De la amplia clase media ascendente y pujante del siglo pasado a un estrato social empobrecido y que emplea todas las herramientas a su alcance para no caer un escalón más abajo, en la temida zona de la pobreza. Del sueño de las vacaciones, el auto nuevo y la casa propia a las terceras marcas y el recorte de gastos para sostener los intocables: la educación privada y la medicina prepaga.
¿Qué es hoy ser de clase media en la Argentina? El 82% de los argentinos consideran que pertenecen a la clase media. Pero solo un 45% aproximadamente está incluido "técnicamente" dentro de este estrato social, según un relevamiento de la consultora W. En un contexto de pérdida del poder adquistivo, aumento de la pobreza, desempleo y altísimos niveles de inflación, los números y los consumos representativos de la clase media se achican, se nivelan hacia abajo y se empobrecen.
El 82% de los argentinos consideran que pertenecen a la clase media. Pero solo un 45% aproximadamente está incluido ‘técnicamente’ dentro de este estrado social
"Esa clase media que se mantiene ha bajado mucho su nivel. En la década del 60 se definía por la casa propia y acceder a vacaciones una vez al año. Hoy es acceder a una prepaga, colegio privado, auto, tecnología y conectividad. Pero bajar a un colegio de menor categoría, un plan de prepaga más barato, mantener solo la conexión a Internet y no el cable como estrategias. Recortar lo posible, hasta que llega a un nivel insostenible. La clase media baja se ha transformado en los nuevos pobres. Todo baja un escalón", explica Horacio Larghi, economista de la consultora Invenómica.
De acuerdo a los datos del Indec, en febrero de 2019 se necesitaron ingresos por familia de más de $27.570 para no ser pobre. Esa línea permite marcar quienes están dentro y quienes fuera, pero no alcanza para definir la pertenencia a la clase media. Un análisis del instituto IERAL de la Fundación Mediterránea mostró que la clase media hoy tiene un salario promedio de $46.000, con lo que sus ingresos son 1,7 veces más que los ingresos promedio de los que caen por debajo de la línea de pobreza.
"En la conformación de la pirámide no hay grandes variaciones pero sí vemos una nivelación hacia abajo en la clase media", explicó Gerardo García Oro, economista del área de Empleo y Política Social de IERAL. Y destacó que desde hace varios años el coeficiente de Gini —que se usa para medir la desigualdad— no tiene progresos significativos. Su rango va de 0 a 1 (cuando más cerca de 0 menos desigualdad) y en el tercer trimestre de 2018 fue de o,424 cuando históricamente estuvo siempre más cerca del 0,3.
Para Guillermo Oliveto, titular de la consultora W, la clase media está en el ADN de la argentinidad. "Es una realidad muy diversa, pero con un factor común conceptual que une a casi todos bajo un mismo paraguas y que vuelve a la sociedad argentina muy crítica, muy demandante y muy aspiracional, a diferencia de otros países de la región. Bajar un escalón para una sociedad que quiere ir siempre para arriba es algo difícil de procesar", explicó.
La clase media baja se ha transformado en los nuevos pobres. Todo baja un escalón
"Veo una sociedad muy pragmática sin prejuicios y dispuesta a extremar sus patrones de consumo, lo que sea necesario para preservar lo más posible el poder adquisitivo que tiene en la mano. Con una pérdida de 12% de poder adquisitivo en 2018, se va a las segundas marcas, a los mayoristas, a los outlets", agregó el especialista en consumo.
De acuerdo a los relevamientos de la consultora, hay tres niveles que van desde un primer anillo de consumo "postergable" (bienes durables, con una caída de entre 40% y 50% a fines del año pasado), a un segundo anillo de consumo "necesario pero ajustable" (alimentos, bebidas, limpieza, donde no hay una caída violenta en volumen pero sí en el traspaso a segundas y terceras marcas) y un tercer anillo de "intocables mientras se pueda", que incluye colegios, conectividad (telefonía móvil e Internet) y tarifas.
"La clase media de algún modo está a la defensiva pero dando la pelea. Son sobrevivientes de mil batallas. La gran distinción la marca la situación del empleo. Donde hay empleo hay herramientas y escudos", resumió Oliveto.
¿Cuánto cayeron los ingresos durante el año pasado? La pérdida del salario real en 2018 fue de entre 11% y 12%. "Tenemos una estimación de paritaria para 2019 de aproximadamente 30%. Eso significa que el salario real en 2019 se va a mantener o a caer levemente. Generalmente en los años posdevaluación hubo caídas similares en el poder adquisitivo, pero lo que no se va a ver este año es una recuperación como ocurrió en los períodos anteriores. En 2019, la recuperación va a ser más difícil", argumentó Juan Solá, economista de la consultora Elypsis.
Veo una sociedad muy pragmática sin prejuicios y dispuesta a extremar sus patrones de consumo, lo que sea necesario para preservar lo más posible el poder adquisitivo
Para que la clase media pueda recuperarse se debe recuperar el salario —la mayoría de los economistas coinciden en que no se dará en 2019— y frenarse la caída del empleo. "La clase media va a tardar en recuperar el salario entre dos y tres años, hay una desocupación muy alta para que los salarios vuelvan a ganarle a la inflación. No va a ser en 2019 y tampoco en 2020, con un poco de suerte recién a partir de 2021", destacó Larghi.
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