El Fondo Monetario Internacional prevé revisar al alza las expectativas inflacionarias en la Argentina para 2019, indicó hoy en la capital norteamericana el jefe del departamento del FMI para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, quien afirmó sin embargo que la caída del índice será importante, "de dos dígitos", gracias a la "muy buena" implementación del programa monetario y fiscal acordado con el organismo y la estabilidad alcanzada en los últimos meses.
La probabilidad es que revisemos al alza nuestra expectativa de inflación por encima del 20% que tenemos, principalmente porque el cierre de 2018 fue mucho más alto que el nivel que teníamos anteriormente
La próxima misión del Fondo a la Argentina llegará en la segunda semana de febrero, adelantó además el funcionario durante una conferencia de prensa en la sede del FMI, y recién después de esa revisión del programa argentino, la tercera desde la firma del acuerdo stand by por 57.000 millones de dólares, habrá una nueva proyección del índice inflacionario para este año.
"La probabilidad es que revisemos al alza nuestra expectativa de inflación por encima del 20% que tenemos, principalmente porque el cierre de 2018 fue mucho más alto que el nivel que teníamos anteriormente", admitió Werner. "Las expectativas de inflación van a bajar lentamente, porque están alrededor del 28% o 27% para 2019 entre los analistas, pero una caída desde una tasa cercana al 50% a una tasa del 28% o 27% no es una caída lenta", resaltó el economista. "Hay que enfocarse en el cambio de tendencia, que va a ser importante en 2019", agregó.
Riesgo político
Pero el dato central de cara al futuro del programa económico según el economista del Fondo serán las elecciones presidenciales de fin de año, en las que ve "un riesgo considerable" si como resultado de esas elecciones se da un giro político que pueda modificar el rumbo de la economía. "Claramente un cambio en la agenda económica podría tener un impacto importante en los movimientos favorables que hemos visto en los mercados financieros y en la economía argentina que esperamos se den en 2019″, aseguró Werner.
La contracción de la economía será de 1,7%, como ya había proyectado el FMI, pero con una curva ascendente. En este sentido, Werner reiteró que "a partir del segundo trimestre la economía empezará a crecer, empujada por un aumento del salario real, una caída de las tasas de interés y la estabilidad que hemos visto en las variables financieras en los últimos meses".
"El gobierno argentino ha mostrado un compromiso muy fuerte", respondió a una consulta de la prensa. Pero para los inversionistas saber "cuál va a ser el marco de políticas que va a regir en la Argentina a partir del año 2020 va a ser muy importante", destacó. Y enfatizó: "Para la recuperación de la inversión en la Argentina va a ser muy importante saber cuál va a ser el marco de políticas no sólo de 2019 sino de los próximos cuatro años".
En ese sentido, sostuvo, en la Argentina como en todo país emergente "un giro político y un cambio importante en la dirección económica siempre a sido un riesgo considerable", aunque destacó el "compromiso de la sociedad argentina" con las políticas implementadas por el Gobierno a partir de la crisis cambiaria que comenzó a mitad del año pasado.
Claramente un cambio en la agenda económica podría tener un impacto importante en los movimientos favorables que hemos visto en los mercados financieros y en la economía argentina que esperamos se den en 2019
"Todo el ruido asociado a una elección limita la velocidad en la cual el proceso (económico) se tendría que dar hacia parámetros más consistentes con economías estables, en donde la duración y la madurez de la deuda pública es más larga, en donde el sistema financiero empieza a tomar riesgos que cubren un plazo mayor, y en donde la inversión privada tanto doméstica como extranjera empieza a aumentar", afirmó el economista del FMI.
Werner ubicó la situación de la Argentina y sus perspectivas en un contexto regional de crecimiento mayor pero todavía modesto en el futuro inmediato. Igualmente será el único país, entre los seis principales de América latina, con un PBI en rojo en 2019, privilegio que ya tuvo el año pasado.
El funcionario también se refirió a las perspectivas económicas en la región en una nota que publicó hoy el FMI en su blog. "La actividad económica de América latina sigue en aumento, pero a un ritmo más lento que el que se anticipara originalmente", explicó en esa nota.
Algunas de las razones, señala, hay que buscarlas en el "debilitamiento de la economía mundial y la incertidumbre política". Detalla que se espera un crecimiento del 2% este año y de 2,5% en 2020 si se incluye a Venezuela (2,3% y 2,7% respectivamente en el caso contrario), menos que otras regiones del planeta. También "el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales y la caída de precios de las materias primas" por las tensiones de la guerra comercial entre Estados Unidos y China dan cuenta de las menores expectativas.
Werner ensaya en la misma nota una lectura política de la situación regional y afirma que "tras una serie de elecciones sumamente anticipadas en América latina, aumentó la incertidumbre política en algunas de las economías más grandes de la región, lo que afecta las perspectivas" futuras.
Todo el ruido asociado a una elección limita la velocidad en la cual el proceso (económico) se tendría que dar hacia parámetros más consistentes con economías estables
Este es el caso de México, señala el economista del Fondo, donde advierte que "de continuar, la incertidumbre política podría desalentar las inversiones en el futuro y socavar las perspectivas de crecimiento de la región". Otros factores que podrían atentar contra el buen desempeño económico de la región son las tensiones comerciales y "una desaceleración en algunas economías importantes". Y tampoco ayudaría un mayor endurecimiento de las condiciones financieras mundiales o una creciente volatilidad de los mercados.
Los factores internos de riesgo, en cambio, están encabezados según Werner por las elecciones de este año en la Argentina, "que podrían reducir el apetito de reforma", y la incertidumbre política en Brasil y México.
"A medida que la economía mundial se desacelera, se cierra la ventana de oportunidades, ya de por sí estrecha, para que la región complete las reformas", observa el director del departamento del FMI para el hemisferio. Hace luego un llamado a avanzar con la reducción de la deuda y del déficit en varios países, "para garantizar la sostenibilidad de la deuda".
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