Tras el singular éxito de su primer libro: La Argentina Devorada, del que ya se vendieron 47.000 ejemplares en varias ediciones, y hay quienes aseguran que es un récord para un economista argentino, acaba de presentar su segunda obra: La sociedad cómplice, casi en simultáneo con el lanzamiento del Partido Libertario para competir en las presidenciales de octubre, con el ambicioso objetivo de ser una cuña entre la primera reelección de Mauricio Macri y la segunda reelección de Cristina Fernández de Kirchner.
Su primera obra contó con la casualidad de haber dado a luz pocos meses antes de que aparecieran "los cuadernos" y el desarme de las corporaciones que crecieron al amparo de "negocios con la obra pública", mientras la segunda se propone demostrar las falacias del pensamiento popular sobre "la Argentina rica", "el derecho a la jubilación", la preferencia por el consumo y la desmotivación por el ahorro y la inversión, el Estado benefactor de pocos a costa de muchos.
Infobae entrevistó al destacado consultor de empresas que, luego de su primer libro, comparte con una alta exposición mediática, en busca de provocar un cambio que conduzca a terminar con años de decadencia, luego de una pasiva tolerancia que cree alcanzó un punto límite.
– Después del éxito de "La Argentina devorada", acaba de presentar "La sociedad cómplice" ¿es la continuación o es la profundización de la primera obra?
– Son las dos caras de la misma moneda. En La Argentina devorada moneda miro el problema del lado de los devoradores; mientras que La sociedad cómplice describo lo que considero la problemática del país, que es una sociedad que habilita el accionar del devorador. Desde mi punto de vista en esta decadencia de la Argentina no hay devorado sin devorador, como que tampoco devoradores sin devorados.
En esta decadencia de la Argentina no hay devorado sin devorador, como que tampoco devoradores sin devorados
– ¿La sociedad cómplice se refiere a toda los habitantes o a un subconjunto, ve a una parte de la sociedad que es justamente es cómplice inocente, que ha sido usada, es decir no toda es cómplice ad hoc?
– Claramente, cuando se habla de estas cosas se habla de lo que predomina, habrá excepciones a la regla, por supuesto como siempre en esta generalización. Creo que nosotros, los seres humanos, somos dueños de nuestro destino; lo que nos ocurre tiene que ver con lo que hacemos. Yo no me imagino en mi vida, lo que ocurre con mi vida, desconectado de lo que yo hago, es causa y consecuencia de su propio destino; lo que nos ocurre tiene que ver con lo que hacemos. La Argentina desde hace 35 años vota, afortunadamente en 1983 recuperamos la democracia y votamos. Pues en democracia hemos tenido las dos peores crisis de su historia, la hiperinflación en 1989 y la de 2001 y 2002, que fue la peor de todas . Entonces, si sumo estos dos conceptos y creo que uno es dueño de su destino y que en democracia hemos tenido las dos peores crisis de la historia, creo que somos responsables de lo que nos pasa.
– ¿Qué rol le asigna a la educación, porque desde la escuela primaria y en la profesión de los economistas, nos han hecho creer que éramos un país rico, y siempre me acuerdo de la gran reflexión del siempre recordado y muy querido Tomás Bulat: "este es un país que tiene muchos recursos naturales y humanos, le falta capital probablemente, pero no es rico, seremos ricos cuando pongamos en valor todos esos recursos". La educación fue lo que nos transformó en cómplices?
– Sí, pero también los formatos de relación que se fueron dando. Creo que la fuente de la prosperidad, como la máquina de la decadencia, está en la cabeza. Una comparación con Japón es interesante. La Argentina es un país con recursos naturales, e incluso humanos, con una oferta gigantesca: petróleo, energía eléctrica, gas, zinc, oro, hasta la educación es razonable comparada con otros países, y sin embargo es un país en el que la decadencia que viene experimentando es una tragedia. La contracara es Japón, que es un país geográficamente de piedra, prácticamente, y está entre las 5 primeras economías del mundo de ingreso por habitante, y la Argentina está en el puesto 80 . ¿Cuál es la diferencia?, la cabeza. La Argentina se ha transformado en un país de kioscos, de quintas, de mafia, donde no rige la competencia, ni la meritocracia, como promedio.
-¿Cómo cree que se puede romper ese círculo vicioso que se fue realimentando y cada vez esa decadencia nos fue alejando del mundo; y frente a una sociedad y dirigencia política que se resiste a los consensos, a los debates profundos?
– Es simple y es complicado. Es simple por el hecho de que es si hace por lo menos entre 8 décadas y un siglo que venimos para atrás, y si se mira la evolución de la Argentina en el ranking mundial de ingreso per cápita es una línea recta para abajo. O sea, es muy clarito que la Argentina está haciendo algo mal en serio, por eso debería estar muy claro y debería haber mucho consenso de que estamos haciendo algo mal. Porque la decadencia es innegable mirando sólo un indicador laxo, como es el ingreso medio por habitante en dólares. Lo que es si es hasta hora imposible, además de difícil, es encontrar consenso para ver qué hay que hacer para cambiar. Mi aporte en esta campaña presidencial que se avecina va ser decir lo que creo que hay que hacer para cambiar, porque para mí es muy claro.
La decadencia es innegable mirando sólo un indicador laxo, como es el ingreso medio por habitante en dólares. Lo que es si es hasta hora imposible, además de difícil, es encontrar consenso para ver qué hay que hacer para cambiar
-¿Usted piensa que los dirigentes políticos, la sociedad, no saben lo que hay que hacer, pero tienen miedo de hacerlo, porque hubo que esperar a la hiperinflación para tomar una medida drástica cómo fue la convertibilidad y perder la soberanía monetaria, y hubo un atisbo de recuperación, pero se dilapidó; tuvimos que caer en la depresión del 2001 /2002 para darnos cuenta de que había que hacer un cambio, y también hubo una reactivación unos años y se dilapidó. Tendremos que volver a caer fuertemente para poder aceptar ese cambio?
– La historia, lamentablemente, demuestra que cuando la Argentina hizo algo razonablemente durante algún tiempo, como fueron los 90, lo hizo después de una crisis. Ahora, pensar que esa es la condición necesaria, pero no suficiente para mejorar sería trágico, porque cuando se tiene crisis en situaciones de alta pobreza como tiene la Argentina, indigencia y falencias culturales tan severas se puede terminar en cualquier lado. La historia en ese sentido es demoledora. Mi intención en esta campaña presidencial que se avecina es plantear estas cosas como absolutamente necesarias para hacerlas cuanto antes para que no sea necesario una crisis para darnos cuenta que otra vez tenemos que hacer algo razonable.
– En ese planteo de campaña, un caballito batalla suyo ha sido constantemente y creo que ha sido un poco el pionero, poner el énfasis en el ajuste fiscal, un Estado que gasta más mucho y mal y encima cobra muchos impuestos y mal porque tampoco se ven los resultados, ¿Cómo cree que se puede hacer una transformación del Estado sin que eso signifique caer en una nueva crisis social?
– Acá lo que es tremendo en la Argentina es hacer las cosas mal parecería ser que cuesta mucho menos que hacerlas bien. El propio presidente Mauricio Macri ha dicho que heredó del kirchnerismo más de un millón y medio de empleos públicos que no tienen nada que hacer en el Estado. Entonces, ¿por qué incorporar un millón y medio empleados públicos que no tienen nada que hacer no genera ninguna crisis y echarlos sí? Esas son falencias culturales. Obviamente que cómo voy a hacer campaña diciendo que esto hay que hacerlo, si la sociedad me vota tendré la legitimidad política para hacerlo. Eso habrá que negociarlo.
– Pero en ese caso se encontrará con una limitación porque ese millón y medio de empleos públicos que sobran básicamente están repartidos en 24 jurisdicciones y no en cabeza del Presidente de la Nación, en el Poder Ejecutivo. ¿Cuál cree que es el poder que puede tener el Ejecutivo para decirle a cada uno de los gobernadores que tiene que ajustar la nómina?
– Un razonamiento que empecé a ver con el sindicalismo: tenemos un tercio de los trabajadores en negro, una parte no menor están debajo de la línea de pobreza, y lo que está ocurriendo es que los dirigentes sindicales de abajo, los jóvenes, lo que están viendo es que este modelo sindical no va más porque se están quedando sin afiliados , porque la empresa no da más, o porque cierran directamente. Por eso algunos piensan en que hay algunos incentivos para abrirse a pensar que hay que cambiar el modelo sindical argentino.
Lo mismo creo va a empezar a ocurrir con los gobernadores, este modelo está cada vez más claro que es insostenible y yo esperaría llegar a acuerdos para que esto se pueda hacerlo, sin acuerdo no se puede hacer; pero por lo menos la condición necesaria para llegar a un acuerdo porque claramente el grueso de estos empleados públicos está en las provincias; y esta demostrado que esto ya es inviable para las provincias. Y además es una estafa para el contribuyente, e incluso para el empleado público bueno. Por supuesto que tienen que haber millones de puestos públicos, pero veo que hay millones de personas que no tienen nada que hacer allí.
Tienen que haber millones de puestos públicos, pero veo que hay millones de personas que no tienen nada que hacer allí
– ¿Cómo sería la transición, porque hoy no hay un sector privado capaz de absorber esos empleados?
– Un razonamiento muy importante para hacer es que el ñoqui, incluyendo la cantidad de funciones que no son necesarias, es decir ejerciendo la función militante, tuvo muchos años de pasarla bárbaro, cuando el contribuyente estuvo sufriendo una alta presión impositiva para que vaya para él, así que acá hubo una gran injusticia que hay que ponerle punto. La manera de reincorporar esa gente es hacerlo en el tiempo, para atenuar la suba del desempleo, aunque no es gente que se quedará sin plata porque habrá un seguro de desempleo. Y segundo, hay que hacer una reforma laboral que baje los costos para que el sector privado tenga incentivos para incorporar trabajadores. Luego falta el crecimiento económico, que es la otra condición para que el sector privado absorba gente. Creo que la Argentina tiene un enorme potencial para crecer abriendo su economía y firmando tratados de libre comercio con toda la cantidad de países posibles. Es decir se requiere un conjunto complejo de reformas.
Hay que hacer una reforma laboral que baje los costos para que el sector privado tenga incentivos para incorporar trabajadores. Luego falta el crecimiento económico, que es la otra condición para que el sector privado absorba gente
-En su libro La sociedad cómplice también hace referencia a que venimos por 80 años en el cual el país estuvo dominado por gobiernos populistas, que consideran que lo primero es consumir para después invertir y luego producir, pese a que la ciencia económica enseña que primero hay que invertir para poder producir y luego consumir. ¿Ese cambio cultural cómo se puede lograr en corto tiempo?
– En el corto plazo no se puede lograr. En el mejor de los casos yo podré ganar las presidenciales sobre la base del pensamiento antitético al modelo populista y después para cambiar la cultura, sin duda que eso va llevar tiempo, porque es un proceso que requiere de reformas que como mínimo va a llevar un período presidencial, no se cambia de la noche a la mañana, porque además hay que hacer reformas en el sistema educativo, las fuerzas armadas, seguridad. El programa de reformas que necesita hacer la Argentina para cortar la decadencia es absolutamente gigantesco.
-¿Está hablando de la refundación de la Argentina?
– Si, sí es queremos cambiar y cortar con la tendencia a la miseria de la Argentina. Si no queremos cambiar estamos en todo nuestro derecho, pero no pidamos que nos vaya bien alguna vez de esta manera. Haciendo lo que estamos haciendo es obvio que nos va a ir mal. Dentro de los actos de campaña uno debería blanquear a la sociedad las cosas que están pasando acá. Es falso que el desempleo sea del 9%, es falso que un tercio de la población sea pobre, es mucho más, y no es que el Indec esté mintiendo. En realidad el desempleo, probablemente es del doble de eso, porque está encubierto en los empleados públicos que sobran. Lo mismo sucede con los planeros, porque sin el ingreso que recibe del Estado no le alcanza para pagar la canasta básica.
Por tanto, una de las condiciones previas para cambiar es decir la verdad, para poder tomar las medidas correctas, como un seguro de desempleo. Y si bien es cierto que los impuestos son altos, que no se puede pagar más, primero tiene que bajar el gasto público, lograr la estabilidad fiscal y recién ahí bajar los impuestos, no viene rápidamente.
El desempleo, probablemente es del doble de eso, porque está encubierto en los empleados públicos que sobran. Lo mismo sucede con los planeros, porque sin el ingreso que recibe del Estado no le alcanza para pagar la canasta básica. Por tanto, una de las condiciones previas para cambiar es decir la verdad, para poder tomar las medidas correctas
-En su libro también hace referencia a las jubilaciones, observa que la sociedad sostiene que "es un derecho y todos la tienen que cobrar", y así se justificaron las moratorias generosas y abusivas, pero que no es sostenible. ¿Cuál es su propuesta?
-Usted dice abusivas, yo digo demenciales, como la cantidad de pensiones por invalidez, tenemos una cantidad como si hubiésemos pasado por una guerra, es una inmoralidad. Gasto público que no se justifica es una inmoralidad, contra el buen empleado público y contra el contribuyente. Una cosa es la pensión por incapacidad mal dada, es una truchada; otra el plan social, que sólo hay que sacarlo contra un nuevo empleo. Creo que con las jubilaciones hay que volver al sistema privado de capitalización. Lo que hizo Cristina Kirchner fue robarle la plata a la gente que ha ahorrado durante 15 años en el sistema privado. La recuperación de los ahorros de los trabajadores como decía ella es absolutamente mentira, fue robarle la plata a los trabajadores. Ella le robó la plata a los trabajadores para llevárselo al Estado para financiar su fiesta de gasto.
El razonamiento sería este: el FGS (Fondo de Garantía de Sustentabilidad) es el fondo que se generó en parte originalmente por los ahorros de los que eran activos en los 90, que después, fruto de las buenas inversiones, terminó siendo una cantidad mucho mayor; pero ese fondo originalmente es de los que eran activos los 90 y hoy mucho ya son pasivos. Por lo tanto, yo recrearía el sistema de capitalización y financiaría el déficit que genera el regreso al sistema como en los 90 con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, que iría a los trabajadores que se jubilaron e hicieron sus aportes a ese sistema.
– Respecto de la coyuntura, como candidato a la presidencia ¿Qué economía ve que va a recibir el próximo gobierno para 2020?
– Acá recién está empezando el año. Me parece crítico lo que vaya a pasar en campaña. Por ejemplo, si las encuestas empiezan a dar que Cristina Kirchner que gana en primera vuelta, vamos a tener un escenario muy diferente al que si no lo es, y vamos a una segunda vuelta peleada. Si el inversor ve a Cristina con la probabilidad de ganar en primera vuelta se va a llevar un gran susto. Por lo tanto, hoy armar un pronóstico pensando en 2020 le diría que es casi ciencia ficción, en ese sentido.
Hay otras cosas que están claras, creo que la deuda 2020 es alta pero no me parece que sea inexorable caer en un default; yo haría todo el esfuerzo por evitar una reprogramación. La Argentina ha defaulteado muchas veces la deuda en las últimas décadas como para seguir mansillando el crédito. Va haber que hacer un manejo muy profesional de los pasivos, dada la deuda que deja el macrismo. También yo le diría que habría que hacer una nueva negociación con el Fondo porque no sabemos si se va a poder recurrir fácilmente al mercado de capitales el año que viene; probablemente haya que negociar un acuerdo nuevo y más generoso todavía al que tenemos hoy porque nos hemos quedado con muy pocos desembolsos para el 2020. Ese tema me parece crítico, que es independiente un poco de quién sea el que pinte para ganador en primera vuelta.
La deuda 2020 es alta pero no me parece que sea inexorable caer en un default; yo haría todo el esfuerzo por evitar una reprogramación
– ¿La situación de los precios relativos, creé que el plan que comenzaron a ejecutar la dupla Nicolás Dujovne y Guido Sandleris, en Hacienda y el Banco Central, respectivamente, de déficit fiscal primario cero y de emisión cero, lo ve posible de que ese proceso se pueda ir consolidando?
– Más vale tarde que nunca, me parece bien el objetivo de emisión cero; me parece mal la política de ingresos, porque eso ha sido determinante para la recesión que tenemos: tarifas y salarios al 35% en el sector Público con emisión cero lo que va a provocar es una fuerte recesión, que me parece innecesaria.
– ¿Era evitable?
– Sin duda, creo que se podría haber tenido un frenazo del consumo mucho menor, con una política salarial más y de ajuste en las tarifas sector público mucho más laxa. Para mí es inconsistente emisión cero con esta política de ajuste de tarifas y del salario en el sector público. Igual quiero agregar que hay una parte del golpe que es como consecuencia de esta incoherencia que para mí ha habido con la política de ingresos, para para responder a su pregunta, creo que será crítico si las encuestas ven ganadora a Cristina en primera vuelta, porque puede haber una movida del mercado muy importante.
– ¿Cuál es su mensaje para los votantes?
– Al votante desencantado con Macri y con miedo a Cristina le digo "no hace falta votar tres veces a Macri para dejarla atrás a Cristina". Nosotros para dejar atrás a Cristina, que creo estará atrás, creo que tenemos una propuesta de futuro mucho mejor que el pasado de Macri, que es un país diferente, apertura del comercio, un Estado pagable, y otra legislación laboral, es mucho más eficiente para comenzar a dejar atrás a Cristina y este presente mediocre de Macri.
–¿Cree que Espert le inspira temor a la sociedad, porque se lo ve como sinónimo del ajuste, o es sinónimo de racionalidad?
– A la sociedad la veo como que no es posible de soportar esta decadencia que nos ha llevado niveles de inseguridad y droga inauditos y haya dudas de que pueda soportar un cambio cultural. La política de Espert no es ajuste, sino simplemente de un cambio de paradigma o de la matriz productiva , como le gusta decir algunos en la Argentina. Como parte de ese proceso hay que hacer correcciones, por supuesto que sí, pero la idea de Espert es una Argentina que corte con la decadencia y comience a crecer de manera sostenida. La idea de Espert, la idea de todo mi equipo de gobierno, es a favor del empleado eficiente, el que la yuga, el que se esfuerza, el que estudia, el que compite, pero no dicho con demagogia, de ponerle plata en el bolsillo a la gente, esto está a favor de aquellos que están y han sido eternamente postergados en la Argentina. Basta de mafia, basta de curros, de kioscos, esto está a favor de la persona, del individuo, de la gente.
Fotos: Santiago Saferstein