La tecnología está cambiando de forma vertiginosa las modalidades de trabajo en el mundo entero y los países de América Latina deben invertir cada vez más en ciencia y tecnología, además de capacitación de sus operarios y profesionales, para no quedar estancada en el pasado.
Así lo señalaron expertos internacionales y funcionarios argentinos que analizaron el presente y el futuro del trabajo en la primera de las dos jornadas del congreso organizado por la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) en Buenos Aires.
Los desafíos actuales de la educación frente al trabajo del futuro fueron abordados por Dante Sica, ministro de Producción y Trabajo de la Nación; Víctor Santa María, secretario general del SUTERH; David Orban, de Singularity University – Network Society Ventures; Daniel Susskind, de la Universidad de Oxford y representantes de otras casas de estudios.
"Estamos trabajando en una agenda que profundice e incentive tanto el futuro de la producción y del empleo, integrándonos mucho más, con una cultura exportadora que requiere más tecnología, reduciendo la informalidad y mejorando la capacitación", expresó el ministro.
Sica consideró también que "las nuevas tecnologías son una oportunidad y ventaja para el futuro de nuestra economía y los jóvenes que se incorporarán al mercado laboral".
Una cultura exportadora requiere más tecnología, reducir la informalidad y mejorar la capacitación (Dante Sica)
"Educación, trabajo y tecnología han sido tres pilares esenciales para el desarrollo de la humanidad. Los trabajadores estamos dispuestos a discutir cualquier ley de empleo, defender los derechos de los que tienen trabajo y de los que no y también a discutir la incorporación de las tecnologías y su impacto en el mundo laboral, el Estado tiene que promocionarlas", dijo Santa María.
El sindicalista agregó que la mayoría de los argentinos no quieren "un proyecto político que solo está pensando en cómo exporta más, sino en satisfacer primero la demanda interna".
Del ámbito académico, Susskind apuntó que lo más seguro del futuro es que es totalmente incierto. ¿Cuáles ocupaciones surgirán? Preguntó y respondió: "Difícil saberlo. Hace 30 años atrás no vislumbrábamos las actuales ocupaciones en torno a lo digital".
Para este experto, la mejor respuesta a la problemática del trabajo del futuro "es la capacitación, formarse a lo largo de la vida. No se trata de finalizar los estudios universitarios y sentir que hemos completado nuestra etapa de instrucción. Hay que seguir haciéndolo".
A su modo de ver, la clave para que los trabajadores estén preparados está vinculada con tres preguntas que deben repensarse para tener respuestas nuevas: ¿Qué enseñamos, cómo lo enseñamos y en qué momentos de la vida lo hacemos?
Hace 30 años atrás no vislumbrábamos las actuales ocupaciones en torno a lo digital (Daniel Susskind)
Orban comentó que desde los inicios de la humanidad, la tecnología definió quiénes somos: "Lo que se ha dado en los últimos años es una aceleración del conocimiento compartido, lo que permite que cada innovación sea más rápidamente conocida por todos y por ende implementada y superada".
"Debemos aprovechar la tecnología. Incluso el modelo tradicional de educación que lo prohíbe en las aulas -como es el caso del celular– habla de expectativas mal depositadas, de no saber manejar un nuevo propósito del conocimiento compartido: el maestro tiene que tener la razón. Lo mismo sucede con los padres y políticos. Sería mucho más interesante que se muestren sorprendidos de la vertiginosidad de los avances para que entre todos, como sociedad, nos sinceremos y trabajemos para adelante", expuso Orban.
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