Comparado con las fuertes fluctuaciones en el tipo de cambio a los que la economía local se había acostumbrado desde mediados del año pasado, el comienzo de 2019 se distingue por un dólar "planchado". El cierre en el mercado cambiario posicionó al tipo de cambio mayorista en $37,03, un 2% por debajo del piso de la zona de no intervención. La brecha parece el nuevo estándar en las últimas ruedas. ¿Será? ¿Por cuánto tiempo?
El mercado internacional es un factor que en las primeras semanas del año jugó a favor, incluso en el contexto de un cierre parcial del gobierno estadounidense que generó "ruido" en los mercados por el potencial impacto de una desaceleración en la economía más grande del mundo sobre el resto de los países.
Con todo, los analistas estiman que luego de uno de los peores cierres de año en los mercados, hay un rebote importante. Y apuntan a la próxima reunión del Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central como el primer punto de inflexión en materia cambiaria que puede interrumpir el actual status quo. ¿Cuándo? "No hay fecha todavía", aseguraron, misteriosos, desde la autoridad monetaria. Las últimas reuniones se dieron de manera mensuales y en los primeros días de cada período.
"Hay un rebote en la plaza bursátil afuera, después de haber tocado pisos, a partir del anuncio por parte de la Reserva Federal en la que no esperan implementar cambios en las tasas de interés en la cantidad o magnitud que anteriormente se pensaba en el mercado", explica Alejandro Bianchi, gerente de inversiones de Invertironline.
Ese primer factor internacional afectó al mundo en general, pero Argentina estuvo entre los países más beneficiados, según el analista financiero Christian Buteler. "El dólar está cayendo en todos los mercados emergentes en general, y cuando se considera que la baja en el caso argentino en realidad es solo 10% desde el máximo que tocó el año pasado, en realidad hay casos de países que vieron una apreciación mucho más fuerte que el peso argentino", afirmó. Es decir, esos casos experimentaron bajas en el dólar aún más fuertes que el peso argentino.
En ese sentido, la diferencia entre el caso argentino y el resto de las monedas emergentes es que la política cambiaria argentina no tiene un esquema con el cual compararse. Las intervenciones del BCRA cada vez que el tipo de cambio perfora el piso o techo de la zona de no intervención, con un límite de hasta USD 50 millones, no parecen influir lo suficiente para que el dólar mayorista vuelva a la zona de no intervención.
Esa parte del esquema monetario contempla una oportunidad de ser revisado en cada reunión del COPOM. Como recuerdó Matías Roig, director de Portfolio Personal Inversiones, el límite por intervención de USD 50 millones es algo que el BCRA se impuso a si mismo. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional permite intervenciones de hasta USD 150 millones afuera del piso cambiario.
"Si en la próxima reunión se decide cambiar eso y permitir el uso del total de los USD 150 millones, el BCRA pasaría a ser un jugador mucho más importante en el mercado cambiario. También está la posibilidad de que anuncien ajustes en la evolución de las bandas cambiarias, en vez de esperar a marzo para implementarlas", expresa Roig.
Hay un rebote en la plaza bursátil afuera, después de haber tocado pisos, a partir del anuncio por parte de la Reserva Federal en la que no esperan implementar cambios en las tasas de interés en la cantidad o magnitud que anteriormente se pensaba en el mercado (Bianchi)
De mantenerse las condiciones externas, un Central con más poder de fuego debería ajustar las expectativas para el dólar hacia el alza, concuerdan los analistas.
Y, en términos generales, los efectos electorales típico de los años impares se empezarían a ver de forma más concreta a medida que las encuestas perfilen más claramente los candidatos que se presentaran a los comicios.
El informe más reciente de la consultora Quantum Finanzas analiza esa lógica pre-electoral: "En los próximos meses se volcarán al mercado las divisas provenientes del financiamiento del FMI a las que se agrega a la estacionalidad en la oferta neta de dólares de la cosecha en el segundo trimestre. Pero a más largo plazo, esperamos mayor volatilidad en el tipo de cambio, más por la incertidumbre electoral que por consecuencias de la política económica".
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