"El ambiente fue mejorando por la tarde. A la mañana había más preocupación y más salida de los emergentes. Por la tarde hubo más tranquilidad y una mirada un poco más mesurada", aseguran desde el Palacio de Hacienda luego de un cierre de mercado en el que el dólar al público subió 2% y tocó los $43, para cerrar en $42,86, según el promedio del Banco Central.
"Hay preocupación, sí", reconoció un funcionario de alto rango. La insistencia es para demostrar que la estabilidad financiera es importante. "Preocupa que, como el tipo de cambio se mueve con una inflación que no bajó en enero y febrero, la gente pueda pensar que el programa financiero no funciona, cuando tiene muchas cosas que sí están funcionando", asegura la fuente.
Hacienda insiste en aislar el día de hoy, con mucha volatilidad disparada totalmente por eventos del exterior. "El anuncio de los números de actividad en Europa, que salieron flojos esta mañana, dispararon una preocupación sobre que la actividad económica puede ser peor de lo que se esperaba en EEUU y Europa", aseguran.
"La Fed dijo que no va subir tasas. Hoy se invirtió la curva de tasas en EEUU, algo que no ocurría desde 2007 y que se considera como un posible anticipo de una recesión en los próximos 18 meses. Recordemos que hace poco la Fed dijo que no va a subir la tasa porque no hay recalentamiento; ahora empieza a haber preocupación para el otro lado, para una posible recesión", detallan. Ese contexto, explican, provocó que muchos inversores salieran de su posición de activos de riesgo, algo que empuja a las monedas a devaluarse contra el dólar. Ahí, el peso es una de las víctimas predilectas del mercado.
Igual, creen que el movimiento de la moneda local "no estuvo nada mal" con respecto a otras, y con respecto a lo que podría haber sido. Parece un consuelo escaso. En el Banco Central están alineados a la misma idea, incluso usan las mismas palabras.
"Hoy el peso se depreció menos de 1,8%, mientras que el real se depreció 2,5% y la lira turca 5 por ciento. En este tipo de circunstancias, no conviene ir contra la corriente, no es bueno desacoplar al peso; y no tiene sentido gastar balas o credibilidad cuando no es una cuestión del peso sino una cuestión global", justifica el funcionario de Hacienda que pide off the record. "La política monetaria tracciona antes estos movimientos o desajustes momentáneos. Antes, el real se depreciaba 2,5% y el peso un 10%, y ahora no. Hay que entender que tenemos el doble golpe: el mundo y Brasil", dijo.
Preocupa que, como el tipo de cambio se mueve con una inflación que no bajó en enero y febrero, la gente pueda pensar que el programa financiero no funciona, cuando tiene muchas cosas que sí están funcionando
El Gobierno cree que Brasil está saliendo de la luna de miel y que eso hace que las cosas se le aceleren, con un mayor impacto local. Parte fundamental del "doble golpe". La detención de Michel Temer hace ver que quizás la coalición está en riesgo y que no va a poder sacar la reforma de pensiones y esa es la vara que el mercado toma para ver si Jair Bolsonsaro será exitoso o no. "El riesgo es que Brasil estaba algo caro para muchos y los precios reflejaban que esto iba a pasar. Lo que nos importa a nosotros es la actividad, ellos no aportan nada desde el Lava Jato. Ver un Brasil que crece a 2-3% nos llena de esperanza porque hay derrame", agrega la fuente.
Los hombres de Dujovne recuerdan que el nivel de cierre de dólar de hoy, en torno a $41,80, es muy parecido al de septiembre. Y se aferran a los dólares que venderán desde abril, cuando comienzan las licitaciones de los dólares del Tesoro que autorizó el Fondo Monetario y que "traerá estabilidad". Esa licitación y "una cosecha muy importante", más la política monetaria y el respaldo del FMI, son las armas del Gobierno para enfrentar un 2019 electoral y volátil. Un año que, por ahora, no da tregua.
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