Una señal de optimismo la dio en las últimas ruedas el descenso del riesgo país, después de haber alcanzado a fines de diciembre su rango más alto en más de cuatro años.
Este indicador de JP Morgan, que mensura la percepción de riesgo de la deuda pública, había alcanzado los 837 puntos básicos para la Argentina el 27 de diciembre, su mayor amplitud desde el 16 de octubre de 2014.
El riesgo país mide la brecha de las tasas de interés que ofrecen los bonos emergentes respecto de los bonos del Tesoro de los EEUU. Para la Argentina, este diferencial había iniciado el 2018 en 351 puntos básicos, para finalizar el año en 817 unidades, con un preocupante incremento de 132% en doce meses caracterizados por la depreciación del peso argentino, cuyo valor cayó a la mitad, y la recesión de la economía doméstica.
En las últimas cinco ruedas financieras esta tensión financiera expresada por el riesgo país empezó a ceder. El índice retrocedió 105 puntos básicos o 12,5%, a los actuales 732 enteros. Aunque esta prima de riesgo sigue muy elevada y aún expulsa a la Argentina de los mercados internacionales de deuda, el descenso pronunciado ayuda a cambiar la ponderación negativa que afecta a las acciones y los bonos nacionales.
"Si bien es positiva la baja en la prima de riesgo, los inversores continúan con la mirada puesta en la situación económica actual y en las elecciones presidenciales de octubre de este año", apuntó un reporte de Research for Traders.
Esta baja del riesgo país refleja en forma directa a la caída de los rendimientos implícitos en las valuaciones de los bonos soberanos en el mercado secundario. Entre los activos de renta fija, la caída de los precios de los bonos de países emergentes responde a la llamada "aversión al riesgo" o "vuelo a la calidad" y se da la par de un aumento de la rentabilidad.
De esta forma, los bonos argentinos en dólares, con legislación argentina y vencimiento posterior al 2020 –cuando cesa el stand by con el Fondo Monetario- llegaron a ofrecer una rentabilidad próxima al 15% en moneda dura, debido a que los fondos de inversión perdieron interés por estas posiciones.
El riesgo país debería reducirse en otros 400 puntos básicos para permitir nuevas colocaciones de deuda
Ahora el Bonar 2025 ofrece una renta de 12,8% anual en dólares, el Discount 2033, un 12,7%, y el Bonar 2024, un 12%. Todavía son tasas demasiado altas, pero marcan un sendero de declive extendido desde el 27 de diciembre.
Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil, prevé mejores condiciones económicas en los próximos meses, que apuntalan las expectativas de los inversores, "con un dólar medianamente domado y bien alto, para nada atrasado, con una mejor cosecha como la que pinta y se estima, un mejor balance comercial con Brasil en crecimiento y los que puede llegar a crecer, más superávit turístico -por lo que se abarató Argentina con la devaluación- y menores importaciones de Energía -Vaca Muerta está rindiendo y exporta gas-".
"Nos pronostican una salida de esta crisis en 'L', cuando nunca la tuvimos: siempre ha sido en 'V'", resumió Fedio.
Sin embargo, un informe de renta fija de Portfolio Personal Inversiones advirtió que todavía no está despejado el horizonte inversor, con "un 2019 'plagado' de incertidumbre política y económica, que se irá disolviendo en la medida en que se obtenga más información sobre los candidatos presidenciables y sus respectivas probabilidades de triunfo".
"En conclusión, un escenario que limita –al menos, de corto plazo- una compresión fuerte y rápida del riesgo argentino respecto de la región", subrayó. Vale señalar, que el promedio del riesgo país emergente había iniciado 2018 unos 100 puntos básicos por debajo del de Argentina, mientras que hoy esa brecha es aproximadamente de 300 puntos.
Seguí leyendo:
Las 5 razones detrás de la fuerte suba de los bonos y la caída del riesgo país
El riesgo país argentino se disparó 132% en un año e impone un duro desafío para 2019