Dólar récord: ahora el Gobierno apuesta a las cerealeras para ponerle freno

La divisa siguió de cerca los movimientos de Brasil. La expectativa pasa por la liquidación de los agrodólares desde la semana que viene

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¿Porotos de soja salvadores?
¿Porotos de soja salvadores?

El dólar subió otro 2,7% ayer, pero la cotización no estuvo demasiado desalineada con lo sucedido en otros mercados emergentes, en particular Brasil. La divisa finalizó arriba de 3,96 reales (una suba de 2%), la mayor cotización desde octubre y le puso presión al tipo de cambio local.

Con el cierre de ayer en el mercado mayorista, a $43,87, ahora el dólar se ubica 11,7% por encima del piso de la zona de "no intervención". Se trata de la distancia más grande desde que comenzó a aplicarse este esquema en octubre, tras el acuerdo alcanzado con el FMI. Pero que el dólar se ubicara cerca del medio de esa banda cambiaria era un escenario que algunos economistas consideraban incluso favorable. Al Gobierno, sin embargo, le hubiera gustado mantenerlo bien pegado al piso, que ayer se ubicó en 39,28 pesos.

El nuevo salto del dólar hasta $44,80 en el mercado minorista volvió a generar incertidumbre, más allá de las explicaciones sobre un contexto internacional más complejo. Sucede que en lo que va del mes ya acumula una suba de casi 12%, muy lejos de los anhelos del titular del Central, Guido Sandleris, de mantenerlo a raya en los próximos meses.

La suba de la tasa de Leliq a más del 68% no alcanzó para calmar al mercado cambiario. El dólar estuvo muy influído por la debilidad del real en Brasil, más allá de la incertidumbre política por la previa electoral

Un dato que no pasó desapercibido en la jornada de ayer fue que el volumen operado en el mercado cambiario fue el mayor del mes, USD 851 millones, reflejando un aumento de la demanda y al mismo tiempo escasez de oferta.

Ahora todas las miradas están puestas en la liquidación de agrodólares, que deberían empezar a sentirse a partir de la semana que viene. Históricamente, desde la primera semana de abril se produce un importante salto de venta de dólares por parte de las cerealeras, que se intensifica en mayo, cuando toda los picos máximos del año.

Pero la duda está instalada: ¿cuándo y por qué monto liquidarán los sojeros? En las mesas de cambio son escépticos por el momento. "Si ven que el dólar sigue para arriba van a vender a cuentagotas. Además, la mayoría prefiere financiarse localmente para hacer los pagos en pesos, aún pagando tasas altas", señaló a Infobae uno de los principales operadores locales de cambio.

La nueva suba del dólar estuvo en línea con la caída del resto de los activos argentinos. Las acciones locales que cotizan en Wall Street tuvieron caídas superiores al 6% en moneda dura. Y los bonos siguieron en picada, con un riesgo país que subió 3% y ya roza los 800 puntos básicos. Esto refleja el desarme de posiciones en activos locales, lo que requiere luego la fuga de divisas. Todo este proceso le pone más presión al tipo de cambio.

El arranque de abril, desde el lunes que viene, será fundamental para la pericia que pueda demostrar el Central a la hora de salir a defender la cotización de la divisa. En la medida que no afloje el clima negativo para los mercados emergentes y que el tipo de cambio siga operando al alza, será difícil convencer a las cereraleras que liquiden. Si en cambio se produce un quiebre de esa tendencia alcista probablemente apuren las ventas y ayuden a estabilizar el tipo de cambio.

La super cosecha de maíz (récord histórico) y de soja generarán en teoría los dólares necesario para estabilizar al mercado, aún en medio de la fuerte incertidumbre electoral. Pero aún está por verse si los productores venderán y si los exportadores liquidarán las divisas que genera el campo.

Por lo pronto, el ministerio de la Producción divulgó a última hora del martes una resolución que tiende a evitar una práctica comercial que perjudicaba a los productores agropecuarios. Obligó a las cerealeras a pagarles según el tipo de cambio del día anterior a la transacción. Era habitual que se estipulara una cotización para la venta de los granos, pero que el pago se realizara cinco o seis días después. Eso les permitía a los exportadores a especular con una suba del tipo de cambio, una práctica que ya no podrán mantener.

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