El dólar amagó con rebotar, pero duró un instante. La cotización se aquietó por la falta de demanda del mercado y de a poco se fue acomodando a la baja. El tipo de cambio mayorista cerró ayer a $37,305, unos cinco centavos por debajo del cierre de la semana pasada. El dato no es menor: el precio se ubica ya en el límite del piso inferior de la banda cambiaria, que hoy arranca en $37,307.
Pero antes de aventurar qué puede suceder, habrá que seguir con atención la apertura de mercado para ver si el precio de la divisa finalmente perfora más claramente el piso de la "zona de no intervención" o continúa moviéndose en valores cercanos.
Se trata de un nuevo escenario dentro del programa monetario que el Banco Central negoció con el FMI. A poco más de tres meses de vigencia, las variables se comportaron de acuerdo a lo esperado: la política de "emisión cero" (que se suavizó en diciembre por el aumento de la demanda de dinero) mantuvo las tasas de interés altas. Y como consecuencia de la falta de pesos y rendimientos elevados en moneda local, el dólar se fue acercando al piso de la banda.
La posibilidad de salir a comprar dólares para evitar un nuevo episodio de atraso cambiario estaba prevista de entrada en el acuerdo firmado con el FMI. Además, permitiría inyectar pesos y bajar un poco más rápido las tasas de interés
Ahora la incógnita es qué hará el Banco Central. En caso de que la divisa perfore el piso de la banda cambiaria (que aumenta a un ritmo de 2% mensual hasta marzo), la entidad que preside Guido Sandleris podría salir a intervenir. Sin embargo, es una opción. Podría hacerlo o también podría dejar que el dólar se siga deslizando hacia abajo.
Todo indica, sin embargo, que saldría a sostener la cotización, pero en forma moderada. La semana pasada, el propio BCRA informó que comprará hasta un máximo de USD 50 millones diarios al menos durante enero (en diciembre también se había impuesto ese límite). Y a lo sumo podría inyectar pesos por el equivalente al 2% de la base monetaria, es decir unos $27.000 millones.
La intervención en el mercado cambiario le permitiría al Central recomponer reservas a través de la compra de dólares en el mercado. Y al mismo tiempo significará inyectar pesos que no deben ser obligatoriamente esterilizados, lo que aceleraría el proceso de rebaja gradual de tasas de interés.
Ayer, con un dólar muy calmo, la tasa de Leliq cayó por primera vez de 59% anual, aunque por escasas centésimas. Sandleris no quiere arriesgar y opta por la cautela extrema a la hora de inducir una baja de tasas, para evitar cualquier disparada del tipo de cambio.
Por eso, la intervención del Central también se haría en forma muy pausada, para evitar una baja demasiado rápida de tasas o que la divisa aumente rápido. En todo caso, el escenario muestra que estos primeros meses del 2019 serían tranquilos en materia cambiaria, pero la situación podría complicarse a partir de mayo o junio, a medida que se acerquen las elecciones presidenciales.
Por lo pronto, ayer la secretaría de Finanzas anunció que el Tesoro volverá a vender dólares en el mercado a través de licitaciones. Pero recién se divulgará cuándo piensa hacerlo a lo largo del primer trimestre, por lo que se deduce que la estrategia se pondría en marcha recién en mayo o junio próximo, cuando se espera que aumente la demanda de divisas por cobertura electoral.