La devaluación afecta al bolsillo de los consumidores y los saltos cambiarios impactan en el humor de los votantes, pero este salto de un 5,5% del tipo de cambio en lo que va del mes permitió compensar la aceleración de la inflación para los exportadores.
"La lección de la semana pasada es que la calma cambiaria desapareció. El mundo y el año electoral prometen seguir dotando de variabilidad al peso argentino en tanto no generemos señales de confianza. Para el horizonte más próximo, no obstante, mostramos moderadas dosis de optimismo. Una de las razones que alimenta esta visión es el movimiento que tuvo el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), una medida de la competitividad precio de la Argentina frente a sus socios comerciales", indicó un informe de GMA Capital, que firma Nery Persichini, gerente de Inversiones.
La suba del tipo de cambio real debería facilitar el impulso de las exportaciones industriales argentinas (UIA)
Entiende que tras la depreciación del peso del jueves pasado, el ITCRM alcanzó 123,90, un nivel que no veía desde octubre y noviembre pasados. "Ese nivel parece difícil de superar en el corto plazo ya que luce competitivo. es un 29% superior al de un año pero no luce como un valor insostenible de overshooting como en octubre", explica.
Persichini reconoció que "un tipo de cambio real más alto atenta severamente con las posibilidades electorales de Cambiemos. El votante piensa con el bolsillo. Por eso es deseable una caída del ITCRM", y advirtió que "un clima externo más benévolo podrá colaborar con la tarea del BCRA y generar una nueva apreciación real. Es decir, la inflación, en el corto plazo podría volver a ganarle al ritmo devaluatorio".
Para la Unión Industrial Argentina (UIA), la devaluación de la semana pasada permite compensar la aceleración de la inflación que se atraviesa en la primera parte de este año para comerciar con Brasil. En cambio, lo que quita competitividad son las retenciones a las exportaciones.
Según el último "Análisis económico de Brasil y su vínculo con la actividad productiva argentina", que publicó hoy la UIA, el tipo de cambio real subió 68% en 2018, "producto de las devaluaciones del peso, llevaron al tipo de cambio bilateral de nuevo a los niveles del 2011".
"La suba del tipo de cambio real debería facilitar el impulso de las exportaciones industriales argentinas", indicó el informe de la UIA.
La lección de la semana pasada es que la calma cambiaria desapareció. El mundo y el año electoral prometen seguir dotando de variabilidad al peso en tanto no generemos señales de confianza. Para el horizonte más próximo mostramos moderadas dosis de optimismo (Persichini)
En tanto, la suba del tipo de cambio en lo que va del año de casi el 10%, o el salto de la semana pasada, mantiene el tipo de cambio efectivo en 1,87 entre el real y el peso argentino.
"Es algo más de competitividad que estábamos a fin de 2018. Compensa la inflación. Si no se hubiera subido el dólar, se apreciaba un poco. El problema de la volatilidad macroeconómica. Si es algo sostenido o si se va a anclar el dólar para contener la inflación", dijo Pablo Dragún, director del CEU-UIA.
"El problema es que el Gobierno volvió a poner las retenciones y bajó el esquema de reintegros a las exportaciones", alertó Dragún. Porque la mayoría de los sectores industriales ahora paga $3 por dólar exportado, que a los valores de hoy sube casi 8% el precio de venta final de los productos, el tipo de cambio efectivo pasa de 1,87 a 1,72. "Es rentabilidad que se pierde o quita mercado", explicó.
El Gobierno espera que no sólo el crecimiento económico venga atado a las exportaciones, sino que la recaudación de los nuevos derechos de exportación ayude a reducir la mitad del déficit primario para alcanzar el equilibrio este año.
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