Este lunes participé de Argentina Exporta, encuentro organizado en el Museo Casa Rosada con representantes de la Cámara de Comercio de España y la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, cuyos titulares expusieron el camino que transitó España para desarrollar y aumentar las exportaciones de sus PyME industriales.
La llave maestra de ese crecimiento fue, según expusieron, el apoyo decidido y constante del Estado español al sector exportador, que estuvo por encima de las disputas partidarias y fue decisivo, además, para que el país superara la profunda crisis que sufrió entre 2008 y 2014.
Durante el encuentro, los representantes de ambas cámaras, José Luis Bonet y Antonio Garamendi Lecanda, repasaron el crecimiento de las exportaciones ibéricas: en el año 2000, la participación de las exportaciones en el PBI español era del 12%, mientras que ese número creció al 34% en 2018. Un salto impresionante.
La llave maestra del crecimiento exportador de la industria española fue el apoyo decidido y constante del Estado
Pero no sólo el caudal exportador creció; también lo hizo la cantidad de empresas exportadoras, que pasó de 50.000 en el año 2000, a las casi 150.000 actuales.
Al buscar posibles salidas a las crisis recurrentes que sufre Argentina, España se erige como el faro que debemos observar y seguir. Por lo pronto, haber definido el crecimiento de las exportaciones como política de Estado, es lo que les permite hoy crecer al 3,5% anual, con una generación de 500.000 empleos anuales.
Arriesgo más: no existe posibilidad alguna de que Argentina derrote la pobreza y deje atrás el subdesarrollo sin una revolución exportadora como la de España. Es absolutamente imprescindible (y urgente) que trabajemos en esa dirección. En este sentido, hay que destacar que en España, el 90% de los nuevos empleos los está generando el sector privado. Y de ese 90%, el 80% lo generan las PyME.
En el mismo período, Argentina pasó de tener 12.000 empresas exportadoras, a 9.800. Es decir que mientras España triplicó la cantidad de compañías que venden sus productos al exterior, nosotros perdimos un 18% de ellas.
En España, el 90% del empleo lo genera el sector privado, y un 80% es creado por pequeñas y medianas empresas
Esa falta de visión estratégica, ha derivado en otro drama: mientras que el promedio mundial de exportaciones en relación al PBI es del 28%, en nuestro caso llega apenas a un 10 por ciento.
El ejemplo español nos muestra un combo virtuoso del cual aprender. Pudieron sortear la profunda crisis iniciada en 2008, redoblando la apuesta exportadora que habían hecho al comenzar el milenio.
Por supuesto esa apuesta incluyó actualizar sus leyes laborales y sindicales, crear instrumentos financieros para facilitar las ventas al exterior, realizar reformas logísticas y crear incentivos fiscales para que las PyME se animaran a exportar. Todas estas medidas redundaron en una multiplicación y diversificación de las exportaciones industriales, que son las que hoy sostienen el crecimiento de la economía y el empleo.
Si queremos cambiar el rumbo de nuestro país y superar la recurrente falta de dólares de nuestra economía, debemos enfocarnos en colocar nuestros productos industriales fuera de nuestras fronteras. Una vez más, el mundo nos está mostrando una efectiva hoja de ruta para convertirnos en el país que queremos ser. Está en nosotros aprender esa lección.
(*) Martín Rappallini es presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires; presidente de la Comisión PyMI, Desarrollo Regional y Transporte de la UIA; y Titular del Polo Industrial Ezeiza