En épocas de crisis, y con una inflación que en lugar de ceder se acelera, los consumidores se vuelven creativos a la hora de hacer las compras. La búsqueda de precios lidera sus comportamientos y son capaces de recorrer amplias distancias con tal de encontrar la mejor oferta. El Mercado Central es uno de esos lugares alejados de la Capital Federal que no sólo atrae a comercios por su venta mayorista de frutas y verduras, sino que también reúne semanalmente a una gran cantidad de familias que viajan hasta Tapiales, La Matanza, para "hacer la diferencia" en materia de precio.
¿Por qué los alimentos valen mucho menos en el Mercado Central que en un gran supermercado o en un autoservicio de barrio? ¿Cuál es esa diferencia? De acuerdo con un relevamiento realizado por Infobae tras una visita al mercado, los precios de las frutas y las verduras en la feria minorista cuestan la mitad que en las grandes cadenas y que en los pequeños comercios de barrio. Y para los que tienen familia numerosa o van en grupo, el mercado mayorista es la mejor alternativa, ya que ahí se compra por bulto y el valor se reduce mucho.
Para poner un ejemplo, mientras que el kilo de tomate cuesta $65 en una gran cadena de supermercados y en un autoservicio del barrio de Núñez se consigue a $75, en la feria minorista del mercado central tiene un valor de 25 pesos.
En el caso de la papa negra, mientras que en el mercado se consiguen ofertas de 3 kilos por $30, en el gran supermercado vale $16,90 el kilo y en el autoservicio de barrio, 15 pesos. La manzana, en tanto, sale $30 el kilo en el mercado, contra $50 en la cadena y $90 en el supermercado de origen asiático. Y la lista continúa. Las diferencias de precios son enormes.
Para quienes viven en los alrededores, no hay dudas de que el mercado central es la mejor alternativa. Para los habitantes de zonas más alejadas, como quienes viven en Capital Federal, la cuenta deberá ser más finita o ir en grupo, ya que el costo del transporte por el combustible también subió y en muchos casos no se justifica.
La feria mayorista abre de lunes a jueves de 2 a 10 y los viernes de 2 a 16. En esa franja, la persona puede encontrar diferentes precios en función de la hora y de cuánto el vendedor necesite deshacerse de producto para cubrir obligaciones. Por ejemplo, un cajón de 17 kilos de tomate cerró el miércoles a un valor promedio de $ 29,41 el kilo, ya que el precio máximo de venta fue de $ 650 el cajón y el mínimo, $ 350. En la mayorista, se comercializan esencialmente frutas y verduras, pero también pueden encontrarse productos como frutos secos y aceite de oliva, por ejemplo.
La feria minorista, en tanto, abre de lunes a viernes de 9 a 18; sábados de 8 a 19 y los domingos, de 9 a 19. Y allí se pueden comprar todo tipo de alimentos a precios mucho más económicos que los que comercializan los supermercados. Carne, pollo, pescado, panificados, lácteos, artículos de limpieza, ropa y hasta juguetes. Si bien las frutas y verduras son la estrella del mercado, también hay grandes diferencias de precio en el resto de los productos.
En el caso de la carne, por ejemplo, mientras que en una de las carnicerías del mercado el kilo de nalga (lo más demandado) vale $260 y el bife de chorizo, $265; en el autoservicio de Núñez, los valores suben a $330 y $400, respectivamente. En el caso de la gran cadena, que tiene frigorífico propio, los precios son más competitivos: $225,9 el kilo de nalga y $280,9 el kilo de bife de chorizo.
Con el pollo, la diferencia es más notoria. Mientras que el "pollo de oferta" del mercado cuesta $ 66 y el de campo, $ 71, en los supermercados oscilan entre los $ 90 y los $ 100. "Le compramos directamente a Toledo y ganamos por la cantidad que vendemos. Tenemos una red de comercialización que incluye el negocio minorista, el mayorista y la venta directa a caterings, que nos permite tener un precio muy competitivo", señaló Cristina, de "Pollos Cosenza".
Mirta, la encargada de "La Panadería", contó que venden el kilo de pan a $ 36, mientras que en su barrio cuesta $ 85. ¿Por qué esa diferencia? "Porque somos una cooperativa y vendemos mucha cantidad. Durante el fin de semana, comercializamos 1.000 kilos. Si no fuera así, deberíamos subir el precio", precisó la vendedora.
Las diferencias de precio se deben al volumen comercializado, a que no hay intermediarios y que, además, no hay costos de flete. De hecho, consultados algunos comerciantes sobre la posibilidad de enviar a domicilio los productos, respondieron que si ofrecieran ese servicio, el precio no podría ser el mismo.
Nueva gestión en el mercado
Belisario Álvarez de Toledo asumió al frente del Mercado Central –una entidad pública interestadual que depende de la Nación, la provincia de buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires– a fines de septiembre del año pasado, con el objetivo de ordenar su funcionamiento y disponer nuevas reglas de juego para todos los actores de la cadena. Fijó nuevos horarios para uno de los jugadores y ello normalizó la operatoria. En diálogo con Infobae, hizo un balance de sus meses de gestión y repasó el plan de inversiones previsto para el año.
El objetivo de la actual gestión es aprovechar el atractivo que tiene el mercado en materia de precios y el hecho de que, en la plaza mayorista, es una de las más grandes a nivel mundial, para seguir impulsando inversiones en infraestructura y lograr, de ese modo, que el lugar tenga cada vez más visitas y sea un "lugar lindo" para ir, tal como planteó el funcionario. Muy buenas ofertas, variedad de productos y, por sobre todo, una mano bien artesanal explican el gran interés que despierta el mercado central en los consumidores.
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