La Secretaría de Empleo de la Nación estimó que a fines de noviembre el salario promedio de la economía en el sector privado ascendió a $35.063 en términos brutos, antes de los descuentos del 17% para la jubilación, PAMI y Obra Social, y en los casos que corresponda del Impuesto a las Ganancias, más el proporcional del salario anual complementario (aguinaldo).
Pero se reduce a $28.652 si se toma la mediana, un indicador que despeja del cálculo el efecto de la enorme disparidad entre los extremos de la escala de empleados, que en algunos casos supera largamente las 10 veces.
En ambos casos se observó una aceleración en los niveles mes a mes, propio de una economía que opera con alta inflación y, en general, ajustes periódicos en las remuneraciones.
Y en un mercado donde coexisten sectores que operan predominantemente con el mercado interno, como la mayor parte de las ramas vinculadas a los servicios –como se denomina al comercio, el transporte, bancos, además de los sociales y personales, como salud, educación, inmobiliarias, entre muchos otros–, y otros que se reparten en diferentes proporciones entre satisfacer al consumo local y la exportación, no sorprende que los niveles y variaciones año tras año sean muy heterogéneos.
Los niveles y las variaciones año tras año son muy heterogéneos
Más aun en un 2018 donde luego de iniciar con fuerte brío tras acumular más de cinco trimestres consecutivos de crecimiento del PBI, se pasara a un ciclo recesivo que se prolongaría por al menos tres meses más; y la principal variable de ajuste no fue el empleo, que cayó 1,4% en el agregado general y 1,9% en el caso particular de los puestos de trabajo en relación de dependencia en la actividad privada.
De ahí que entre noviembre de 2017 e igual mes de 2018 se produjeran variaciones muy dispares y se alteraran los liderazgos en términos de ingresos brutos.
El primer lugar le correspondió a uno de los sectores "vedettes" por la maduración de la explotación del reservorio de Vaca Muerta; junto a la actividad minera, en particular la no tradicional, como el litio, con un ingreso promedio mensual de $102.953, y una mediana de $86.944; en contraste con los servicios de hotelería y restaurantes, con valores de $19.820 y $15.251 respectivamente, y el sistema de enseñanza con remuneraciones de $20.850 y 17.998 pesos.
El segundo rubro con mayor ingreso mensual estuvo muy dividido, habida cuenta de que en el promedio aparece la pesca con $84.242; seguido por el sistema bancario $74.929; y el suministro de electricidad, gas y agua $69.973. Pero en la mediana, que representa una participación más alta con ingresos en torno a ese valor, encuentra primero –dentro de este segundo subgrupo– a los bancos con $60.718; el servicio de electricidad, gas y agua $58.712 y la pesca 41.046 pesos.
Un tercer segmento lo integran los trabajadores del transporte, almacenamiento y comunicaciones con un rango de $45.500 a $40.600; la industria manufacturera entre $40.400 y 31.900; y los servicios sociales y salud entre $36.100 y $31.300, en todos los casos según el promedio y mediana respectivamente.
Aumentos también muy heterogéneos
La estadística de la ex cartera laboral también dio cuenta de que el 2018 fue un año en el que la mayor parte de los trabajadores perdieron capacidad de compra de sus salarios, porque los ajustes nominales acordados en paritarias y en acuerdos entre partes se ubicaron por debajo de la inflación, al caer los ingresos por ventas en términos reales.
El 2018 fue un año en el que la mayor parte de los trabajadores perdieron capacidad de compra de sus salarios
La excepción fue en noviembre, respecto de un año antes, el caso de la rama de la pesca, que acusó una suba en el promedio de 83,2%, y de 49,7% en la mediana, en comparación con una tasa de inflación que el Indec midió para ese período en 48,4 por ciento.
En el resto de los sectores todos perdieron respecto de la variación del IPC Nacional, con la excepción del sistema bancario que virtualmente logró un empate.
Según la Secretaría de Empleo, la buena noticia de noviembre fue que la caída del salario real que había alcanzado un extremo de 10,9% hasta octubre, se atenuó a 9,4%, al comenzar a activar algunos sectores la cláusula gatillo, por el desvío que se produjo entre el aumento acordado en paritarias y la pauta de inflación de referencia que prácticamente se duplicó.
Hasta octubre el salario real en el sector privado acumulaba una caída de 10,9%, pero se acortó en noviembre a 9,4% respecto del año previo
Mientras que en el cotejo del promedio, las variaciones tanto nominales como en valores reales fueron sustancialmente menores, en torno a 26% en el primer caso y 5% en el segundo.
Las expectativas para los próximos meses indican una gradual recuperación de las remuneraciones, por la concurrencia de generalización de la revisión de los acuerdos anteriores de ajustes, en busca de compensar según las posibilidades de cada sector el desvío negativo, y el efecto de la esperada consolidación de la medición de inflación mes a mes, y consecuente reactivación, aunque lenta, de la producción de bienes y servicios.
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