Los 6 factores que podrían frenar el rol de la industria en las exportaciones argentinas

En 2018 el sector participó con 1 de cada 3 dólares del total de venta de bienes al resto del mundo. Subió en 1,3 puntos porcentuales. Posible cambio de escenario

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Las exportaciones de manufacturas industriales
Las exportaciones de manufacturas industriales ascendieron en 2018 a USD 20.514 millones

Después de tres años con un muy pobre desempeño, por la inercia negativa del cepo cambiario de 2015, y la crisis que había afectado al mayor socio comercial de la Argentina (Brasil) entre 2014 y 2016, las exportaciones de manufacturas industriales lograron superar levemente en 2018 el umbral de los USD 20.000 millones.

"El número que informó el Indec es positivo, pero comparado con los casi USD 29.000 millones de 2011, revela que aún hay mucho por hacer, más allá de que será relevante que Brasil que representa casi la mitad del total de las exportaciones de manufacturas industriales no agropecuarias, con la absorción del 80% del total de los despachos al exterior del sector automotriz, consolide la recuperación de los últimos años", dijo ante la consulta de Infobae Pablo Dragún, director del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina.

Ese valor de exportaciones de MOI representó el 33,3% del total de las ventas de  bienes de la Argentina al resto del mundo, el nivel más alto desde 2014, y próximo al récord de 35% registrado en el recesivo 2010, cuando el sector generó por esa vía USD 23.830 millones.

Sin embargo, las perspectivas para que en el corriente se consolide la recuperación de las MOI, en particular en términos de participación en el total, para que se logre el anhelado objetivo de vender al mundo productos con alto valor agregado y posibilitar que se eleve el ingreso medio de los trabajadores del conjunto de la economía, no se presentan claras, e incluso podría frenarse por al menos seis factores:

1. Nuevas retenciones fijas de $4 por dólar: el impuesto de emergencia, con un tope de 12%, lejos de disminuir gradualmente por el mero efecto de la suba nominal esperada del tipo de cambio, acorde con la movilidad de la zona de no intervención por parte del Banco Central, se fue acrecentando, y conspirando contra la competitividad cambiaria;

2. Reducción de la devolución de impuestos: esta medida, al disponerse en la segunda mitad de 2018, tendrá un efecto negativo sobre el total de las operaciones del corriente año;

3. Estabilidad cambiaria pese a la alta inflación: "Es bienvenido que el Gobierno haya logrado disminuir la alta volatilidad del tipo de cambio, pero con la nueva paridad no son sostenibles las retenciones, porque la aún alta inflación eleva los costos de producción y resta competitividad", agregó Pablo Dragún.

4. Alto costo argentino: a la estabilidad nominal del tipo de cambio, después de haber alcanzado un pico a fines de septiembre, "se agrega la persistencia de la elevada incidencia relativa del gasto de la logística (principalmente transporte), y las altísimas tasas de internacionales que no permiten financiar exportaciones, más aún en un mundo que se presenta más limitado en sus tasas de crecimiento, como estimó el FMI", dijo el economista de la UIA a Infobae.

5. Recuperación de las cosechas: más allá del perjuicio de las inundaciones que afectan al Litoral, se estima que el agro en su conjunto tendrá mayor capacidad exportadora que en los últimos años, y por tanto recuperará participación en el total, y resta relevancia al resto de los sectores;

6. Impulso de las exportaciones energéticas: también la maduración de las inversiones en el reservorio gasífero de Vaca Muerta se prevé que le dé impulso a las exportaciones de ese origen, principalmente a Brasil y Chile.

De ahí que Pablo Dragún espera que en el corriente año aumenten las exportaciones de origen industrial pero "difícilmente mantengan la tasa de crecimiento del 9,3% que registraron en 2018″, y por tanto vuelvan a perder gravitación en el total.

Los economistas de la consultora Abeceb, que había fundado el actual ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, estiman que "el cierre de 2018 con cuatro meses con superávits comerciales consecutivos, constituyen una imagen que parece un augurio de lo que será el 2019: exportaciones creciendo a dos dígitos, con el decidido impulso del complejo cerealero (en el fin de año explicado por una fuerte liquidación de stocks, como muestran los datos del ministerio de agroindustria) e importaciones deprimidas por el vuelo bajo de la actividad".

La consultora Abeceb prevé que en 2019 el resultado comercial podría escalar a un superávit de USD 8.000 millones, un saldo favorable no visto hace 6 años

Sobre esa base, el estudio privado espera que con "una economía repuntando hacia el tercer trimestre y tipo de cambio real estable, el resultado comercial podría escalar a un superávit de USD 8.000 millones, un saldo favorable no visto hace seis años".

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