienes y servicios y, por lo tanto, a la inflación.
Después de más de ocho meses de estabilidad de la Base Monetaria, a partir de octubre del año pasado, el efecto del endurecimiento monetario, con tasas de interés por encima del 70%, debería sentirse con claridad.
Por otra parte, el Gobierno cedió a un congelamiento de las tarifas a partir de junio, un potente factor inflacionario, debido a la transmisión del alza de los precios regulados al resto de la economía, por el incremento de costos.
La suspensión de los aumentos hasta fin de año para electricidad, gas y transporte excluye los ya anunciados. Las tarifas de colectivos, trenes metropolitanos y peajes tienen vasta incidencia en la canasta de consumo doméstico. Se le suma hasta el 15 de septiembre el congelamiento para las facturas de líneas prepagas de telefonía celular.
También hay que considerar que a partir del 22 de abril el Gobierno impulsó un acuerdo de "Precios Esenciales" con 16 grandes empresas, que alcanza a 60 productos de la canasta básica, con una duración de seis meses, y que puede ayudar a moderar la progresión inflacionaria en el corto plazo.
La iniciativa se complementó con un programa de descuentos en grandes supermercados para beneficiarios de ANSeS y también un descuento de 70% en los precios de los medicamentos para perceptores de la Asignación Universal por Hijo (AUH).
"Es un escenario muy inestable, pero la proyección para todo el año podría ser de 40%, si en el mes de mayo se sitúa en un rango de 3,2 o 3,5 por ciento. Debería haber una inflación promedio de 2,7% en el segundo cuatrimestre, y de 2% mensual en el tercer cuatrimestre", refirió el analista económico y consultor Damián Di Pace.
"Para que ello suceda, el Gobierno debería tener éxito en posicionarse en su estrategia de tener un ancla de inflación en el tipo de cambio. Si se produce una nueva turbulencia, es muy difícil pronosticar ese escenario", agregó Di Pace.
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