El Banco Macro pidió la quiebra de la empresa Molino Cañuelas, que acumula deudas por más de USD 1.350 millones

Fuentes cercanas a las negociaciones sospechan de maniobras financieras fraudulentas

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La empresa de la familia
La empresa de la familia Navilli es líder en producción de harinas

El Banco Macro pidió la quiebra de la compañía alimenticia Molino Cañuelas, por una deuda acumulada con la entidad financiera de USD 10 millones. La empresa, que es controlada por la familia Navilli, atraviesa desde hace meses una crítica situación financiera con una deuda millonaria con 30 grandes bancos y otras entidades financieras internacionales que ya supera los USD 1.350 millones.

Uno de sus principales acreedores, además del Banco Macro, es el Banco HSBC, con el que la empresa alimenticia tiene una deuda que ronda los USD 45 millones. "Todas las empresas atraviesan dificultades por la situación económica, pero creemos que detrás de la deuda de Molinos Cañuelas puede haber alguna maniobra financiera fraudulenta", indicó una fuente cercana a las negociaciones. El sector de harinas es uno de los que más resistieron a la caída de consumo, a diferencia de otros como carnes, lácteos, bebidas o frutas y verduras.

Molinos Cañuelas es una empresa familiar con más de 80 años de historia que se convirtió en líder en producción de harinas

Molinos Cañuelas es una empresa familiar con casi 90 años de historia que se convirtió en líder en producción de harinas, con más de 80% de ese mercado. Cuenta con 21 plantas industriales en la Argentina, Brasil y Uruguay, donde se fabrican productos de marcas muy presentes en la vida cotidiana como las harinas Pureza, los bizcochos 9 de Oro, los aceites Cañuelas, las premezclas para bizcochuelos y rebozadores Mamá Cocina y las pastas secas San Agustín. Se estima que emplea a unas 3.000 personas.

Más allá de las dificultades del mercado interno, la complicada situación financiera de la empresa se hizo más crítica a mediados del año pasado cuando tuvo que desistir de su intención de abrir su capital a la Bolsa, donde esperaba obtener unos USD 333 millones, de los cuales una parte iba a ser destinada al pago de deudas. Los inversores le dieron la espalda.

La compleja situación financiera de
La compleja situación financiera de la empresa se precipitó a partir del año pasado

Al no poder acceder a capital fresco —lo que le hubiese permitido reducir en parte su deuda— la crisis se fue precipitando. A fines de febrero de este año, tal como informó Infobae, hubo algunos avances en las negociaciones entre Molino Cañuelas y los bancos para lograr refinanciar vencimientos, darle más plazo de pago y bajar las tasas en dólares. La intención de algunos bancos era alivianar el peso de la deuda para que la compañía pueda recuperar algo de su rentabilidad.

Aldo Navilli, presidente de la
Aldo Navilli, presidente de la empresa Molino Cañuelas

Entre los principales acreedores de Moliño Cañuelas entre las entidades financieras locales están Banco Galicia, con USD 38,5 millones; Banco Nación, con USD 55 millones; HSBC, con USD 45 millones; Santander Río, con USD 36 millones; Banco Provincia de Buenos Aires, con USD 34 millones, y BBVA Banco Francés, con USD 24,5 millones. Molino Cañuelas, además, exporta a más de 60 países, una condición que le permitió acceder a préstamos en dólares con entidades internacionales.

La historia de Molinos Cañuelas se remonta a 1931, cuando la familia Navilli adquirió un molino harinero en la ciudad cordobesa de Laboulaye, desde donde comenzó a expandir su producción. Un par de décadas después, sumaría más molinos en la zona y una empresa de fideos, todos en la provincia de Córdoba.

En 1977 sumaron un molino en la ciudad de Cañuelas, provincia de Buenos Aires, que dio nombre a la empresa y dio inicio a un crecimiento sostenido que llegó a convertirla en uno de los grandes grupo industriales del sector alimentos. Hace apenas tres años se quedaron con los activos locales de la estadounidense Cargill, en el rubro de molienda de trigo.

El empresario Aldo Navilli, que lidera actualmente la operación de la compañía, heredó la empresa familiar y se convirtió en su principal directivo con apenas 24 años. Lejos de la realidad actual de la empresa, entre sus sueños más ambiciosos estuvo llegar a cotizar en la Bolsa de Nueva York, que estuvo cerca de concretarse en 2018.

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