El ex ministro de Economía Domingo Cavallo cuestionó la política del Banco Central aplicada por su actual presidente, Guido Sandleris, y su antecesor en el cargo, Federico Sturzenegger.
En su blog personal, el también ex presidente del Banco Central manifestó que "si se apega estrictamente al tipo de manejo monetario anunciado, Sandleris estará peor preparado que Sturzenegger para enfrentar una corrida cambiaria".
"En los dos casos, el de Sturzenegger entre diciembre de 2015 y junio de 2018, como en el de Sandleris desde el 1 de octubre de 2018 en adelante, la adhesión casi dogmática a la flotación limpia, avalada en ambos casos por el FMI, es una fuente de vulnerabilidad ante una eventual crisis cambiaria, incluso mayor que la debilidad fiscal", consideró.
El artificio de supuestas bandas cambiarias no hace otra cosa que camuflar un sistema de flotación limpia
Cavallo enfatizó que "en el caso de Sandleris, la forma como está manejando la intervención cambiaria desde que el tipo de cambio perforó el piso de la 'zona de no intervención cambiaria', demuestra que prefiere intervenir muy poco, en línea con los límites cuantitativos que le impuso el FMI, para que, en realidad, todo este artificio de supuestas bandas cambiarias, no sea otra cosa que camuflar un sistema de flotación limpia".
Pero el ex ministro consideró que "esta intervención muy limitada", para evitar expandir la base monetaria "es una muy mala señal para el futuro", porque a su entender, si "el tipo de cambio perforara el techo de la zona de no intervención, la venta de divisas del Banco Central estaría restringida cuantitativamente, tal como aparece comprometida ante el FMI".
"En ese caso, le pasaría a Sandleris lo que le ocurrió a Sturzenegger, que al intervenir de a puchitos y no fijarse un tipo de cambio como meta, terminó no pudiendo frenar la corrida cambiaria", alertó Cavallo, quien no descartó una grave crisis política en ese contexto económico. "Yo me temo que se llevaría puesto a todo el Gobierno. ¡Ojalá nunca ocurra!", expresó.
Intervenir de a puchitos y no fijarse un tipo de cambio como meta terminó en una corrida cambiaria sin freno
Para Cavallo, "la tasa de interés es una herramienta mucho más poderosa para luchar contra la inflación que el control cuantitativo", aunque cree que la "efectividad cambiaría bastante si se combinaran tasa de interés y agregados monetarios".
Por otra parte, el economista señaló que elevar los encajes bancarios es mucho menos oneroso para el BCRA que emitir LELIQ, y si bien "normalmente no se pueden controlar a la vez la cantidad de dinero y la tasa e interés", en el caso argentino "sí es posible, porque hay un tercer instrumento de política monetaria que son los encajes bancarios".
Criticó que "el Banco Central está dispuesto a pagarle 4 mil millones de dólares anuales a los bancos para que queden habilitadas dos herramientas de política monetaria, la base monetaria y la tasa de interés". Pero a su parecer, al no enfocarse en el tipo de cambio, la entidad monetaria comete el "craso error" de no tener en cuenta "la posibilidad de que la gente elija entre dinero local y dólares, o entre dólares y bienes", que deja a la economía "muy vulnerable a una corrida cambiaria", incluso "más que lo que lo era en la época de Sturzenegger".
COSTO DE LAS LELIQ: $160.000 MILLONES ANUALES
"La Base Monetaria no es la mejor guía cuantitativa para influir sobre la inflación. Mi propósito es ayudar a prevenir una crisis monetaria antes de las elecciones", indicó el ex titular del Palacio de Hacienda durante las presidencias de Carlos Menem y Fernando de la Rúa.
Sostuvo que la política monetaria aplicada desde que Guido Sandleris asumió en el Banco Central tiene un costo de $160 mil millones anuales.
"En definitiva, la economía de los $160 mil millones, muy probablemente se haga a costa de la rentabilidad bancaria. Pero, teniendo en cuenta cuánto están sufriendo las empresas no bancarias, grandes, medianas y chicas, no parece muy injusto que algún sacrificio también hagan los Bancos", agregó Cavallo, en una nota publicada en el blog personal.
Consideró que "la definición que se está usando de Base Monetaria no es conceptualmente muy adecuada. En todos los sistemas bancarios del mundo, incluido el nuestro durante la convertibilidad, la Base Monetaria es la suma de todos los pasivos monetarios del Banco Central".
Teniendo en cuenta cuánto están sufriendo las empresas, no parece injusto que algún sacrificio también hagan los bancos
"Como en general, los Bancos Centrales no emiten deuda en forma de títulos o bonos, la Base Monetaria es la suma de los billetes y monedas en poder del público (circulación monetaria) más los encajes bancarios (billetes y monedas en poder de los bancos mas depósitos de los bancos en el Banco Central). Siempre en la moneda local, se entiende", explicó.
En este sentido, añadió: "Como el Banco Central (argentino) sí emite títulos públicos (antes las LEBAC, ahora las LELIQ), la Base Monetaria debería incluir el stock de LEBAC y LELIQ, igual que el saldo de las operaciones de pase con las entidades financieras".
"El argumento de que LEBAC y LELIQ son pasivos monetarios remunerados del Banco Central y por eso se las excluye, no es válido. Gran parte de los encajes de los bancos en el Banco Central, también son remunerados, en realidad se los remunera por el costo de captación de los depósitos de los bancos", indicó.
Advirtió que "este problema con la definición de Base Monetaria, no es simplemente una cuestión semántica. Tiene efectos económicos sobre el déficit fiscal".
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