Luego del período de estabilidad cambiaria en diciembre, en enero la tendencia del tipo de cambio fue definitivamente bajista. A tal punto que el mes marcó la primera vez en la que el Banco Central ejecutó intervenciones cambiarias dentro del marco del programa monetario luego de que el dólar mayorista cruzara el piso de la zona de no intervención.
Al cierre de rueda de hoy, la divisa estadounidense se negoció a $38,28 para la venta minorista en las pantallas del microcentro porteño, mientras que en la plaza mayorista el valor final fue de 37,35 pesos.
Según los analistas, las compras diarias de USD 50 millones por parte de la autoridad, y que las mismas no fueron suficiente para que la divisa mayorista regrese a la zona de no intervención, se debe a una serie de factores tanto externos (principalmente) como internos.
1 – Tasas de interés altas para un nuevo tipo de carry trade
"Hay un apetito renovado para posiciones en pesos, con estrategias de carry trade que se desempolvaron", explicó Gustavo Ber, economista de Estudio Ber. El término usado para referirse al desarme de dólares para aprovechar inversiones en moneda local con tasas altas ya había tenido su momento de furia durante el año pasado cuando se aplicaba a las Letras del Banco Central.
Según Ber, el fuerte atractivo que plantean las altas tasas de interés en el sistema financiero que marcaron la cancha a lo largo de los últimos meses volvieron a hacer ventajoso deshacerse de dólares.
2 – Más oferta por un buen arrastre de final de 2018 y liquidación de cosecha
También se registró una mayor oferta puntual de dólares durante el último mes del 2018. "El superávit comercial (más exportaciones de bienes que importaciones) que se registró durante diciembre creó una plaza con una mayor oferta de dólares que la usual", señaló Juan Lezica, economista de la consultora ACM.
Por fuera de las divisas sobrantes de ese final de 2018, también hay una oferta mayor por cuestiones estacionales, particularmente el entrante de la liquidación de cosecha en los primeros días del año.
3 – Factor externo a favor para los emergentes
En general, los análisis apuntan a una plaza extranjera en la que los flujos financieros volvieron a dirigirse a mercados emergentes luego de un 2018 marcado por devaluaciones en casi todos los países de esa categoría. En ese sentido, Martín Alfie, economista y consultor independiente, expresó: "La suba durante el año pasado fue fuerte y en términos técnicos ocurrió un overshooting (sobrerreacción) en la relación dólar-peso argentino, y durante los últimos meses se observó una corrección a un valor de estabilización".
Al mismo tiempo que la corrección natural, el regreso de flujos de inversores hacia mercados emergentes fue producto de un cambio de proyecciones en el mercado por una expectativa para 2019 de menos subas en las tasas de interés de referencia por parte de la Reserva Federal.
De cara al corto plazo, el escenario de tendencia a la baja puede verse influenciado por una serie de factores, entre ellos una menor demanda estacional de pesos, y un posible cambio en la metodología de intervenciones del Banco Central. Se espera una reunión del Comité de Política Monetaria para determinar si se ajustará el monto máximo actual de USD 50 millones para las intervenciones.
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