La tasa de Leliq tuvo ayer una reducción menor, pero finalizó apenas por debajo del 44% anual y en lo que va del año ya acumula una disminución de 15 puntos porcentuales. Para la mayoría de los analistas fue una sorpresa. Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado, este nivel de rendimientos recién debía alcanzarse en abril.
La baja de tasas genera algo de alivio especialmente entre las pymes, que ahora pueden acceder a financiamiento un poco más barato que a fines del 2018. Sin embargo, también genera riesgos: ¿puede desatarse prematuramente la dolarización de portafolio que ponga en riesgo la estabilidad cambiaria?
El economista Guillermo Mondino se ocupó ayer de polemizar sobre el tema. "La tasa real de un plazo fijo a 30 días es hoy, cuanto mucho, 3,5% anual. Esta tasa dejó de ser alta. Dada las limitaciones regulatorias, el costo de oportunidad del dólar no es la Leliq, sino el plazo fijo", expresó.
La continuidad de la baja de tasas despierta lógicos temores sobre un aumento en la dolarización de portafolios. El Central confía en controlar el incremento de la demanda de divisas preelectoral con la oferta de dólares que llegará de la cosecha.
En las últimas jornadas, los bancos aceleraron la baja de la tasa de plazo fijo. La mayoría ya está en niveles cercanos al 35% y algunas entidades líderes que tienen mucha liquidez redujeron el rendimiento a sólo 33% anual en pesos.
En ese sentido, Mondino se preguntó: ¿la baja de tasas de plazo fijo y Leliq ha sido cautelosa? Mirando al dólar estable y al costo del crédito, pareciera que sí. Pero mirando el costo de oportunidad del dólar y la expansión monetaria local, luce menos conservador.
Ayer el tipo de cambio subió poco menos de 0,5% y por primera vez desde el 21 de enero el dólar cerró apenas por encima del piso de la zona de no intervención. El escenario no le desagrada al Central, que por ahora consigue dos objetivos simultáneos: impedir que el tipo de cambio se vuelva a atrasar y al mismo tiempo bajar la tasa de interés.
Desde el BCRA aseguran que el nivel de tasa de interés es "endógeno", es decir que no es fijado por la entidad sino que lo estipula el mercado. Pero en las últimas semanas quedó claro que la inyección de pesos para la compra de divisas permitió que se acelere la reducción de tasas.
El titular del Central, Guido Sandleris, monitorea a diario el nivel de tasas y el del dólar. Pero con su círculo íntimo reconoce que la tasa ya no tiene demasiado margen para seguir bajando, teniendo en cuenta que la inflación esperada para este año se ubica casi en 30%. Una mayor baja de los rendimientos de Leliq llevaría a la tasa de plazos fijos a terreno negativo en términos reales.
La divisa cerró ayer en el mercado mayorista a $ 38,22, un centavo arriba del piso de la banda cambiaria. Desde el 21 de enero -es decir hace más de tres semanas- que no sucedía. Desde que comenzó con las intervenciones, el Central ya acumula compras por alrededor de USD 900 millones. A duras penas pudo mantener al tipo de cambio cerca del piso de la banda cambiaria.
Mondino continuó con las alertas: "El riesgo es que el veranito financiero en el mundo esté enviando señales que confundan el genuino aumento de la demanda de pesos. ¿Cómo se responderá en meses futuros, en plena campaña electoral, si es que hay que subir aceleradamente la tasa de interés?"
El dilema que planea Mondino por el momento no tiene respuesta. Hasta ahora, la demanda de dólares viene siendo muy baja, producto de buenas señales internacionales y un tipo de cambio muy estable. Pero se espera que en los próximos meses aumente la dolarización de portafolios. Serán pocos los dispuestos a esperar las elecciones con inversiones en pesos.
En ese escenario, el equipo económico confía en su "poder de fuego", es decir una buena cantidad de dólares para hacer frente a la demanda que indefectiblemente irá en aumento. Con los dólares excedentes que tendrá el Tesoro y el superávit comercial alcanzaría teóricamente para hacer frente a esas compras sin que se produzca un mayor salto del tipo de cambio.