El oro y el Bitcoin no podrían ser más opuestos. Uno es físico, muy pesado y en estado líquido puede dañar a cualquier persona. Bitcoin en cambio es virtual, generado por computadoras, que sólo existe en formato digital, en unos y ceros. El oro brilla y es muy atractivo, al Bitcoin hay que imaginárselo, es una representación de algo virtual.
Más allá de sus profundas diferencias, muchos inversores a nivel mundial conservan parte de su patrimonio en oro, y están abiertos a considerar otras opciones que potencialmente puedan reemplazarlo, como las monedas digitales por ejemplo.
Pero no son pocos los que están convencidos de que el Bitcoin es, o tiene chances de ser, el "oro 2.0", o la versión digital del dorado metal.
Presentación de los contendientes
El oro se usa hace como reserva de valor hace más de 2000 años y actualmente su valor total de mercado es de USD 8 trillones de dólares. El Bitcoin en cambio se inventó hace solamente 10 años, y vale 90 veces menos que el metal. Cada Bitcoin deberá valer USD 450.000 dólares para que multiplicado por los 18 millones que habrá en existencia en unos años (se terminarán de emitir los 21 millones de Bitcoins totales que existirán, en el año 2140) para equiparar al valor total de mercado actual del oro.
De los USD 8 trillones de valor total del oro en existencia, se calcula que el 25% está destinado a inversión, llamado también reserva de valor. Al 50% se le da uso industrial, ya sea para joyería o electrónica (es un gran conductor de electricidad). Todos los años se expande la oferta en un 1 o 2%, dado que las principales reservas de dicho metal son más difíciles de seguir excavando, por lo cual lo hace más oneroso minarlo, lo cual limita la oferta.
El oro se usa hace como reserva de valor hace más de 2.000 años y actualmente su valor total de mercado es de USD 8 trillones de dólares. El Bitcoin en cambio se inventó hace solamente 10 años, y vale 90 veces menos que el metal
El oro ya es un activo financiero maduro, con fluctuaciones de valor bastante estables y predecibles. En cambio el Bitcoin es puro potencial, que incluye una gran cuota de riesgo, lo cual lo hace extremadamente volátil por los próximos años. Esa volatilidad permite imaginar retornos financieros muy atractivos.
Actualmente es muy sencillo invertir en oro para los inversores puramente financieros. Se pueden comprar derivados y productos financieros como futuros y ETFs por ejemplo, lo cual naturalmente canaliza una demanda adicional. Para quienes quieren comprar/invertir en Bitcoin todavía es complejo, dificultoso de entender la operatoria, y sus derivados financieros todavía muy incipientes o inexistentes.
A continuación, siete razones por las cuales Bitcoin tiene una chance de reemplazar al oro como reserva de valor para las futuras generaciones:
#1 – Bitcoin no está correlacionado con otros activos financieros.
En los 2000 años que tiene el oro como reserva de valor, la historia demostró que en situaciones de alta inestabilidad económica, como grandes recesiones, guerras mundiales, o severas crisis de alguna moneda nacional importante, sirve como refugio de valor.
En cambio Bitcion, en sus solo 10 años de existencia y si bien no está probado aún reserva de valor, envía señales positivas. Por ejemplo, como creció en el colapso del dinero fiduciario en Zimbabue, en Venezuela y –en menor medidas– en la inflación y la devaluación en Argentina. En todos esos casos, surgió con fuerza la cantidad de adeptos y de transacciones.
El Bitcoin todavía no demostró una tendencia concreta, y el hecho que no esté correlacionado con otros activos financieros, lo hace aún más atractivo para la cartera de cualquier inversor
A pesar de que al inicio de la caída financiera brutal de 2008 el oro acompañó a la baja, terminó cerrando el año positivo. Y en los siguientes tres años duplicó su valor. Se usa el metal por lo general para diversificarse del riesgo económico mundial y para buscar refugio en épocas especialmente caóticas y volátiles. El Bitcoin todavía no demostró una tendencia concreta, y el hecho que no esté correlacionado con otros activos financieros, lo hace aún más atractivo para la cartera de cualquier inversor.
#2 – Ser digital hace divisible y programable al Bitcoin
Al ser una moneda digital, Bitcoin tiene un sinnómero de ventajas. Le permite la divisibilidad: por ejemplo, se puede comprar o transaccionar 0,00000001 bitcoins, algo imposible de hacer para cualquier moneda fiduciaria o activo financiero en general. Eso hace que sea accesible para cualquier mortal, no sólo a inversores financieros. En el oro, en cambio, la unidad de medida mínima es un gramo que oscila hoy en USD 40 dólares.
Esa divisibilidad abre la oportunidad a los micropagos, tan importante en Internet de las cosas, donde los objetos pueden enviar y recibir dinero, generalmente en montos muy bajos, que sólo una moneda digital podría soportar.
Ser digital le permite ser programable, automatizando pagos a futuro (a través de otras plataformas), programados en el tiempo. Y abre la puerta a que otras plataformas implementen pagos digitales al instante (a través de APIs que todavía son fruto de la imaginación, pero el hecho de ser digital lo hace posible).
Adicionalmente, se pueden portar los Bitcoins sin tener que cargarlos físicamente, accediendo a ellos desde el teléfono celular. Por ejemplo permitiría salir del país con su dinero sin tener que lidiar con las limitaciones del mundo físico.
#3 – El Bitcoin es muy práctico medio de pago y unidad de cuenta
Además de reserva de valor, el Bitcoin puede ser usado como medio de pago. Si bien ya está ocurriendo, todavía es más un deseo que una realidad generalizada. El oro, en cambio, es muy poco práctico como medio de pago. Es imposible imaginar a alguna persona que tome un café y pague en oro.
Es muy improbable que Bitcoin (o alguna otra criptomoneda) termine reemplazando al oro en la función de reserva de valor porque los inversores fans del oro buscan la seguridad y poca volatilidad que históricamente ha tenido
El cibermoneda estrella también está incursionando en facilitar la vida cotidiana a la gente, a través de tarjetas de débito que en lugar de tomar el dinero de una cuenta bancaria, lo toman de su cuenta de Bitcoins.
#4 – Los Bitcoins son infalsificables y fácilmente verificables
El oro es muy difícil de falsificar, pero es posible. Eso hace que cuando alguien quiere vender un anillo o cadena de oro tenga que ir a locales que verifican su autenticidad. Es más, los hay con distintos grados de pureza, para salvaguardar su valor y no engañar a nadie.
Por el otro lado, es imposible falsificar o adulterar el Bitcoin. Y es fácilmente identificable, por todo aquel que utiliza la red. Cualquier transacción con la cibermoneda es validada instantáneamente, dejando cualquier posibilidad de fraude de lado. Además, Bitcoin demostró ser inhackeable hasta ahora, y no precisamente por falta de intentos.
#5- El Bitcoin tiene costos de transacción y almacenamiento ínfimos
El Bitcoin, al ser digital, no requiere onerosos costos de custodia que requieren los bienes físicos, al tener que guardarlos en una caja de seguridad en un banco si fuese oro por ejemplo, si es que no se quiere asumir el riesgo de tenerlos guardado en la casa del inversor.
Al costo de la custodia hay que sumarle el de transferencia del objeto en sí, que al no sólo ser voluminoso y pesado, requiere contratar seguridad para su traslado.
Se pueden portar los Bitcoins sin tener que cargarlos físicamente, accediendo a ellos desde el teléfono celular. Por ejemplo permitiría salir del país con su dinero sin tener que lidiar con las limitaciones del mundo físico
Bitcoin, en tanto, permite hacer transferencias internacionales en forma instantánea (minutos) y prácticamente gratis (a un costo de transacción de 50 centavos de dólar, por ejemplo).
Se espera que las nuevas generaciones, totalmente adaptadas a un mundo digital, tengan preferencia por un dinero que también sea digital. Si sirve como custodia de valor, como medio de pago y con costos pequeños, lo convierte en una herramienta letal contra otras monedas y al oro como inversión y resguardo de valor en el tiempo.
#6 – La emisión de Bitcoin es controlada y será finita (inflación cero)
Por definición, para ser considerado dinero un bien tiene que ser escaso.
En el caso del oro es difícil precisar con exactitud cuánto oro nuevo se mina por año, pero las estimaciones indican entre 2.500 y 3.000 toneladas por año, lo cual representa entre un 1,5 y un 2% de inflación. Es todavía más difícil precisar cuanto queda todavía por minar, a precios redituables, en el planeta Tierra.
Bitcoin en cambio, es finito, nunca existirán más de 21 millones (se terminarán de emitir en el año 2140). En concreto, todos los días, se emiten 1.800 nuevos Bitcoins en 2019. Pero la tasa de inflación de la moneda digital está definida a la baja, y ya fue diseñada en su creación a fines de 2008 (cada 4 años el premio de Bitcon a los mineros se divide a la mitad de lo que se usaba en el período anterior de 4 años).
#7- Bitcoin genera potentes efectos de red
En el oro los efectos de red son inexistentes. El hecho de que más gente tenga oro no lo hace más útil, ni más valioso, ni genera mayor valor agregado a los actuales tenedores.
Con Bitcoin, en cambio, se cumple la ley de Metcalfe, que dice que toda red vale el cuadrado de la cantidad de miembros. Evidentemente, a mayor cantidad su valor se hace exponencial.
Al ser una moneda digital, Bitcoin tiene un sinnúmero de ventajas. Le permite la divisibilidad: por ejemplo, se puede comprar o transaccionar 0,00000001 bitcoins, algo imposible de hacer para cualquier moneda fiduciaria o activo financiero en general
Actualmente hay sólo un 0,5% de la población mundial vinculada con las criptomonedas. Eso se refleja en un ínfimo valor total de las más de 2.000 criptomonedas en existencia, el Bitcoin entre ellas. En total representan solamente USD 0,17 trillones.
Es mucho más probable que, dadas las ventajas mencionadas en este texto, si más personas tienen Bitcoin, decidan transaccionar entre ellas en la moneda más eficiente. Y a una moneda digital es muy difícil competirle por parte de las monedas fiduciarias. El fenómeno de adopción se acelera a un paso acelerado, logrando velocidades que solo el mundi digital conoce.
Futuro versus presente
¿Qué puede pasar en el futuro con los precios de ambos activos financieros? Nadie lo sabe con certeza, pero quizá sirva considerar que en los próximos 30 años, sólo en Estados Unidos, se heredarán $30 trillones de dólares. Muchos apuestan a que las nuevas generaciones, mucho más afines a lo digital y virtual que a lo físico, pondrán en juego las actuales tenencias de oro físico que las generaciones anteriores atesoran.
Hoy, según Google Trends –a nivel mundial y en los últimos 12 meses– la gente busca cómo comprar oro (buy gold) entre 2 y 3 veces más que cómo comprar Bitcoin (buy bitcoin). En cinco años habrá que ver quien hizo la mejor inversión.
Conclusión
La particularidad de Bitcoin de ser una moneda de emisión finita, que puedan ser transferidos a cualquier parte, que los objetos puedan enviar y recibir valor y que se adapta a los tiempos de la generación digital, hacen creen en que el potencial que ofrece como el "oro 2.0" es legítimo.
El hecho de que más gente tenga oro no lo hace más útil, ni más valioso, ni genera mayor valor agregado a los actuales tenedores de oro
También conviene reconocer que es muy improbable que Bitcoin (o alguna otra criptomoneda) termine reemplazando al oro en la función de reserva de valor porque los inversores fans del oro buscan la seguridad y poca volatilidad que históricamente ha tenido. Eso no lo van a encontrar en Bitcoin, tan etéreo en su concepción.
Las criptomonedas son un nuevo activo financiero que abre un universo de oportunidades para una infinidad de nuevas generaciones por venir.
Gonzalo Arzuaga es Fund Manager de Terrifico Capital y autor de "Criptomonedas"
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