Con las críticas del sector productivo cada vez más recurrentes por la fuerte caída del nivel de actividad y, según cuestionan los empresarios, la "falta de un plan industrial", el presidente Mauricio Macri retomó esta semana la agenda con un importante anuncio para las economías regionales que les reducirá considerablemente los costos laborales. Se trata de una medida que busca paliar la difícil situación que están atravesando esos sectores a pesar del salto de competitividad que les generó la devaluación del año pasado.
¿Cómo están hoy las economías regionales?
El tipo de cambio real y los precios internacionales de los principales productos de economías regionales se encuentran en niveles cercanos a los promedios históricos, por lo que podría inferirse que todos los sectores que producen bienes exportables atraviesan su mejor momento de los últimos años. Sin embargo, muchos están en crisis. ¿Por qué? En algunos pocos casos, hubo caída en sus precios de exportación, como es el caso del ajo, pero el problema principal que recorre a la mayoría de las actividades en dificultades es la dependencia del mercado interno, hoy en caída, y los altos costos que para producir en la Argentina (impositivos, financieros, logísticos, laborales y arancelarios).
Un informe de la entidad rural Coninagro precisó que durante el 2018, la suba de los costos fue superior al aumento de los precios en 15 de las 19 economías regionales analizadas. Ello provocó –según el documento– un deterioro de los resultados, incluso en las producciones que no estaban en buena situación a comienzos del año.
"La preocupación, frente a lo que muestra este semáforo, se centra en dos temas: las producciones que pueden dar trabajo y generar empleos están mal. Y está complicada la economía por la caída del salario, que afecta el consumo y termina impactando en la producción. Entonces, un problema regional termina haciendo efecto dominó sobre lo nacional, e impacta en el ciudadano en general", aseguró el presidente de la entidad, Carlos Iannizzotto.
En lo que respecta al comercio exterior, por la devaluación, cayeron fuertemente las importaciones para todas las producciones, mientras que sólo 10 actividades mejoraron su desempeño exportador.
Si bien el salto del tipo de cambio mejoró fuertemente la competitividad –aunque luego se fue diluyendo con la baja del dólar, la inflación y la fijación de retenciones y reducción de reintegros–, las empresas deben contar primero con la producción y, además, abrir mercados y generar una cultura exportadora no se realizan de un día para el otro.
En las economías regionales hay mucha mano de obra intensiva, los costos tributario, salarial y logístico son altísimos, y nunca se le paga a los productores el precio justo (Vernengo)
Por otra parte, la gran mayoría de las producciones regionales se distribuyen en todo el país para el consumo de los argentinos, por lo que la caída del salario real afectó a estos sectores como a toda la economía. Según repasó Coninagro en su informe, en 2018 cayó el consumo per cápita de carne vacuna y aviar, lácteos, vino y yerba mate.
En un reciente informe, el Ieral –el instituto de estudios de la Fundación Mediterránea– también se refirió a la situación de las economías regionales y recalcó la situación de muchos sectores que venden la mayor parte de su producción al mercado interno. Por ejemplo, "el 60% de la uva se destina a elaborar vinos que se comercializan internamente, en un mercado cuyo consumo viene cayendo desde hace más de tres décadas, situación que se agravó con la contracción de los ingresos de la población argentina", consignó.
Los sectores más afectados
De acuerdo con el semáforo preparado por la entidad rural, hay tres de los 19 sectores en "crisis" (ovinos, papa y vino y mosto); cinco con "signos de crisis" (cítricos, forestal, peras y manzanas, tabaco y hortalizas); cinco en situación de "advertencia" (granos, yerba mate, maní, mandioca y arroz) y sólo seis en crecimiento (leche, algodón, miel, porcinos, aves y bovinos). En "prosperidad" no hay ninguno. Sobreoferta mundial del producto, precios bajos y muy por debajo de los costos llevaron a muchas producciones a reflejar una baja de las exportaciones durante 2018.
De acuerdo con el Ieral, si se compara la situación actual con la de cinco meses atrás (agosto 2018), con dólar caro, menores retenciones y mayores reintegros, la situación de los precios de exportación está un poco peor. Pero respecto de fines de 2015, cuando asumió el gobierno de Mauricio Macri, cuando el tipo de cambio estaba atrasado, el escenario actual "es mucho mejor".
Según el Ieral, lo correcto es tomar como referencia una fecha normal, con dólar y precios promedio. Y en un período de quince años, el promedio histórico de ambas variables es similar al de mediados de 2010. Justo un año después se alcanzó el máximo en montos exportados.
Con respecto a ese momento, "el dólar está apenas más barato, los precios promedio de productos pampeanos apenas más bajos, pero con menores retenciones, y los productos regionales, con precios apenas más altos pero con más derechos de exportación", destacó el informe.
"En términos generales, estamos en una situación similar a la de 2010. Y si en ese período estábamos cerca de los máximos de exportación, sería un escenario positivo", planteó Jorge Day, economista del Ieral.
La preocupación, frente a lo que muestra este semáforo, se centra en dos temas: las producciones que pueden dar trabajo y generar empleos están mal. Y está complicada la economía por la caída del salario, que afecta el consumo y termina impactando en la producción (Iannizzotto)
De todas maneras, pese a que en la generalidad el escenario sería alentador, al desagregar por productos, hay muchos cuyos precios de exportación son peores que en 2010. Es el caso del ajo, el azúcar, la ciruela seca, el mosto, el aceite de soja, el arroz, el algodón, entre otros. Los beneficiados, por el contrario, son el aceite de limón, cuyo valor creció 34% respecto del promedio histórico; el vino fraccionado, la manzana, el maíz, el trigo y el aceite de oliva.
Pero el caso de la producción de manzanas es el claro ejemplo de que si bien sus precios crecieron y hubo un aumento de las exportaciones en 2018, es un sector en problemas. Lo que afecta a este segmento son las restricciones que le impone Brasil para el ingreso de fruta argentina, así como también los altos costos de producción.
Los exportadores de ajo fueron de los más afectados por la brusca caída de sus precios. Algo que se explica, según precisó el Ieral, por la invasión de ajo chino a Brasil.
Consultado por Infobae, el director ejecutivo de Economías Regionales de la Confederación de la Mediana Empresa (CAME), Pablo Vernengo, afirmó que los productores no fueron los beneficiados de la cadena, que "hoy no tienen liquidez, sus insumos están dolarizados, hay altos costos tributarios y salariales y tienen los precios depreciados en los mercados".
"En las economías regionales hay mucha mano de obra intensiva, los costos tributario, salarial y logístico son altísimos, y nunca se le paga a los productores el precio justo", enfatizó Vernengo.
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