Se inicia una semana de alta volatilidad, con el precio del dólar atado a las tasas de interés

Bolsa de Comercio (NA)

Los futuros de las bolsas de Nueva York que cerraron el domingo no fueron buenos. Los inversores apuestan a una prolongación de las bajas en Wall Street. La buena noticia es que, después de la debacle del viernes, las bajas parecen acotadas y ninguna alcanza a 1 por ciento. Lo mismo sucede con China.

Por eso el VIX, conocido como el índice del miedo y que se guía por el indicador S&P 500 de Wall Street, también muestra un tono pesimista porque los inversores lo ven en 22 puntos. Cuando el indicador sobrepasa los 20 puntos, comienza la cautela en los activos de riesgo. No hay que olvidar que la semana pasada el VIX tocó los 24 puntos.

A este panorama hay que sumarle que se espera que siga la suba de los precios del petróleo, después del acuerdo de los productores de recortar la extracción de crudo.

El panorama de las bolsas de Europa es mejor. La mayoría apuesta en los mercados de futuro, a subas. Por eso se cree que el dólar puede tener otra rueda negativa frente a las principales monedas del mundo.

Tal vez sea un dato valioso para la Argentina, pero no hay que olvidar que es tan importante el comportamiento del dólar en el mundo como contra el real. Y el viernes el dólar llegó en Brasil a los 3,90 reales. Es decir, la moneda brasileña se sigue devaluando a un ritmo mayor que el peso argentino y es un inconveniente porque el país debe transformar en superávit el leve déficit comercial. Con la gran devaluación de 2018 casi equilibró el intercambio, pero un nuevo atraso cambiario haría que la dirección de los dólares apunte a Brasil, una concesión que un país que tiene un riesgo país de más de 700 puntos y la imposibilidad de conseguir financiamiento externo no puede darse.

Es probable que el lunes comience con una recuperación de la caída del viernes y que incluso se registre alguna suba leve. No hay que apostar el lunes a cambios fuertes. Estos se pueden a producir hacia el fin de semana a medida que se acerque el final de la primera quincena del mes.

Otro dato que puede animar a los mercados es la inflación oficial de noviembre. Los trascendidos indican que se puede ubicar a poco menos de 3 por ciento, una cifra que pondrá contento al Gobierno y puede mejorar el ánimo en la Bolsa que parece estar condenada a terminar de mala manera el año.

Un dato positivo en la inflación ayudará a la baja de tasas que el Gobierno quiere acelerar.

El destino del dólar esta íntimamente ligado a la velocidad de la baja de las tasas de interés.

Los únicos que seguirán sin esperanza serán los bonos de la deuda. A excepción de los que vencen en 2019, el resto seguirá naufragando entre la incertidumbre política y la escasez de dólares para pagar los vencimientos a partir de 2020.

Para la Bolsa la volatilidad va a ser muy alta, especialmente en bancos. Las noticias judiciales pueden afectar más de lo previsto al sector.

La pulseada dólar – pesos va a estar equilibrada, pero tal vez comience a acelerarse el ritmo de suba del dólar. La dolarización de carteras es un hecho y, si la renovación de plazos fijos no mantiene el ritmo, será un problema.