El Fondo Monetario Internacional no le soltará la mano a la Argentina en caso de un cambio de gobierno luego de las elecciones presidenciales de octubre, afirmó hoy en Washington ante una pregunta de Infobae el vocero principal del FMI, Gerry Rice.
"Seguiremos apoyando a la Argentina sin importar los cambios políticos", señaló el director de comunicaciones del organismo multilateral durante una conferencia de prensa en la sede del FMI en la capital norteamericana. "Esto –dijo Rice– es algo normal para el FMI ya que los gobiernos cambian". La misión del Fondo, añadió, es apoyar a todos los países que lo integran.
Seguiremos apoyando a la Argentina más allá de los cambios políticos (Rice)
No fue un mensaje político ni una expresión fuera del libreto habitual del Fondo, pero en el inicio de la temporada electoral las palabras del vocero cobran un significado especial. Rice aclaró que es práctica común del FMI reunirse con dirigentes de distintas fuerzas políticas en los países donde realiza sus revisiones periódicas.
Lo dijo en alusión a las varias reuniones que mantuvo el jefe de misión para la Argentina, Roberto Cardarelli, quien el mes pasado, durante la tercera revisión del programa stand by, al margen de las conversaciones técnicas con los funcionarios del gobierno de Mauricio Macri se encontró con dirigentes opositores. Entre ellos, el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, el economista Roberto Lavagna, referente del peronismo federal, y Axel Kicillof, alineado con el kirchnerismo.
Previamente, poco antes de la misión de Cardarelli a Buenos Aires, el economista jefe para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, había expresado la inquietud del Fondo ante un eventual cambio de gobierno en la Argentina, algo que consideró "un riesgo" para la continuidad del programa firmado en octubre y la implementación de las políticas que el organismo cree necesarias para el país. Rice se limitó a decir que "siempre hay incertidumbre cuando hay ciclos electorales".
Acerca de la implementación de las medidas, ancladas en el compromiso del déficit cero y la estabilización de variables como la inflación y el tipo de cambio, Rice dijo hoy que "el plan está siendo efectivo", pero no dio más detalles. "Confiamos en que la aplicación sostenida de las medidas (acordadas en el programa), con el apoyo de la comunidad internacional, va a permitir a la Argentina alcanzar su pleno potencial", afirmó. "Vemos un importante progreso", enfatizó.
Rice anticipó además que "en los próximos días" se conocerá el informe de la última revisión de los técnicos de Cardarelli. Allí habrá un detalle de los avances del programa y las previsiones para los próximos meses, incluida una valoración de la persistente inflación y el tipo de cambio.
La expectativa inflacionaria volvió a dispararse luego de que en enero y febrero el índice de precios superara todas las previsiones. Los grandes bancos corrigieron sus cálculos, en algunos casos con un aumento de más de dos puntos respecto de las estimaciones previas, como el JP Morgan, que ayer la elevó a 31,2% para todo 2019.
Se espera ahora que lo mismo haga el FMI. Werner reconoció días atrás que la inflación en la Argentina "está mostrando estar más arraigada de lo que pensamos", según dijo en una presentación en el Consejo de las Américas.
Werner elogió sin embargo la política monetaria que está implementando el Banco Central y afirmó que las medidas antiinflacionarias como las que está aplicando la entidad a cargo de Guido Sandleris, anclada en una fuerte restricción monetaria, muchas veces demoran en traducirse en resultados.
El economista del Fondo Alejandro Werner reconoció días atrás que la inflación en la Argentina ‘está mostrando estar más arraigada de los que pensamos’
La contracara es la caída de la actividad económica, que no da señales claras de haber tocado fondo, pese a que esa es la expectativa del Gobierno.
La línea argumental del FMI indica que en el segundo trimestre se iniciará una muy incipiente recuperación y los técnicos del organismo multilateral confían todavía en que esa variable se cumplirá. Desde la firma del acuerdo stand by en junio del año pasado, luego rediseñado y ampliado a 57.000 millones de dólares, la realidad los ha obligado a revisar prácticamente todas sus previsiones sobre la economía argentina.
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