El cumplimiento del acuerdo con el FMI, una cotización del dólar planchada, el despegue de la obra pública luego del freno por la causa de los cuadernos, las inversiones en Vaca Muerta y la relación comercial y financiera con Brasil serán los pilares a los que apuntará el Gobierno en su último año de mandato. "La idea es que el el cumplimiento del acuerdo con el FMI como el déficit fiscal cero, el control de la emisión monetaria y la reducción de la inflación serán para nosotros el punto clave de la política económica", aseguró a Infobae una fuente cercana al Gobierno.
En ese aspecto varios economistas consultados por Infobae señalan que lo más importante será observar cómo evoluciona la inflación y en qué medida el Gobierno podrá comenzar a reducir la tasa de interés en tanto y en cuanto pueda contener la cotización del dolar dentro del esquema de bandas cambiarias establecidos en el programa con el FMI. La mayoría de los consultados coincide en que el 2019 será el año de la gran corrección de las variables macroeconómicas y que resulta insostenible mantener los niveles de déficit que arrastra la Argentina. También destacan que no hay un achicamiento del Estado y que no se reduce la presión impositiva sobre la producción y los asalariados.
A partir de este nuevo año la banda cambiaria que se estableció con el FMI se ajustará a un ritmo de 2% mensual en vez del 3% que fue estipulado para el último trimestre del año. El objetivo de dicho ajuste es impedir que el tipo de cambio se vaya atrasando en relación a la inflación. A fin de marzo próximo, el límite inferior de esa banda fue estipulado en $39,39, mientras que la cota superior se ubicó en 50,97 pesos.
El funcionamiento de este esquema es el siguiente: si el dólar llega al límite superior de la banda es una indicación de un sobrante de pesos. En ese escenario, el Central saldría a vender divisas para calmar el tipo de cambio y absorber billetes. El máximo estipulado en el acuerdo con el FMI es de USD 150 millones diarios. Pero si el valor del dólar perfora el piso de la "zona de no intervención" habilitará al Central a comprar divisas. Para eso debe inyectar pesos, lo que aceleraría la baja de la tasa de interés.
Los economistas advierten sobre un escenario contrario en el que la divisa perfore el piso de la banda cambiaria. En ese caso, si faltan pesos en la economía el BCRA comenzaría a comprar dólares y con esta inyección de dinero permitiría aliviar un poco la "asfixia monetaria" de los últimos meses pero podría acelerar la reducción de las tasas de interés, que en diciembre prácticamente quedó estancada en 59% anual para las Leliq.
El economista Javier Milei se muestra preocupado por el comportamiento que tendrá la demanda de dinero entre febrero y marzo y apunta contra la colocaciones de Leliq que hace del Gobierno a las que considera una bomba de tiempo como en su momento fueron las Lebac. "En la actualidad el monto de esas letras supera los $700.000 millones y el problema es que si la demanda de dinero se cae el Gobierno se puede tentar en seguir emitiendo esa letras que podrían generar en el futuro un efecto similar al que generó el desarme de las Lebac del BCRA y eso podría provocar una nueva suba del dolar que el Gobierno debería evitar pero el problema es que el Gobierno dinamitó la independencia del BCRA el 28 de diciembre del 2017″, afirma Milei
En esa línea, considera que "hoy todo es peor que en aquel momento la tasa de interés estaba en el 26 % anual y ahora está en el 60 %. La inflación esperada era 15% anual y ahora tenemos una superior al 45 % anual, había un dolar de $17,60 y lo tenemos en $38,60 todo con el agravante de ir a pedir plata la FMI porque si no la Argentina entraba en un default, que es probable no pueda evitar en el 2020. En ese año harán falta unos USD 35.000 millones para pagar deuda y solo quedarán los USD 10.000 millones que nos dará el FMI la pregunta es quien nos prestará los restantes USD 15.000 milllones".
Según la vision del director de la consultora Analytica Rodrigo Alvarez, "el segundo esquema ideado entre el gobierno y el FMI fracasó al no poder comprar dólares el BCRA y tampoco poder reducir de manera apreciable ni las tasas ni el riesgo país. Y lo más probable es que funcione aún peor a medida que pasen los meses. Es un error creer que porque hay una relativa calma en los mercados el programa económico esta vigente. Está caído. Y no puede ser resucitado. Si las autoridades no lo reemplazan por uno más innovador es probable que los propios mercados se encarguen de hacerlo de una manera que puede ser muy desordenada y el gran interrogante es que pasará con el dolar y la inflación".
En tanto, el economista director de Eco Go Federico Furiase manifestó: "Para 2019 vemos que el Gobierno apuntará a que el dólar se mueva por detrás de las paritarias, para que se pueda producir una recuperación de los salarios y una mejora del consumo interno". Y agrega: "Para lograr esto deberá contar con tres fuentes de financiamiento: las exportaciones, que las tendrá por la mejora en competitividad del tipo de cambio y porque se espera una muy buena cosecha; el dinero del Fondo Monetario Internacional, que también lo tendrá; y los dólares que le pueda acercar el mercado para apaciguar el tipo de cambio. Por lo tanto el objetivo, en un año electoral, es lograr que se recuperen los salarios frente a la inflación y por ahora el Gobierno tiene nafta ahora para financiar el atraso cambiario antes de las elecciones".
Por su parte, el economista Fabio Rodríguez, socio de MyR Asociados, describe que "el 2019 será un año con dificultades, que además tiene dentro el calendario electoral y la necesidad de cumplir con el acuerdo firmado con el FMI y en general la actividad seguirá enfriándose. Pensamos que el PBI sufrirá en 2019 una retracción del 1% y volverá a ser como el año pasado, con un escenario de políticas de estabilización y contención pero nada parecido a un crecimiento consolidado".
Según Rodríguez, "el Gobierno no tiene la capacidad para crear otro tipo de plan, su objetivo es evitar una crisis de balance de pagos. Por eso no vemos que la tasa vaya a bajar mucho más allá del 35 o 40%, algo que ayuda en el frente inflacionario, pero no al sector productivo y habrá una gran heterogeneidad en términos de actividad. La economía arrancará en el segundo trimestre impulsada por el rendimiento del sector agropecuario, pero también acompañarán Energía, con una buena producción, y el turismo, que se ha vuelto más competitivo a partir del salto en el tipo de cambio y en ese aspecto será muy importante ver las futuras inversiones en Vaca Muerta".
En este punto los economistas destacan que será muy importante el monitoreo que hará el Gobierno. El ministro de Hacienda y Finanzas Nicolás Dujovne junto con el de Producción y Trabajo Dante Sica estarán a cargo del monitoreo de la llamada mesa petrolera. Según pudo saber Infobae, esa mesa formada recientemente estará integrada por el CEO de YPF Miguel Gutiérrez, el CEO de Pan American Energy, Marcos Bulgheroni y el dueño del Grupo Techint Paolo Roca y a partir de ahora tendrá relación directa con el nuevo secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, quien dependerá de Dujovne y también de Sica en lo que respecta a la producción de Vaca Muerta.
Otro aspecto que se preguntan los economistas es cómo será el desarrollo de la obra pública luego de la causa de los cuadernos y ya sin los Programas de Participación Publico Privada (PPP) que el Gobierno ha dado de baja. En este punto hay que citar que desde este año la Jefatura de Gabinete a cargo de Marcos Peña tendrá el control total de la obra pública en la República Argentina.
Peña sumó a fin del año pasado el control del sistema de contrataciones y concesiones de la obra pública de la Administración Nacional. El traspaso puso en alerta a la mayoría de los dueños de empresas contratistas y concesionarios de la obra púbica en la Argentina, muchos de los cuales están involucrados en la llamada causa de los cuadernos.
El cambio central es que la Oficina Nacional de Contrataciones que estaba a cargo de Andrés Ibarra en Modernización pasa a la Jefatura de Gabinete. En el nuevo esquema, esta repartición que sigue a cargo de Ibarra en la vice jefatura de Gabinete será ahora la encargada de controlar a las empresas contratistas y tendrá a su cargo el Registro de Nacional de Constructores que desde el ministerio del Interior pasó a la Jefatura de Gabinete. "El Registro no define licitaciones ni adjudicaciones, tampoco la planificación, administración ni ejecución de las obras públicas que siguen a cargo del ministerio encargado de ejecutarlas", explicaron a Infobae fuentes del Gobierno. "La Oficina Nacional de Contrataciones dependerá del vicejefe de Gabinete Andrés Ibarra y será el nuevo órgano rector del régimen de obra pública", dijeron.
Por último, los economistas consultados apuntan a que este modelo de alta tasa de interés real apunta a mantener planchado el tipo de cambio siempre y cuando se logre reducir el déficit fiscal y la inflación con una emisión monetaria restringida. Pero las consecuencias son una mayor recesión que se observa en la fuerte baja del nivel de actividad económica. Los principales afectados son el consumo por la reducción del salario pero también el freno del crédito al sector privado y la caída de la inversión.
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