Los rendimientos de los de plazos fijos ahora sí comenzaron a reaccionar, como consecuencia del ajuste de la tasa de referencia que impulsa la política monetaria del Banco Central. Según los datos publicados ayer, la tasa para depósitos a plazo ya había trepado a 41,9%, cuando hace sólo una semana apenas superaba el 37% en promedio.
El incremento todavía parece a mitad de camino teniendo en cuenta la suba de los rendimientos de las Leliq, que pasaron del 44% al 63,8% en menos de veinte días. Sin embargo, en los últimos días el incremento se aceleró y es posible que siga haciéndolo en las próximas jornadas.
El aumento de las tasas es una consecuencia de la política muy restrictiva que viene llevando adelante el Central, al absorber pesos para que no aumente el nivel de base monetaria. Pero el objetivo que se busca a nivel oficial es que los rendimientos que se ofrecen al ahorrista en moneda local sean lo suficientemente atractivos como para evitar que haya una mayor dolarización de portafolios.
La tasa de plazos fijos de los bancos todavía tiene margen para subir, en los últimos días acentuó su comportamiento alcista. De todas formas, como hay poco crédito tampoco las entidades tampoco están dispuestas a pagar rendimientos exorbitantes
Además de la tasa de plazo fijo minorista, también aumento para los inversores más grandes. Según se difundió, en el caso de las colocaciones por depósitos de más de 20 millones de pesos, los bancos ya están pagando más de 45%.
Como complemento de este incremento de tasas, la institución que preside Guido Sandleris dio señales fuertes en los últimos días sobre la estabilidad que busca para el dólar. No sólo estarán los dólares de la cosecha, sino que además el Tesoro saldrá a vender USD 9.600 millones a lo largo del año. Además, el ritmo de aumento de las bandas cambiarias bajará de 2% a 1,75% mensual.
Con este panorama, se busca dar cierto grado de seguridad de que el dólar tendrá un comportamiento tranquilo en los próximos meses, por lo que sería buen negocio pasarse a pesos.
Pero la incertidumbre electoral ya se empieza a apoderar de los inversores, que exigen tasas cada vez más altas para quedarse en moneda local. Los plazos fijos, que venían subiendo fuerte desde noviembre pasado, en lo que va de marzo detuvieron esa mejora e incluso se nota una caída marginal en los depósitos mayoristas.
El incremento de tasas persigue otro objetivo, además de atraer a ahorristas: que a las empresas les cueste financiarse en pesos y acuden a la venta de dólares para conseguir liquidez. Esto dio buenos resultados a partir de octubre pasado, cuando el BCRA decidió llevar la tasa de referencia a un récord del 74%. Pero resulta cada vez más difícil que se repita ese comportamiento.