Como meta clave del plan estratégico de 2019 a 2023, la AFIP se propuso reducir en 10 puntos la evasión en el IVA y la mitad del tiempo que los contribuyentes destinan a cumplir con sus obligaciones impositivas.
El objetivo del organismo es reducir de 33% a 23% la evasión en el IVA en los próximos cinco años. Y bajar de 356 a 178 horas al año el costo de tiempo de cumplimiento para las personas en el mismo período.
Esas metas incluyen extender los cruces de cantidades físicas y dinero a seis o siete cadenas de valor este año, del rubro alimenticio y la construcción, como ya hizo con el sector de la carne.
Para ello el organismo intentará sentar las bases de infraestructura tecnológica y de recursos humanos, según anunció Leandro Cuccioli, administrador General de Ingresos Públicos.
"La clave en los próximos años es tener comportamiento predictivo para saber dónde poner los recursos porque son escasos", dijo Cuccioli, al momento de informar la recaudación de marzo pasado. "Tenemos muchos datos y podemos avanzar en que se conviertan en información".
Para contar con la tecnología necesaria, prevé invertir un 1,9% de sus ingresos en 2019, por encima del 0,7% que promedió entre 2010 y 2018, pero por debajo de los 2,7% que invirtió entre 2004 y 2009. E incorporar mil empleados nuevos este año, más de la mitad proveniente de ciencias duras.
El total de las inversiones alcanzaría $1.650 millones este año: $ 365,3 millones en infraestructura edilicia, $ 587,1 millones en herramientas de trabajo y $ 697,6 millones en sistemas de seguridad informática. Implica: adquirir 5 mil computadoras, 3 mil notebooks, un número indeterminado de escaners e impresoras y hasta 10 mil estaciones de trabajo (all in one).
Los cuatro ejes de la gestión serán:
– Fortalecer el control. Supone reforzar los mecanismos de prevención del incumplimiento, mejorar el aprovechamiento de la calidad de la información, los procesos de control y la trazabilidad de las operaciones y asegurar el cobro efectivo de las deudas tributarias.
– Facilitar el cumplimiento. Incluye simplificar normas y procedimientos, ofrecer servicios acordes a las necesidades de los ciudadanos y favorecer la competitividad económica y el comercio exterior.
– Incrementar la capacidad operativa. Para potenciar la capacitación de las personas, gestionar mecanismos objetivos y transparentes de ingreso y evaluación, fortalecer la infraestructura física y digital y optimizar la asignación de recursos.
– Fortalecer la cultura tributaria. Profundizando la interacción con la sociedad, estableciendo alianzas estratégicas, participando proactivamente de definiciones normativas y afianzando la cultura de la integridad.
En 2019 el eje de control se traducirá en el uso de remitos electrónicos para mejorar la trazabilidad de las cadenas de valor para poder relacionar cantidades físicas y monetarias. Readecuar el Sistema de Perfil de Riesgo incorporando toda la información de los contribuyentes. Digitalizar el proceso de relevamiento de personal y monotributistas. Entre otros.
El eje de cumplimiento buscará facilitar el libro de IVA digital, el libro de sueldos digital y el comercio exterior (VUCE, Puerta a Puerta), entre otros.
La capacidad operativa incluirá una mayor informatización aduanera y revisión del modelo de atención de la Aduana, entre otros.
Para fortalecer la cultura tributaria buscará la inscripción centralizada del monotributo en diez jurisdicciones e incentivar a los ciudadanos a pedir la factura.
El último plan estratégico que había llevado adelante AFIP fue el que se terminó de aplicar en 2015. Estaba en deuda uno nuevo. Este plan, que se anunció al personal en febrero pasado, se rinde ante Jefatura de Gabinete.
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