"El gobierno argentino quizá sobrevendió lo que podía lograr y los inversores compraron de manera ingenua". La frase pertenece al jefe del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, Alejandro Werner, y la pronunció en Nueva York, al trazar un panorama de las dificultades y desafíos que aún enfrenta la economía.
Ahora, dijo, esos inversores "están penalizando a las autoridades argentinas por sus errores y los errores propios de pensar que era posible pasar de la Argentina de los Kirchner a lo que hoy vemos en Chile o México". No fue a modo de crítica, sino como reconocimiento de las expectativas defraudadas.
Werner admitió también que hubo un error de cálculo en el combate de la inflación, que arrancó el año por encima de las expectativas oficiales. "Está mostrado que está más arraigada de lo que pensamos", dijo el funcionario del FMI. Sin embargo, se mostró confiado en que la política monetaria de cero emisión finalmente va a dar resultados. Cuando hay una inflación de 40 o 50 por ciento, señaló, la caída no es inmediata. "Lo hemos visto en otros casos", sostuvo.
En el debe, Werner anotó también que el próximo gobierno, cualquiera sea su signo, va a tener que hacer "un mayor esfuerzo en las reformas estructurales" que necesita la economía argentina. Uno de estos desafíos, dijo, será lograr un mejor nivel de inversión, para llevarlo más cerca del 22% del PBI.
Más allá de estas deudas, el funcionario del Fondo afirmó que la política económica del gobierno de Mauricio Macri "avanza en la buena dirección", con una "buena aplicación del programa" acordado con el Fondo. Y se mostró comprensivo con las dificultades del presente al sostener que la actual administración recibió una "herencia pesada" después de una década en la que el gobierno kirchnerista "destruyó todas las instituciones".
"Hay que institucionalizar muchas cosas en la Argentina", resumió. "El acuerdo con el Fondo está sustituyendo un poco la falta de institucionalidad, por ejemplo en la política fiscal", señaló.
Werner habló ante inversores, empresarios y expertos en América latina en un foro organizado por el Consejo de las Américas, dedicado a las perspectivas de la economía de la región. El caso argentino se llevó buena parte de la atención, junto con una mirada a los primeros pasos de Jair Bolsonaro en Brasil y el nuevo escenario que se abre en México.
La evaluación de la tercera revisión del programa por 57.000 millones de dólares a tres años firmado por la Argentina con el FMI, adelantó Werner, se conocerá próximamente. "La misión está terminando la revisión y se hará pública una vez que el board la apruebe", dijo. El economista Roberto Cardarelli y sus técnicos terminaron esta semana su análisis de los números de la economía en una misión marcada por los contactos que el jefe de misión para la Argentina mantuvo con dirigentes de la oposición. El Fondo debería hacer un nuevo desembolso el mes que viene.
En una de las últimas veces en que habló en público Werner admitió que ve un riesgo para el programa que la Argentina firmó con el FMI si hay un cambio de gobierno en este año electoral. Hoy, el jefe del departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo se cuidó de no repetir ese concepto, pero sí resaltó las deudas que el actual gobierno le dejará al próximo o deberá enfrentar si Macri es reelegido en octubre.
El control de la inflación está al tope de la lista. Pero también el compromiso fiscal deberá ser sostenido. "Hay un marco fiscal atrasado", dijo.
Otro punto que destacó es la reforma de la carta orgánica del Banco Central que conduce Guido Sandleris. "Es parte de los compromisos del acuerdo, el Gobierno lo va a enviar al Congreso y debería ser en el espíritu de los bancos centrales modernos e independientes que hay en la región", indicó. No será de la noche a la mañana, admitió: "Hay que combinar una política monetaria transparente y estrecha, y al mismo tiempo comenzar a construir una institución independiente para las próximas etapas del proceso de estabilización".
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