Sin sorpresas, con elogios a los primeros resultados positivos del programa económico y alguna advertencia sobre la necesidad de "cuidar las metas fiscales" y acelerar las "reformas estructurales" para generar crecimiento en el mediano plazo, el directorio del Fondo Monetario Internacional aprobó este miércoles, como se esperaba, la segunda revisión trimestral del programa con la Argentina.
El visto bueno del directorio es un paso formal en el avance del acuerdo a tres años firmado en junio, ya que los técnicos habían anticipado su evaluación positiva. Pero es imprescindible para que el organismo multilateral libere de inmediato un nuevo tramo –de 7.600 millones de dólares en este caso– del crédito pedido por el Gobierno para atravesar con menos ahogo la crisis de confianza que sacude a los mercados.
Esos fondos llegarán en los próximos días al país. Engrosarán las cuentas del Tesoro en momentos de fuertes turbulencias financieras, ligadas a una combinación de factores internos, como la debilidad de la economía y el riesgo político, y también externos, como la alta exposición de los fondos de inversión, la suba de tasas norteamericanas y la incertidumbre global que genera la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Los analistas en Wall Street intentan medir la intensidad de ese "viento en contra".
La sumatoria de estos elementos empujó el riesgo país a niveles récord en los últimos días y pinta un cuadro no muy optimista en el fin de año. En ese sentido, la aprobación de los avances del programa con la Argentina es un espaldarazo más de parte del FMI. Pero difícilmente despeje los nubarrones. "Ya estaba descontada, no creo que ayude mucho", confió en off el estratega regional de un banco de inversiones de Nueva York.
"Las evaluaciones positivas del FMI son cruciales para evitar el pánico y para evitar otra corrida contra el peso. Pero el mercado está mirando si la Argentina es capaz de reavivar el crecimiento a pesar de los fuertes recortes presupuestarios y de una política monetaria brutal", sintetizó Benjamin Gedan, experto del Wilson Center, ante una consulta de Infobae.
El mercado está mirando si la Argentina es capaz de reavivar el crecimiento a pesar de los fuertes recortes presupuestarios y de una política monetaria brutal (Gedan)
En un comunicado, el directorio del Fondo se mostró satisfecho con los "primeros indicios de que el programa de reforma económica resideñado, que incluye un nuevo marco de política monetaria, está dando resultados". Indica que "el peso se ha estabilzado y la inflación, aunque todavía elevada, ha empezado a declinar", de acuerdo con declaraciones de David Lipton, el número dos del Fondo, quien estuvo al frente de la reunión en reemplazo de Christine Lagarde, de viaje en África.
Lipton reconoció, sin embargo, que "la economía se sigue contrayendo y es todavía vulnerable a los cambios en el sentimiento del mercado". Anticipó en este sentido una recuperación que debería comenzar "en el segundo trimestre de 2019", pero advirtió que será imprescindible "resguardar las metas fiscales de los riesgos de la implementación y de una recaudación más débil de la esperada".
En el mediano plazo, siempre según Lipton, el Gobierno deberá lograr progresos para mejorar el marco fiscal y el manejo de la deuda. "El compromiso sostenido con el cero crecimiento de la base monetaria y un tipo de cambio determinado por el mercado fortalecerá más la credibilidad de la política monetaria, anclará las expectativas inflacionarias y mejorará la resiliencia de la economía frente a los shocks externos", enfatizó el funcionario del FMI.
La economía se sigue contrayendo y es todavía vulnerable a los cambios en el sentimiento del mercado (Lipton)
Renglón aparte, sin embargo, Lipton afirmó que para generar crecimiento económico en el mediano plazo sería clave avanzar en "reformas estructurales que ayuden a potenciar las inversiones y la productividad". Según el economista, el Gobierno debería hacer esfuerzos para "mejorar la eficiencia del gasto social mientras amplía" esa cobertura. Y mencionó también la importancia de remover ciertas distorciones del sistema impositivo, "mejorar las regulaciones del mercado laboral" y garantizar la sustentabilidad del sistema de pensiones.
Reporte técnico
Por su parte, el staff report de la segunda revisión técnica del programa stand-by insiste a lo largo de 70 páginas en que el plan está dando "los primeros resultados" y observa que las principales metas del trimestre, de acuerdo con la evaluación que hizo la misión que analizó los avances entre el 8 y el 16 de noviembre, en Buenos Aires, fueron alcanzadas.
Esto incluye la estabilización de la economía con el giro a una política monetaria de cero crecimiento y el control de la inflación. "La aprobación del presupuesto fue importante para garantizar la meta del equilibrio fiscal", valoró un funcionario del FMI. "El objetivo del déficit cero" es realista, enfatizó.
Hacia adelante, el informe ve contracción de la economía hasta el segundo trimestre y luego un rebote impulsado por la cosecha. La caída durante 2019 está estimada en 1,75%, luego de lo cual se retomaría el crecimiento. La inflación prevista será de 20%. Los riesgos, en línea con lo que espera el mercado, están asociados a "condiciones financieras globales más estrechas", que podrían poner en duda la "capacidad de la Argentina de cubrir sus necesidades de financiamiento".
También da cuenta del riesgo de una inercia inflacionaria que podría "demorar" el avance hacia una política monetaria menos restrictiva y destaca, en el capítulo de los riesgos políticos, que una recesión más larga de lo esperada "podría generar una oposición más decidida a las políticas que sustentan el programa". Esto, a su vez, podría desatar "nuevos episodios de turbulencia en el mercado financiero".
Crecimiento suave
Un informe elaborado por Goldman Sachs coincidió esta semana en que las expectativas económicas permiten albergar un optimismo medido, con un "crecimiento muy suave" a partir de la segunda mitad del año, que no alcanzará sin embargo para terminar 2019 con números en positivo debido al arrastre de la caída de este año y su impacto en el primer semestre del próximo.
Según Gedan, el desempeño de la economía argentina en el último tiempo no llevó tranquilidad a los inversores. "Está atascada en una recesión, la inflación es cercana al 50 por ciento y crece la pobreza", detalló. Y a esto se suma el riesgo político-electoral.
"La comunidad financiera internacional todavía admira a Macri, pero la mayoría de los argentinos no sienten del mismo modo", dijo el analista. Eso, agregó, "crea una enorme incertidumbre de cara a las elecciones del año que viene, que abren un interrogante sobre las reformas promercado del Gobierno y sobre la continuidad del programa con el FMI".
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